No hay dudas que el gobierno de Mauricio Macri heredó una pesada situación económica: Recesión, inflación, distorsión de precios, altos subsidios, desabastecimiento energético, control de cambios y otras tantas cosas que el kirchnerismo dejó cual bomba de tiempo lista para explotar.
En el primer año y medio de mandato de Cambiemos se dieron unos pasos importantes: Se liberó el cepo al dólar, comenzaron a ajustarse las tarifas gradualmente en la búsqueda de recuperar un sistema de precios, la inflación comenzó a bajar y se recuperaron las estadísticas reales.
Sin embargo el déficit fiscal no da respiro y las inversiones que el país tanto necesita tardan en consolidarse. La presión impositiva es sin dudas uno de los principales problemas a solucionar para poder incrementar los márgenes de inversión en Argentina.
El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, realizó dos informes para el Congreso Nacional donde se advierte la grave situación impositiva.
La carga fiscal del país es del 32% del Producto Bruto Interno y supera por un 40% el nivel promedio de América Latina y el Caribe. El alto porcentual impositivo argentino es similar al de los países más desarrollados del mundo (que promedian un 34%) pero los servicios públicos, en comparación a los de las potencias, son de pésima calidad.
En relación al Impuesto al Valor Argegado (IVA) la carga argentina es del 21% y conforma el 7,2% del PIB. En la región el promedio es del 13% y en el mundo de 15,7%. Cabe destacar que el impuesto en Nueva Zelanda es del 15% (6 puntos porcentuales menos) y que aporta el 10% del Producto (casi 3 puntos más que en Argentina).
Los informes, publicados por el portal Infobae, advierten también que en relación a las cargas patronales, es decir los impuestos que pagan los empleadores por cada trabajador, Argentina es el país que lidera nuevamente el bochornoso ranking fiscal: Mientras que en América Latina es del 13% y en el mundo del 17%, en el infierno fiscal argentino va del 23 al 27%.
El último informe del World Economic Forum(2016) ya había coronado a la Argentina como el país con más impuestos del mundo. En este listado también aparecieron entre los primeros puestos los vecinos Bolivia, Colombia, Brasil y Venezuela.
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Quien no mostró gran optimismo ante el éxito de una posible reforma fiscal en estas circunstancias fue el ex ministro de Defensa y Economía, Ricardo López Murphy.
“Hay que alentar la producción y el empleo. Cuando la gente vea lo que le cuesta el Estado grande va a pedir un cambio”.
Para el dos veces candidato a presidente, el programa argentino es muy gradual y hay exagerada laxitud fiscal. Esta situación requiere que a nivel internacional permanezcan muy bajas las tasas de interés. “Se necesita continuidad en la política y mucha suerte”, advirtió Murphy en declaraciones a Radio Cultura.