English A la lista de escasez epidémica de Venezuela —que incluye alimentos, electrodomésticos, automóviles, y otros artículos de primera necesidad como el desodorante— se ha sumado la víctima más reciente: Los boletos de avión. Los controles de divisas del país se han convertido en una trampa para las empresas internacionales que desean repatriar sus ganancias, y eso incluye a las compañías aéreas. Después de más de dos años de esperar por el pago de una creciente deuda en moneda extranjera, las líneas aéreas internacionales perdieron la paciencia, dejando a los venezolanos atrapados con pocas formas de huir de su país.
En los últimos años, el gobierno central de Venezuela ha exigido a todas las aerolíneas vender boletos en la moneda local, el bolívar, y al tipo de cambio oficial de 6,3 Bs. por dólar (tarifa fija desde 2013). Ahora la factura ha llegado, y la administración del presidente Nicolás Maduro aparentemente no tiene ningún fondo para pagarla. Mientras que aquellos en el poder buscan alternativas para pagar las deudas, como ofrecer gratis el combustible de los aviones, o bonos soberanos como parte del pago, las compañías aéreas han comenzado a aumentar la presión sobre el régimen al simplemente disminuir sus operaciones en el país sudamericano.
Ya dos aerolíneas, Air Canada y Alitalia, han suspendido sus operaciones por completo en Venezuela, y más de una docena han reducido drásticamente su número de vuelos, al menos hasta que el gobierno pague la deuda. American Airlines, una de las aerolíneas que más volaban entre Venezuela y Estados Unidos, ha reducido sus operaciones de 48 a 10 vuelos a la semana, y Delta Air Lines es la última que se ha unido a este grupo. El martes, la aerolínea con sede en Atlanta informó a los consumidores que también reducirá sus vuelos hacia Venezuela a uno semanal.
No obstante, el presidente Nicolás Maduro se muestra reacio a negociar.
“La aerolínea que deja a Venezuela en estas circunstancias no va a volver a este país mientras estemos en el poder”, declaró el presidente durante una conferencia de prensa.
Maduro dijo que las aerolíneas no tienen ninguna excusa para suspender sus vuelos, y que los funcionarios venezolanos serán los que tomen medidas contra las compañías aéreas si no se mantienen al día con sus vuelos regulares. “Somos un pagador fiable”, aseguró.
Según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, la deuda global a las aerolíneas ya supera los US$4,2 mil millones, casi una quinta parte de las reservas internacionales del país.
Mientras tanto, la administración de Maduro ha ofrecido pagar a las compañías aéreas a través de pagos parciales y, sobre todo, con un tipo de cambio diferente al acordado inicialmente. Mientras que las compañías aéreas venden sus boletos en 6,3 Bs. por dólar, la nueva propuesta es pagar a las compañías aéreas a una tasa devaluada de 11,3 Bs. por dólar. Dado que esto disminuiría considerablemente el total de la deuda en moneda extranjera, la mayoría de las compañías aéreas han rechazado este acuerdo por completo.
Aun así, quizás viendo la realidad, algunas aerolíneas como Aeroméxico, Air Europa, Tiara Air, Insel Air, Tame Ecuador y Aruba Aerolíneas han aceptado estos términos, y han acordado recibir su pago, incluso con la devaluación.
No obstante, las aerolíneas que constituyen la mayor parte de la deuda se mantienen a un lado del régimen y esperan el pago. Eso incluye a American Airlines ($750 millones), Copa Airlines de Panamá ($500 millones), Avianca de Colombia ($300 millones), Air France ($270 millones), e Iberia de España ($200 millones).
En este entorno, a los pasajeros ha sido casi imposible encontrar boletos, y mucho menos han sido capaces de comprar a los precios ahora vigentes, que son mucho más altos.
“Encontrar un boleto aéreo se ha vuelto bastante complicado para los venezolanos”, explica Julio Correa, un agente de viajes de Caracas.
En una entrevista exclusiva con el PanAm Post, Correa nos contó lo grave que se ha puesto la situación, no solo para las compañías aéreas y los pasajeros, sino también para las agencias de viajes.
La disponibilidad de boletos para salir de Venezuela ha disminuido aproximadamente entre 80% y 86%, en comparación con el año pasado. Mucha gente está buscando boletos para salir de vacaciones o para viajes de negocios; sin embargo, simplemente no encuenran nada”, afirma Correa.
“Solo hay pasajes para Aruba, Curazao y Panamá. Es lo único que se puede encontrar hoy en día. Y si tiene la suerte de encontrar uno, los precios son bastante exorbitantes si los comparamos con los de hace unos meses”.
“Este problema,” Correa explica, “se debe a todas las deudas que el gobierno todavía tiene con las aerolíneas. Y es un problema que nos afecta a todos nosotros, al ciudadano común, a las agencias de viaje, y a todas las empresas especializadas en turismo en Venezuela.”
A pesar de que el problema se remonta a 2012, Correa no puede creer todo lo que ha empeorado este año.
“Julio, agosto y septiembre fueron meses en los que había poca disponibilidad, pero debido a que todos los boletos se habían vendido. Esta semana, en temporada alta, solo hemos vendido tres boletos, de los cuales dos son vuelos nacionales, y solo uno es internacional.”
En su desesperación, los venezolanos han recurrido a las oficinas de las aerolíneas directamente, a probar suerte.
“Cada vez que las aerolíneas abren algunos puestos, se llegan a ver a decenas de pasajeros parados en fila en la oficina de la aerolínea desde desde las 5 a.m., con la esperanza de encontrar cualquier espacio disponible”.
Correa confesó que una vez estaba en una necesidad tan urgente de encontrar un pasaje para sí mismo, que fue a una oficina de la aerolínea. Cuando llegó, no lo podía creer: “Encontré una cola de gente esperando desde la madrugada para ser atendida. A pesar de las largas colas, los empleados de la aerolínea solo atendieron a 30 personas en la mañana y a 30 por la tarde, sin siquiera garantizarles que hubiesen boletos disponibles.”
No obstante, Correa señala que las colas en las oficinas de las aerolíneas han disminuido, dado que muchas de estas ya no están abiertas al público.
Además, los turistas no son los únicos pasajeros afectados por este problema. “Tengo un par de clientes, una madre y su hija. La hija tuvo un accidente en Venezuela, y los médicos tuvieron que amputarle ambas piernas. Ella ahora necesita un tratamiento especial en España para conseguir ambas extremidades artificiales. Solo pudimos encontrar un boleto para la hija, mientras que su madre espera encontrar un boleto para reunirse con ella”.
Sin embargo, el agente de viajes explica que siempre hay una salida. “La gente puede encontrar boletos en cualquier momento, si se paga con moneda extranjera. El problema es que sólo una pequeña minoría puede permitírselo en esas condiciones.”