English“Yo no me quiero reelegir, estoy extremadamente agotado”, afirmó el Presidente ecuatoriano Rafael Correa en una entrevista en noviembre de 2013. Sin embargo, pareciera que a Correa se le pasó el cansancio. El sábado, frente a un público que clamaba por su reelección, el presidente pidió a su bloque parlamentario que introdujera la enmienda constitucional que le permitiría lanzarse por cuarta vez en las elecciones presidenciales de 2017.
Después de resaltar los logros de su administración durante su informe anual a la nación, el Presidente Correa anunció su reciente cambio de parecer frente a la Asamblea Nacional: “He decidido apoyar estas iniciativas y solicitar a nuestro bloque de asambleístas que se enmiende la Constitución para establecer la reelección indefinida en todos los cargos de elección popular”.
La necesidad de proteger el modelo socialista y prevenir que “élites de la derecha” vuelvan al poder fueron las razones que utilizó para justificar la enmienda que extendería su tiempo en el poder indefinidamente. “Se nos prepara un golpe ‘suave’ al estilo del que está sufriendo Venezuela desde hace más de 100 días (…) la responsabilidad de defender este proceso no es solo del gobierno sino de todos los ciudadanos”, el presidente explicó.
Sin embargo, hace menos de cinco meses Correa había expresado una opinión muy diferente sobre la reelección indefinida durante una entrevista con el periódico El Telégrafo. En ese momento, dijo que para el país sería “un gran daño que una persona sea tan indispensable”.
A pesar de que el pasado domingo Correa oficialmente anunció su decisión, la posibilidad de una reelección indefinida en Ecuador no es nueva. Desde Febrero, Fabián Solano, miembro de la Asamble Nacional de Ecuador y presidente del partido socialista, ha estado negociando para impulsar esta enmienda constitucional.
¿Tomar el camino difícil? No, gracias
La constitución de Ecuador no permite una tercera reelección, solo permite dos períodos consecutivos de cuatro años. Por lo tanto, Correa tiene dos opciones si desea cambiar las reglas del juego.
Alexandra Veloz, abogada en Quito y antigua columnista para el PanAm Post, explicó el contexto legal en el cual esta reforma tendría lugar.
“La constitución de Ecuador brinda dos alternativas: Una enmienda (art. 441) y una reforma parcial (art. 442). Por la forma en la que está redactada la Constitución, la diferencia para aplicar una u otra vía es tan sutil que puede ser fácilmente manejada según los intereses de quien la interpreta. Ambos artículos no establecen con claridad cuándo debe usarse cada proceso”.
Para cada alternativa hay un proceso diferente: (1) la enmienda se puede lograr a través de un referéndum o (2) a través de dos discusiones en el parlamento. En esta última opción, la enmienda debe ser aprobada por dos tercios de la Asamblea Nacional. Si el presidente decide cambiar la constitución a través de una reforma parcial, el poder legislativo primero debate la reforma, y luego su aprobación o rechazo recae en manos de la ciudadanía, a través de un referendo.
Según Alexis Mera, secretario jurídico de la presidencia, el primer debate de la enmienda se realizará antes de octubre de este año, y el segundo en el año siguiente. El jueves, la representante parlamentaria y simpatizante del oficialismo Soledad Buendía, presentó la propuesta de enmienda constitucional.
“Queda así confirmada la vía que utilizarán: La enmienda aprobada por la Asamblea”, Veloz explica.
“Esta vía, para Correa, resulta ser la mejor opción, pues la propuesta no pasaría por un referéndum, y ya que tiene de su lado a más de las dos terceras partes de la Asamblea Nacional necesarias para pasar la enmienda, cumplirá fácilmente con el proceso para hacer el cambio en la Constitución que le permita la reelección indefinida”. El partido de Correa, Alianza PAIS, actualmente tiene 100 de 137 escaños en el parlamento.
A pesar de que él reconoce que es el “pueblo ecuatoriano” el que “decidirá entre la continuidad o la alternancia de sus gobernantes”, el argumento no parece extenderse a la decisión de llevar a cabo o no la enmienda. En 2011, por ejemplo, Correa llamó a un referéndum para otra reforma constitucional, en la que se modificaron artículos relacionados a la privación de libertad y el sector financiero.
Esto nos lleva a la pregunta de por qué Correa ha decidido no dejar esta decisión en las manos de los Ecuatorianos. “Tal vez ya no se siente tan confiado como antes”, Veloz afirma.
Si la reforma es aprobada, Correa entonces estaría lanzándose a la presidencia por cuarta vez. Primero ganó la elección presidencial en 2006, e impulsó una reforma constitucional en 2008 para “refundar el Estado ecuatoriano, la cual permitía una vez la reelección. Una vez que la nueva Carta Magna fue aprobada, unas nuevas elecciones fueron convocadas para el año 2009, en las cuales los ecuatorianos eligieron a Correa una vez más como su presidente. Cuatro años más tarde, se lanzó para la reelección, ganando por tercera vez.
En abril, Guillermo Lasso, líder del partido opositor CREO, dejó en claro su rechazo a una eventual enmienda constitucional que podría afectar la alternancia en el poder, el principal atributo de la democracia.
“No estamos de acuerdo con la reelección indefinida de ningún cargo en Ecuador. Necesitamos promover nuevos liderazgos y nuevos proyectos políticos. La constitución actual permite que los proyectos políticos continúen, pero no las personas”.
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Correa no es el primero en Américas Latina en cambiar la constitución y perpetrarse en el poder. En 2009, el expresidente de Venezuela Hugo Chávez ganó un referéndum que le permitió modificar la constitución y conseguir un tercer período de gobierno. Del mismo modo, Daniel Ortega de Nicaragua logró aprobar una enmienda para la reelección indefinida en enero de este año.