
Mediante un artículo en el masivo portal nacional Infobae, Guillermo Castello le dio visibilidad a un proyecto de ley que propone terminar con un privilegio de la burocracia estatal de la Provincia de Buenos Aires: el feriado del empleado público. El legislador citó a Milton Friedman y dijo que no hay “feriado gratis”, resaltando la necesidad de cambiar la cultura del trabajo en Argentina. En diálogo con PanAm Post, el diputado de cambiemos reconoció que la clase política, a pesar del cambio de Gobierno, “sigue estando en deuda con relación a la eficiencia del sector estatal”.
El precandidato a intendente por la Ciudad de Mar del Plata dijo que tuvo el respaldo de varios legisladores, que coinciden con la necesidad de derogar el privilegio en cuestión, pero espera a la votación para ver cuantos diputados en realidad respaldan la medida.
-¿De donde salió este feriado que ahora se propone derogar?
El origen es una ley nacional del 2014, a la cual adhirió luego la Provincia de Buenos Aires, en pleno auge del populismo kirchnerista. Estuvo impulsada por los gremios estatales, que no reparan en dar mejores prestaciones a los ciudadanos, sino en lograr supuestas conquistas sociales. El problema termina siendo que los conquistados y esclavizados por este tipo de leyes demagógicas impulsadas por los sindicatos estatales somos los ciudadanos de a pie, que tenemos que pagar la fiesta para recibir cada día peores servicios por parte del Estado.
– Más allá del feriado concreto, ¿considera que es parte de una lucha cultural todo esto?
Claro. Es absolutamente necesario encarar una batalla cultural, después de 12 años de kirchnerismo y más de 70 de populismo. Es necesario volver a poner en un primer plano la cultura del trabajo, del esfuerzo, del sacrificio, por sobre el descanso, el facilismo y el cortoplacismo que son los disvalores que predominaron en los últimos años. Ese cambio requiere mucho compromiso de la dirigencia y mucha paciencia y labor docente, porque es un cambio estructural que toca intereses afincados en la sociedad y lamentablemente naturalizados por la complicidad y el silencio de todos los partidos políticos.
El populismo fomentó la cultura del no trabajo, sin evaluar las consecuencias de largo plazo. Con un país con 30 % de pobreza e indicadores sociales africanos, la salida es de la mano del trabajo y no del descanso.
-Parte del electorado considera que con el peronismo o con Cambiemos, el sector estatal mantiene sus beneficios. ¿Es correcto?
Más que beneficios, a esta altura yo hablaría de privilegios. El peronismo ha llevado esos privilegios al extremo, y un caso concreto es el Estatuto Docente de la Provincia de Buenos Aires. La gente votó un cambio y lo ratificó en las urnas en 2017, y me parece que aún estamos en deuda respecto de hacer más eficiente y productivo el funcionamiento de la Administración Pública. Si no lo logramos, lo que va a suceder es que la sociedad va a consumar su divorcio definitivo de la burocracia estatal.

Mediante un artículo en el masivo portal nacional Infobae, Guillermo Castello le dio visibilidad a un proyecto de ley que propone terminar con un privilegio de la burocracia estatal de la Provincia de Buenos Aires: el feriado del empleado público. El legislador citó a Milton Friedman y dijo que no hay “feriado gratis”, resaltando la necesidad de cambiar la cultura del trabajo en Argentina. En diálogo con PanAm Post, el diputado de cambiemos reconoció que la clase política, a pesar del cambio de Gobierno, “sigue estando en deuda con relación a la eficiencia del sector estatal”.
El precandidato a intendente por la Ciudad de Mar del Plata dijo que tuvo el respaldo de varios legisladores, que coinciden con la necesidad de derogar el privilegio en cuestión, pero espera a la votación para ver cuantos diputados en realidad respaldan la medida.
-¿De donde salió este feriado que ahora se propone derogar?
El origen es una ley nacional del 2014, a la cual adhirió luego la Provincia de Buenos Aires, en pleno auge del populismo kirchnerista. Estuvo impulsada por los gremios estatales, que no reparan en dar mejores prestaciones a los ciudadanos, sino en lograr supuestas conquistas sociales. El problema termina siendo que los conquistados y esclavizados por este tipo de leyes demagógicas impulsadas por los sindicatos estatales somos los ciudadanos de a pie, que tenemos que pagar la fiesta para recibir cada día peores servicios por parte del Estado.
– Más allá del feriado concreto, ¿considera que es parte de una lucha cultural todo esto?
