
La figura del “piquete” en Argentina se instaló durante la crisis de 2001 y se institucionalizó durante el kirchnerismo con la cuestionada política de “no criminalizar la protesta social”.
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Durante la última década los ciudadanos argentinos fueron víctimas de la violencia y la coerción de centenares de grupos de encapuchados que decidían arbitrariamente cortar las principales autopistas y avenidas en reclamo por subsidios o planes sociales. Esta metodología extorsiva generó, lógicamente, varias tragedias con el correr de los años, como la muerte de personas en ambulancias que no pudieron llegar a tiempo a los centros de salud.
En sintonía con el relato oficial, el kirchnerismo se dedicó a coptar políticamente a estos sectores cumpliendo con sus demandas para luego utilizarlos incluso como fuerzas de choque, tal es el caso de la agrupación izquierdista “Quebracho”.
Durante la última campaña presidencial Mauricio Macri prometió que los violentos no volverían a cortar el tránsito y puso a cargo del Ministerio de Seguridad a Patricia Bullrich. La funcionaria se mostró comprometida con la nueva política y desarticuló los piquetes que se realizaron en jurisdicciones federales, como en las autopistas o las inmediaciones del Aeropuerto Internacional de Ezeiza.
Sin embargo el presidente encontró un escollo en el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, su aliado Horacio Rodríguez Larreta, que se dedicó a evitar por todos los medios cualquier tipo de represión policial. Para el intendente capitalino el temor a que (como se dice en la jerga política argentina) “le tiren un muerto” pudo, hasta hoy, más que la promesa de campaña del presidente argentino y las intenciones de su ministra.
En la jornada de hoy agrupaciones vinculadas al kirchnerismo cortaron la avenida 9 de Julio frente al Ministerio de Desarrollo Social causando graves problemas en el tránsito de la ciudad. Militantes de “Tupac Amaru”, “Quebracho” y “Corriente Patria Grande”, con el rostro cubierto y palos, impidieron el paso de los autos que cruzaban la avenida y en minutos el centro de la ciudad quedó colapsado.
El caos, que empezó a las dos de la tarde y se extendió por casi tres horas, parece haber hecho cambiar de opinión a Rodríguez Larreta que finalmente se decidió a dar la orden para liberar el lugar.
En el operativo de las fuerzas de seguridad tuvo como protagonistas a la División Operaciones Urbanas de Contención y Actividades Deportivas de la Policía de la Ciudad y terminó con varios heridos y detenidos.
Desde el Gobierno aseguraron que, además de los reclamos de planes sociales, la marcha tuvo finalidades políticas en el marco del año electoral, por lo que decidieron mostrar firmeza, ante la sorpresa de la opinión pública y de los mismos piqueteros.
Fuentes del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires aseguraron a PanAm Post que a partir de hoy las diferencias de criterio entre Nación y Ciudad sobre los cortes de calle quedaron atrás y que, de ser necesario, se repetirán los operativos policiales como los de la jornada de hoy.
Sin dudas esto sería un paso importante para Argentina si se desea recuperar la normalidad en un país que, con el correr de los últimos años, perdió completamente el rumbo y el sentido común.