EnglishEl viernes, la ciudad de Maricá, en Río de Janeiro, celebró seis meses de haber iniciado el uso de su primera moneda digital de ayuda estatal, la Mumbuca. La iniciativa, creada por el ayuntamiento de Maricá, se ha convertido en la respuesta para aliviar la pobreza extrema e impulsar la economía local al mismo tiempo.
Con más del 70% de las familias con ingresos menores a tres salarios mínimos —$R2.034 actualmente, o aproximadamente US$914 en 2013—, el gobierno local decidió adelantar un programa de distribución de ingresos que proveyera a los ciudadanos de los medios para comprar productos básicos de comercios locales. El programa es financiado por las altas regalías que recibe Maricá del petróleo, y se distribuye como un pago mensual.
Maricá está ubicada a 130 kilómetros de la capital de Río de Janeiro, y durante su lanzamiento en diciembre, el alcalde Washington Qua Qua explicó los propósitos del programa.
“Nuestro desafío es garantizar un ingreso mínimo a las familias necesitadas y también impulsar el desarrollo de la economía local”.
Para manejar este fondo, las autoridades decidieron crear el Banco Comunitario de Maricá, con una nueva moneda llamada Mumbuca. Según Miguel Moraes, secretario de Derechos Humanos de Maricá, esta moneda —anclada al real brasileño— fue creada como una “herramienta para luchar contra la pobreza, mejorar la distribución de los ingresos, y darle un impulso a la economía local”. Después de ganar un concurso público, la gerencia de este banco se transfirió al Banco Palmas, el banco comunitario más grande de Brasil.

El Banco Palmas describe el programa de distribución de ingresos como un acto “de coraje y justicia social” que asegura que “la riqueza generada por las regalías petroleras terminen en las manos de los pobres”.
Durante su lanzamiento, el ayuntamiento entregó mil tarjetas magnéticas. Ahora, después de seis meses, 9.507 ciudadanos con bajos ingresos reciben esta nueva forma de ayuda estatal. Se están convirtiendo en una minoría considerable, dado que la población local apenas supera los 125.000.
Actualmente, cada beneficiario recibe 85 Mumbucas (US$37) al mes, las cuales solo pueden ser gastadas para comprar comida, medicinas y otros productos básicos en negocios locales pequeños, autorizados previamente por el Banco Palmas. Según el alcalde de Maricá, el beneficio mensual se incrementará gradualmente hasta 100 en 2014, y a 300 en 2016.
Según Moraes, la Mumbuca se destaca del resto de los programas de bienestar, ya que evita el “despilfarro o que el dinero se desvíe hacia negocios ‘no convencionales'”.
Dijo que la idea de usar la tarjeta de débito y una moneda distinta surgió a raíz de las falencias del conocido programa Bolsa Familia, una ayuda que el estado le da a las familias en reales brasileños. “De este modo, no hay control de dónde se usa el dinero. Con una moneda electrónica (…) prevenimos que los fondos sean usados inadecuadamente para comprar bienes ilícitos”.
El programa no solo se ha dirigido a los más pobres, sino también a pequeños empresarios. Las tiendas locales han confirmado que sus ventas han aumentado desde que comenzó el programa Mumbuca. Lo que la gente no podía pagar antes con reales, ahora lo puede pagar con Mumbuca. Hasta ahora, 102 negocios en Maricá se han unido al programa, llamado “Moneda Social Mumbuca”.
Dado el aparente éxito del programa, el secretario de Derechos Humanos de Maricá también anunció que el programa comenzaría a ofrecer microcréditos a pequeños empresarios, con tasas de interés más bajas que otros bancos brasileños, y cuotas flexibles.
El banco comunitario también le da a estos ciudadanos sus propias cuentas, algo nuevo para muchos de ellos. Según el Instituto de Geografía y Estadísticas, 55 millones de brasileños de más de 18 años de edad nunca han tenido una cuenta bancaria. Además, el Banco Central de Brasil calcula que más de 1.900 municipalidades no tienen ningún banco.
El proceso de la Mumbuca es simple: Cada mes, el gobierno aprueba una nueva lista de beneficiarios y deposita en el banco comunitario el equivalente al estipendio mensual, también conocido como “bolsa Mumbuca”. Luego, el banco comunitario de Maricá le asigna una “tarjeta de moneda social” a cada uno de los beneficiarios.

Después de cada mes, los negocios locales que son parte de la “red de economía solidaria” de Maricá reciben del banco comunitario el equivalente a lo que vendieron en Mumbuca, pero en reales brasileños.
Daniel Simões, miembro de la Red Libertaria en Brasil, declaró al PanAm Post sobre los beneficios que esta iniciativa ha traído a la ciudad de Maricá.
“En mi opinión, este ha sido el mejor programa de asistencia para la gente de Maricá. Es una medida altamente positiva, y hoy los ciudadanos de Maricá tienen acceso a alimentos, medicinas y otros servicios”.
Cuando se le preguntó si el programa aumentaría la dependencia de los pobres en el Estado, Simões respondió, “No aumenta la dependencia de los ciudadanos en el Estado, porque es una medida para combatir la pobreza en la región, para personas que ya están en extrema pobreza. Es una medida que oye las voces de la comunidad e incluye a los ciudadanos en la economía local”.
El éxito de este programa parece deberse al doble beneficio para los individuos y los negocios.
“Mientras más personas compren en la ciudad, más intercambio habrá, más progreso, más se produce para vender, más empleos se crean, y mientras más personas se empleen, habrá más consumo, y todo forma un círculo económico virtuoso”, explica el Banco Palmas en un comunicado público.