Claro. Es absolutamente necesario encarar una batalla cultural, después de 12 años de kirchnerismo y más de 70 de populismo. Es necesario volver a poner en un primer plano la cultura del trabajo, del esfuerzo, del sacrificio, por sobre el descanso, el facilismo y el cortoplacismo que son los disvalores que predominaron en los últimos años. Ese cambio requiere mucho compromiso de la dirigencia y mucha paciencia y labor docente, porque es un cambio estructural que toca intereses afincados en la sociedad y lamentablemente naturalizados por la complicidad y el silencio de todos los partidos políticos.
El populismo fomentó la cultura del no trabajo, sin evaluar las consecuencias de largo plazo. Con un país con 30 % de pobreza e indicadores sociales africanos, la salida es de la mano del trabajo y no del descanso.
-Parte del electorado considera que con el peronismo o con Cambiemos, el sector estatal mantiene sus beneficios. ¿Es correcto?
Más que beneficios, a esta altura yo hablaría de privilegios. El peronismo ha llevado esos privilegios al extremo, y un caso concreto es el Estatuto Docente de la Provincia de Buenos Aires. La gente votó un cambio y lo ratificó en las urnas en 2017, y me parece que aún estamos en deuda respecto de hacer más eficiente y productivo el funcionamiento de la Administración Pública. Si no lo logramos, lo que va a suceder es que la sociedad va a consumar su divorcio definitivo de la burocracia estatal.

Mediante un artículo en el masivo portal nacional Infobae, Guillermo Castello le dio visibilidad a un proyecto de ley que propone terminar con un privilegio de la burocracia estatal de la Provincia de Buenos Aires: el feriado del empleado público. El legislador citó a Milton Friedman y dijo que no hay “feriado gratis”, resaltando la necesidad de cambiar la cultura del trabajo en Argentina. En diálogo con PanAm Post, el diputado de cambiemos reconoció que la clase política, a pesar del cambio de Gobierno, “sigue estando en deuda con relación a la eficiencia del sector estatal”.
El precandidato a intendente por la Ciudad de Mar del Plata dijo que tuvo el respaldo de varios legisladores, que coinciden con la necesidad de derogar el privilegio en cuestión, pero espera a la votación para ver cuantos diputados en realidad respaldan la medida.
-¿De donde salió este feriado que ahora se propone derogar?
El origen es una ley nacional del 2014, a la cual adhirió luego la Provincia de Buenos Aires, en pleno auge del populismo kirchnerista. Estuvo impulsada por los gremios estatales, que no reparan en dar mejores prestaciones a los ciudadanos, sino en lograr supuestas conquistas sociales. El problema termina siendo que los conquistados y esclavizados por este tipo de leyes demagógicas impulsadas por los sindicatos estatales somos los ciudadanos de a pie, que tenemos que pagar la fiesta para recibir cada día peores servicios por parte del Estado.
– Más allá del feriado concreto, ¿considera que es parte de una lucha cultural todo esto?
Claro. Es absolutamente necesario encarar una batalla cultural, después de 12 años de kirchnerismo y más de 70 de populismo. Es necesario volver a poner en un primer plano la cultura del trabajo, del esfuerzo, del sacrificio, por sobre el descanso, el facilismo y el cortoplacismo que son los disvalores que predominaron en los últimos años. Ese cambio requiere mucho compromiso de la dirigencia y mucha paciencia y labor docente, porque es un cambio estructural que toca intereses afincados en la sociedad y lamentablemente naturalizados por la complicidad y el silencio de todos los partidos políticos.
El populismo fomentó la cultura del no trabajo, sin evaluar las consecuencias de largo plazo. Con un país con 30 % de pobreza e indicadores sociales africanos, la salida es de la mano del trabajo y no del descanso.
-Parte del electorado considera que con el peronismo o con Cambiemos, el sector estatal mantiene sus beneficios. ¿Es correcto?
Más que beneficios, a esta altura yo hablaría de privilegios. El peronismo ha llevado esos privilegios al extremo, y un caso concreto es el Estatuto Docente de la Provincia de Buenos Aires. La gente votó un cambio y lo ratificó en las urnas en 2017, y me parece que aún estamos en deuda respecto de hacer más eficiente y productivo el funcionamiento de la Administración Pública. Si no lo logramos, lo que va a suceder es que la sociedad va a consumar su divorcio definitivo de la burocracia estatal.

