
En la jornada de ayer en la televisión argentina, durante la transmisión del programa “Animales Sueltos”, se generó un debate entre los periodistas Eduardo Feinmann y Romina Manguel acerca de la pobreza que se replicó a lo largo de todo el día en redes sociales.
A la vuelta de un informe donde una mujer, madre de diecisiete hijos, comentaba que no le alcanza el dinero de la asistencia social estatal para alimentar a su familia, la periodista, visiblemente emocionada, fue increpada por su colega. Feinmann le reclamó que no se le cayeron las mismas lágrimas con otra noticia, donde un niño de tres años murió de un balazo durante un asalto a su padre.
El informe, donde la humilde mujer mostraba como cocinaba medio pollo para trece personas, generó el debate repleto de lugares comunes sobre “el fracaso de la política” en Argentina, ante los aumentos constantes de pobreza.
Sin embargo, más allá de las distintas posiciones, no se vio (como no se ve tampoco en el debate político) ni un comentario acerca de la responsabilidad de las personas. ¿No hay ninguna responsabilidad de una madre de diecisiete hijos viviendo en la más cruda pobreza, que aparentemente no muestra ningún signo de discapacidad mental o motriz?
Es innegable que un niño que llega al mundo en la pobreza total y absoluta tiene el delito y la delincuencia al alcance de su mano, como afirman quienes buscan justificar exclusivamente las problemáticas delictivas en contextos sociales. Pero también son ciertas otras tres cuestiones:
Que no todos los pobres deciden delinquir (y que la mayoría de los pobres son las primeras víctimas de los que sí lo hacen). Que las políticas “redistribucionistas” fracasaron (la pobreza en Argentina se tornó exponencial con la aplicación de estas medidas supuestamente temporales y paliativas que se tornaron definitivas y llevan “asistiendo” a tres generaciones). Y que existe definitivamente responsabilidad, por ejemplo, en una madre que trae al mundo diecisiete hijos, sobre todo si tenemos en cuenta que en cualquier hospital público tiene acceso a todos los métodos anticonceptivos sin pagar ella un solo centavo.
Es curioso que, más allá de la situación de pobreza de la mujer en el informe, los panelistas hayan reparado exclusivamente en que sus ingresos estatales no son suficientes para darle de comer a todos pero… ¿Cuánto dinero debería ganar una persona para mantener a diecisiete hijos? Cualquier cuenta que uno haga arrojará la realidad que para llevar un nivel de vida aceptable con esa familia, harían falta ingresos, no básicos ni medios, sino extraordinarios.
Hayek decía que cuando se le agrega el término “social” a otra palabra, lo único que se hace es vaciar de contenido a la primera, por lo que no me gusta hablar de “justicia social”. Pero hablemos lisa y llanamente de justicia. ¿Es justo para una criatura nacer en un contexto de miseria absoluta? ¿Es justo para una pareja, que a duras penas puede mantener uno o dos hijos, en caso de tenerlos, que tengan que vivir “al día” porque existen impuestos exorbitantes dedicados a financiar y a incentivar comportamientos irresponsables?
El objetivo de este artículo no es faltarle el respeto a nadie, sino sumar y revalorizar el factor de la responsabilidad en las problemáticas que vivimos.