EnglishEl pasado fin de semana, el grupo de los 77 junto a China, se reunió en Bolivia para discutir temas de sostenibilidad, la lucha contra la pobreza y el desarrollo “equitativo”. A pesar del nombre, la membresía del bloque ha crecido hasta incluir 133 países en desarrollo de América Latina, África y Asia, cuyos presidentes y representantes acudieron a Santa Cruz de la Sierra para conmemorar el 50 aniversario del grupo.
Más allá del ambiente y la igualdad, el discurso anti-imperialista dominó el debate entre los jefes de Estado.
Entre los presidentes de América Latina que asistieron al encuentro, estaban José Mujica (Uruguay), Horacio Cartes (Paraguay), Nicolás Maduro (Venezuela), Ollanta Humala (Peru), Rafael Correa (Ecuador), Cristina Kirchner (Argentina), Raúl Castro (Cuba) y Evo Morales (Bolivia), quien tiene la presidencia pro tempore del bloque este año.
“Hacia un nuevo orden mundial para vivir bien” fue el tema de la cumbre G77+China, y la plataforma para que el Presidente de Bolivia Evo Morales exhortara a los países miembros a dirigirse hacia un nuevo paradigma de desarrollo sustentable. Morales hizo un llamado para un “vivir bien y conectarse con la Madre Tierra.”
El Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon también asistió al encuentro, donde reafirmó la contribución que ha tenido el bloque en el desarrollo de sus países miembros: “Con el pasar de los años, este grupo diverso, el cual actualmente representa más de la mitad de la población mundial, y casi dos tercios de los estados miembros de las Naciones Unidas, le ha dado al Sur la posibilidad de poder hablar con una voz en común”.
Las decisiones tomadas durante esta cumbre contribuirán con la Agenda para el Desarrollo Post-2015 de las Naciones Unidas.
Desarrollo “inclusivo”, pero sin Estados Unidos
“Muy contento, muy feliz” fueron las palabras que el Presidente Morales utilizó durante su discurso para manifestar su parecer con respecto a la expulsión del embajador estadounidense Philip Goldberg de Bolivia, junto a las agencias de la DEA y USAID: “Ahora no hay por qué pedir permiso de la embajada de Estados Unidos, además de eso no tenemos embajada. Muy contento, muy feliz porque los indígenas hemos sido víctimas de los distintos imperios”.
Morales también aprovechó la oportunidad para advertir sobre la posibilidad de un “segundo Vietnam” en América Latina si los Estados Unidos continúa la “agresión” hacia Venezuela. Después de unas fuertes declaraciones, el presidente boliviano invitó a Rusia a unirse al bloque.
El Presidente de Ecuador Rafael Correa también advirtió sobre amenazas en contra de gobiernos progresistas en la región. “Claramente a nivel regional hay una restauración conservadora que quiere acabar con los gobiernos progresistas”.
La tendencia anti-imperialista también abarcó el sistema de Naciones Unidas. Durante su discurso, el presidente del G77+China propuso eliminar el Consejo de Seguridad “porque ha promovido guerras e invasiones de potencias imperiales para apoderarse de los recursos naturales de los pueblos soberanos”.
Un nuevo orden financiero
Ademas de retórica anti-imperialista y anti-libre mercado, hubo otra moción en la agenda: la “independencia del actual sistema financiero internacional y la construcción de una nueva arquitectura financiera”.
El Presidente de Cuba Raúl Castro propuso por su parte sustituir instituciones financieras como el Fondo Monetario Internacional (FMI) por otras estructuras más inclusivas hacia el Sur y sus necesidades. En este sentido, Morales sugirió la creación del Banco del Sur que permitiría mayor participación a los países en desarrollo en los procesos de toma de decisiones.
La necesidad de una reforma también fue abordada por la Presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, quien hizo un llamado a los miembros del G77 para pronunciarse en contra del “anarco-capitalismo”, que según ella, “pone en peligro no solo el sistema financiero, sino también el sistema económico mundial”.
Aparentemente Fernández utilizó el término “anarco-capitalismo” para describir un sistema emergente “mucho peor que el capitalismo”.
La estrategia del G77 ¿Algo más que palabras?
Víctor Mijares, investigador visitante en el German Institute of Global and Area Studies (GIGA), y profesor asistente de Relaciones Internacionales en la Universidad Simón Bolívar (USB), conversó exclusivamente con el PanAm Post sobre la postura radical recientemente mostrada por los líderes del bloque.
Esta clase de discurso, explica el experto, “ha tenido un importante impacto en América latina, y se ha convertido en la bandera de los movimientos y partidos de izquierda en la región”. Tomando en cuenta que el discurso anti-imperialista del bloque está enfocado en los Estados Unidos, es de esperarse que estos países vean con “buenos ojos” otros poderes fuera de la región, como lo son Rusia y China.
Sin embargo, Mijares enfatiza en que estos poderes extra-regionales tienen su propia agenda. Ellos buscan recuperar sus áreas de influencia, y por lo tanto, “Lo que no se advierte es la reconcentración de capacidades de poder en esos actores extra-regionales y sus esfuerzos por reconstruir un sistema de potencias con claras y delimitadas áreas de influencia. Este fenómeno no convendría a los mismos proponentes de un movimiento mundial ‘anti-imperialista’ tan específicamente dirigido”.
Con respecto a la propuesta de eliminar el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Mijares lo considera “poco plausible”. Si Morales está invitando a Rusia a unirse al bloque, y al mismo tiempo sugiere la disolución del Consejo de Seguridad, “es pedirle a Moscú que renuncie a su estatus formal como potencia y ceda su mayor ventaja diplomática”.
“Por ello creo que las palabras de Morales sólo pueden ser interpretadas como un esfuerzo por justificar sus posiciones ideológicas, sobre todo con un propósito de política doméstica, pero con muy poco sentido realista en el campo internacional”.
“No cabe duda que un sistema de gobernanza financiera sigue pendiente”, explica el experto, “Pero la presidente argentina no identifica en su denuncia que la multipolaridad que ha permitido lo que ella calificaría como exceso de libertad financiera, es el mismo proceso que ha permitido que potencias secundarias como Argentina tengan mayor autonomía internacional”.
Para Mijares, “las propuestas encajan con lo que se esperaría del G-77: aspiraciones que, sin dejar de reflejar genuinas inquietudes, carecen de realismo por el maximalismo expresado en sus propuestas”.