Culpe al Estado de bienestar, no al racismo, por los problemas de los negros pobres, nos dice Thomas Sowell, economista libertario, quien cumplió 90 años este 30 de junio.
«El racismo no está muerto, lo mantienen con vida los políticos, los traficantes que lucran con el racismo y la gente que tiene un sentido de superioridad al denunciar a otros de racistas», acusa Sowell.
Señala al progresista, de izquierda, que se proclama salvador del negro, de haber causado más daño a la familia negra que las leyes segregacionistas. Pues removió al padre de la ecuación y lo suplantó con el “Estado de bienestar”.
«Los subsidios sin criterio de los estilos de vida contraproducentes que promueven, tratan a las personas como si fueran ganado para ser alimentadas y atendidas por otros en un Estado de Bienestar, y sin embargo esperan que se desarrollen como los seres humanos se han desarrollado al enfrentar los desafíos de la vida», afirmó Sowell acorde el movimiento Black Lives Matter instauraba un discurso “redistributivo”.
Happy 90th birthday to the legend, @ThomasSowell.
“Facts.”
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— Dave Rubin (@RubinReport) June 30, 2020
Destaca que tales tendencias no son exclusivas de los negros, ni siquiera de los Estados Unidos. Asegura que el Estado de bienestar ha llevado a tendencias notablemente similares entre la clase baja blanca en Inglaterra durante el mismo período.
Recomienda leer “La vida en el fondo”, de Theodore Dalrymple, un médico británico que trabajaba en un hospital en un barrio marginal de población blanca. Pone en evidencia cómo ninguna persona, de ningún color, está eximida de los requisitos de la civilización, incluido el trabajo, los estándares de comportamiento, la responsabilidad personal y todas las demás premisas básicas que muchos intelectuales desprecian, sin consecuencias ruinosas para ellos y para la sociedad.
Sowell estudió por la noche en la Universidad Howard, cuyo alumnado ha sido históricamente afroamericano, como él. Dadas sus excelentes calificaciones pudo estudiar en Harvard, donde se graduó como economista con distinción: magna cum laude.
Como economista se ha destacado por su crítica a sistemas de dependencia estatal que han marginado sobre todo a la población negra en los EEUU. Nació en Harlem, Nueva York, una zona históricamente empobrecida, de mayoría negra.
Black Lives Matter busca llevar la lucha de clases del marxismo a la redistribución racial
Fue en dicha ciudad donde una de la tres fundadoras de Black Lives Matter, Opal Tometi, condecoró nada menos que a Nicolás Maduro durante la Cumbre de Líderes Afrodescendientes en el 2015. En ese mismo año, Tometi fue observadora internacional de las elecciones parlamentarias en Venezuela. Tras ganar la oposición, la organización Black Lives Matter emitió un comunicado llamándolos “contrarrevolucionarios”.
Es decir, la organización que alega hablar en nombre de la población negra víctima del abuso policial apoya a un régimen donde la Guardia Nacional Bolivariana persigue, tortura y mata a la población.
Mediante la coalición M4BL (Movement for Black Lives), movimiento por las vidas negras, Black Lives Matter declaró abiertamente que su lucha es el socialismo racial. Es decir, los principios del marxismo pero en lugar de una lucha de clases entre el proletario y el burgués, sería del blanco contra el negro.
Black Lives Matter busca destruir a la institución familiar
Frontalmente Sowell cuestiona “si black lives matter (las vidas negras importan), ¿por qué no importa la educación?”. Señala a la libertad de los padres de elegir una educación privada, incluyendo una religiosa, como el camino a la prosperidad, lo opuesto a lo exigido por la organización Black Lives Matter, que exige una educación estatal donde el aborto es considerado derecho como parte de la currícula.
Fiel al Manifiesto Comunista, M4BL propone la abolición de la familia, institución donde Marx sostenía nace el “germen” de la distribución de las tareas que mantiene al capitalismo a flote. Por eso además buscaba anular la herencia como vía hacia el fin de la propiedad privada.
Interrumpimos el requisito de la estructura familiar nuclear prescrita por Occidente apoyándonos mutuamente como familias extendidas y «pueblos» que se cuidan colectivamente, especialmente a nuestros hijos
Frente a esto el economista Sowell, asegura que la destrucción de la familia por parte del Estado de bienestar empobrece a las comunidades e impulsa la delincuencia.
En 1960, el 78 % de los niños negros se criaron en familias con madre y padre. “Pero treinta años después de la aplicación del Estado de bienestar progresista, la gran mayoría de los niños negros eran criados por un solo padre (66 por ciento)”, escribió en 2014.
La reforma penitenciaria de Joe Biden fragmentó la familia negra
Actualmente son dos de cada tres niños negros que crecen sin un padre. Sowell llama ‘clave’ al hecho que se sigue ignorando que la tasa de pobreza entre las parejas casadas de negros ha sido de un solo dígito cada año desde 1994.
Fue en 1994 cuando el aspirante a la presidencia de EEUU por el partido demócrata, Joe Biden (entonces senador), promulgó lo que se conoce como la “Ley Biden contra el crimen” que ha afectado al hombre negro más que a cualquiera. La ley fue creada y aprobad en la presidencia del demócrata Bill Clinton, quien se arrepintió de la misma, Biden no.
Pese a ser el 12,1 % de la población total de EEUU, en el 2016 el 78,5 % de los condenados a cadena perpetua eran «personas de color». Y la reforma le dio al Estado el poder de aplicar la pena de muerte por más de 60 delitos e impuso la cadena perpetua para reincidentes.
«Esta ley hace todo menos ahorcar a las personas por cruzar la calle donde no deben», dijo textualmente ante el Parlamento, al jactarse de presentar una ley que penaliza delitos sin víctimas e incluso criminaliza infracciones.
A pesar del legado racista del partido demócrata, en cuyas filas se fundó el KKK, el 90 % de los votantes negros respaldaron al partido demócrata en las elecciones parlamentarias del 2018, apenas el 9 % a los republicanos, de acuerdo a las cifras de Pew Research.
Por ello se ha apodado “políticas de plantación” al accionar del partido demócrata, promotor de subsidios a madres solteras, vivienda e incluso alimentos, desincentivando así la responsabilidad parental, el trabajo y el esfuerzo pero, sobre todo, promoviendo la perpetua dependencia.
Para entender lo mejor que puede ser hacer la nación por la población negra, el economista Sowell cita a Frederick Douglass, esclavo liberado y cofundador del partido republicano. En el siglo XIX Douglass vio los peligros de los blancos bien intencionados. Él dijo: “Todo el mundo ha hecho la pregunta: ¿Qué haremos con el negro? He tenido una sola respuesta desde el principio. ¡No hagas nada con nosotros! Tu actuación ya ha jugado suficiente con nosotros”.
Amén, exclama Sowell. Pues para él la peor amenaza para el negro es el progresista. Ya que construye un Estado de bienestar donde el negro no es considerado como igual, sino como alguien incapaz de sostener una familia por sí mismo; entonces ocupa el rol del padre con el Estado.
Sowell, como libertario, exige tratar a cada persona como lo es: un individuo. Lo cual colabora para disminuir la forma más primitiva del colectivismo: el racismo.