
Luego de haber estado ausente en las primeras sesiones, la expresidente Cristina Fernández de Kirchner hoy decidió presentarse en su banca para la jornada donde se tratará el presupuesto y la reforma tributaria. Cabe destacar que el tema latente en el senado es la posibilidad del desafuero de Kirchner, que podría terminar con la prisión preventiva para la expresidente.
Al inicio de la sesión Kirchner solicitó una cuestión de privilegio, herramienta que suele usarse regularmente cuando un legislador considera que ha sido víctima de alguna calumnia o acusación injustificada y desea manifestarse al respecto. La presidencia del cuerpo, ocupada por la vicepresidente Gabriela Michetti le otorgó la palabra para la cuestión, que tiene asignada una duración de diez minutos.
La expresidente hizo un discurso político sobre su situación judicial mucho más extenso de lo permito, situación que no se le hubiese permitido a un legislador «común y corriente». Michetti haciendo caso omiso de los diez minutos establecidos le solicitó a la senadora que redondeara la idea cuando esta había superado los 20 minutos de exposición. Ante la solicitud, nerviosa, de la segunda de Macri, se pudo ver a una Cristina incómoda, desacostumbrada a que alguien le ponga un límite. Con total desfachatez pidió que le dieran 15 minutos más.
Michetti, que le rechazó el pedido, le permitió continuar hablando, cuando lo que correspondía era que le quitasen la palabra. Finalmente la expresidente habló 25 minutos, ignorando el tiempo que debía haber tenido su exposición.
Esta cuestión, que puede sonar hasta superficial, es muy importante ante una de las cuestiones de fondo que aquejan a la Argentina: los privilegios y la igualdad ante la ley. Luego de esta primera experiencia sería oportuno que las autoridades de la cámara tomen nota de la cuestión y que a partir de este momento le den el mismo trato a Kirchner que al resto de los legisladores, que es lo que corresponde.
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En las elecciones legislativas del año pasado, Cristina Kirchner fue relagada al segundo puesto por debajo del macrismo en la provincia de Buenos Aires, pero accedió a una banca en el senado porque desde la reforma constitucional de 1994 por provincia se asignan dos cupos para la mayoría y uno para la primera minoría.