Mediante un artículo en el masivo portal nacional Infobae, Guillermo Castello le dio visibilidad a un proyecto de ley que propone terminar con un privilegio de la burocracia estatal de la Provincia de Buenos Aires: el feriado del empleado público. El legislador citó a Milton Friedman y dijo que no hay “feriado gratis”, resaltando la necesidad de cambiar la cultura del trabajo en Argentina. En diálogo con PanAm Post, el diputado de cambiemos reconoció que la clase política, a pesar del cambio de Gobierno, “sigue estando en deuda con relación a la eficiencia del sector estatal”.
El precandidato a intendente por la Ciudad de Mar del Plata dijo que tuvo el respaldo de varios legisladores, que coinciden con la necesidad de derogar el privilegio en cuestión, pero espera a la votación para ver cuantos diputados en realidad respaldan la medida.
-¿De donde salió este feriado que ahora se propone derogar?
El origen es una ley nacional del 2014, a la cual adhirió luego la Provincia de Buenos Aires, en pleno auge del populismo kirchnerista. Estuvo impulsada por los gremios estatales, que no reparan en dar mejores prestaciones a los ciudadanos, sino en lograr supuestas conquistas sociales. El problema termina siendo que los conquistados y esclavizados por este tipo de leyes demagógicas impulsadas por los sindicatos estatales somos los ciudadanos de a pie, que tenemos que pagar la fiesta para recibir cada día peores servicios por parte del Estado.
– Más allá del feriado concreto, ¿considera que es parte de una lucha cultural todo esto?
Claro. Es absolutamente necesario encarar una batalla cultural, después de 12 años de kirchnerismo y más de 70 de populismo. Es necesario volver a poner en un primer plano la cultura del trabajo, del esfuerzo, del sacrificio, por sobre el descanso, el facilismo y el cortoplacismo que son los disvalores que predominaron en los últimos años. Ese cambio requiere mucho compromiso de la dirigencia y mucha paciencia y labor docente, porque es un cambio estructural que toca intereses afincados en la sociedad y lamentablemente naturalizados por la complicidad y el silencio de todos los partidos políticos.
El populismo fomentó la cultura del no trabajo, sin evaluar las consecuencias de largo plazo. Con un país con 30 % de pobreza e indicadores sociales africanos, la salida es de la mano del trabajo y no del descanso.
-Parte del electorado considera que con el peronismo o con Cambiemos, el sector estatal mantiene sus beneficios. ¿Es correcto?
Más que beneficios, a esta altura yo hablaría de privilegios. El peronismo ha llevado esos privilegios al extremo, y un caso concreto es el Estatuto Docente de la Provincia de Buenos Aires. La gente votó un cambio y lo ratificó en las urnas en 2017, y me parece que aún estamos en deuda respecto de hacer más eficiente y productivo el funcionamiento de la Administración Pública. Si no lo logramos, lo que va a suceder es que la sociedad va a consumar su divorcio definitivo de la burocracia estatal.

Mediante un artículo en el masivo portal nacional Infobae, Guillermo Castello le dio visibilidad a un proyecto de ley que propone terminar con un privilegio de la burocracia estatal de la Provincia de Buenos Aires: el feriado del empleado público. El legislador citó a Milton Friedman y dijo que no hay “feriado gratis”, resaltando la necesidad de cambiar la cultura del trabajo en Argentina. En diálogo con PanAm Post, el diputado de cambiemos reconoció que la clase política, a pesar del cambio de Gobierno, “sigue estando en deuda con relación a la eficiencia del sector estatal”.
El precandidato a intendente por la Ciudad de Mar del Plata dijo que tuvo el respaldo de varios legisladores, que coinciden con la necesidad de derogar el privilegio en cuestión, pero espera a la votación para ver cuantos diputados en realidad respaldan la medida.
-¿De donde salió este feriado que ahora se propone derogar?
El origen es una ley nacional del 2014, a la cual adhirió luego la Provincia de Buenos Aires, en pleno auge del populismo kirchnerista. Estuvo impulsada por los gremios estatales, que no reparan en dar mejores prestaciones a los ciudadanos, sino en lograr supuestas conquistas sociales. El problema termina siendo que los conquistados y esclavizados por este tipo de leyes demagógicas impulsadas por los sindicatos estatales somos los ciudadanos de a pie, que tenemos que pagar la fiesta para recibir cada día peores servicios por parte del Estado.
– Más allá del feriado concreto, ¿considera que es parte de una lucha cultural todo esto?
