Argentina se encuentra en vísperas de una elección legislativa. Allí medirán fuerzas tres espacios políticos. Por un lado la alianza del gobierno nacional “Cambiemos”, que incluye al PRO, la Coalición Cívica y el radicalismo, que necesita desesperadamente incrementar el número de legisladores, ya que se encuentra en minoría tanto en diputados como en senadores.
Enfrente está el peronismo, todavía con un kirchnerismo con intenciones electorales, que hasta el momento logra posicionarse como la verdadera oposición política ideológica de Macri.
Como tercera fuerza el Frente Renovador (espacio de Sergio Massa) busca la difícil tarea de mostrarse como una oposición responsable, distanciándose del macrismo, al que señala como espacio conservador, y del kirchnerismo al que denuncia como manifestación política corrupta, responsable de muchos de los desastres que aquejan al país hasta estos días.
El massismo ha acompañado al gobierno en leyes fundamentales como el arreglo con los hold outs y ha respaldado al kirchnerismo en otras oportunidades. La circunstancia actual de enfrentamiento que viven los argentinos parece perjudicar a esta fuerza que busca instalar en la opinión pública la necesidad de un espacio alternativo.
En un encuentro del bloque oficialista el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, le habría manifestado al grupo de diputados que “sin importar lo que hagan” cuentan con un tercio del voto garantizado y que bajo ninguna circunstancia podrían rescatar un solo voto de otro tercio del electorado. “Tenemos que ir por el tercio del medio”, habría indicado al bloque.
El kirchnerismo cuenta con un mapa de ruta similar. Son conscientes que su espacio es incondicional, sin importar los casos de corrupción y la crisis económica que dejaron, y que Macri representaría el polo opuesto para el imaginario colectivo de sus seguidores.
Este paro nacional y el enfrentamiento en la opinión pública (denominado recientemente como “grieta”) pareciera consolidar a los espacios supuestamente antagónicos y hacer languidecer al tercero en discordia. Tanto el macrismo como el kirchnerismo son conscientes de esta situación y más allá de lo que manifiestan públicamente, ambos grupos continúan buscando seducir a este tercio del electorado, donde el que puede salir perjudicado es Sergio Massa.