Claro. Es absolutamente necesario encarar una batalla cultural, después de 12 años de kirchnerismo y más de 70 de populismo. Es necesario volver a poner en un primer plano la cultura del trabajo, del esfuerzo, del sacrificio, por sobre el descanso, el facilismo y el cortoplacismo que son los disvalores que predominaron en los últimos años. Ese cambio requiere mucho compromiso de la dirigencia y mucha paciencia y labor docente, porque es un cambio estructural que toca intereses afincados en la sociedad y lamentablemente naturalizados por la complicidad y el silencio de todos los partidos políticos.
El populismo fomentó la cultura del no trabajo, sin evaluar las consecuencias de largo plazo. Con un país con 30 % de pobreza e indicadores sociales africanos, la salida es de la mano del trabajo y no del descanso.
-Parte del electorado considera que con el peronismo o con Cambiemos, el sector estatal mantiene sus beneficios. ¿Es correcto?
Más que beneficios, a esta altura yo hablaría de privilegios. El peronismo ha llevado esos privilegios al extremo, y un caso concreto es el Estatuto Docente de la Provincia de Buenos Aires. La gente votó un cambio y lo ratificó en las urnas en 2017, y me parece que aún estamos en deuda respecto de hacer más eficiente y productivo el funcionamiento de la Administración Pública. Si no lo logramos, lo que va a suceder es que la sociedad va a consumar su divorcio definitivo de la burocracia estatal.

Mediante un artículo en el masivo portal nacional Infobae, Guillermo Castello le dio visibilidad a un proyecto de ley que propone terminar con un privilegio de la burocracia estatal de la Provincia de Buenos Aires: el feriado del empleado público. El legislador citó a Milton Friedman y dijo que no hay “feriado gratis”, resaltando la necesidad de cambiar la cultura del trabajo en Argentina. En diálogo con PanAm Post, el diputado de cambiemos reconoció que la clase política, a pesar del cambio de Gobierno, “sigue estando en deuda con relación a la eficiencia del sector estatal”.
El precandidato a intendente por la Ciudad de Mar del Plata dijo que tuvo el respaldo de varios legisladores, que coinciden con la necesidad de derogar el privilegio en cuestión, pero espera a la votación para ver cuantos diputados en realidad respaldan la medida.
-¿De donde salió este feriado que ahora se propone derogar?
El origen es una ley nacional del 2014, a la cual adhirió luego la Provincia de Buenos Aires, en pleno auge del populismo kirchnerista. Estuvo impulsada por los gremios estatales, que no reparan en dar mejores prestaciones a los ciudadanos, sino en lograr supuestas conquistas sociales. El problema termina siendo que los conquistados y esclavizados por este tipo de leyes demagógicas impulsadas por los sindicatos estatales somos los ciudadanos de a pie, que tenemos que pagar la fiesta para recibir cada día peores servicios por parte del Estado.
– Más allá del feriado concreto, ¿considera que es parte de una lucha cultural todo esto?
Claro. Es absolutamente necesario encarar una batalla cultural, después de 12 años de kirchnerismo y más de 70 de populismo. Es necesario volver a poner en un primer plano la cultura del trabajo, del esfuerzo, del sacrificio, por sobre el descanso, el facilismo y el cortoplacismo que son los disvalores que predominaron en los últimos años. Ese cambio requiere mucho compromiso de la dirigencia y mucha paciencia y labor docente, porque es un cambio estructural que toca intereses afincados en la sociedad y lamentablemente naturalizados por la complicidad y el silencio de todos los partidos políticos.
El populismo fomentó la cultura del no trabajo, sin evaluar las consecuencias de largo plazo. Con un país con 30 % de pobreza e indicadores sociales africanos, la salida es de la mano del trabajo y no del descanso.
-Parte del electorado considera que con el peronismo o con Cambiemos, el sector estatal mantiene sus beneficios. ¿Es correcto?
Más que beneficios, a esta altura yo hablaría de privilegios. El peronismo ha llevado esos privilegios al extremo, y un caso concreto es el Estatuto Docente de la Provincia de Buenos Aires. La gente votó un cambio y lo ratificó en las urnas en 2017, y me parece que aún estamos en deuda respecto de hacer más eficiente y productivo el funcionamiento de la Administración Pública. Si no lo logramos, lo que va a suceder es que la sociedad va a consumar su divorcio definitivo de la burocracia estatal.

Mediante un artículo en el masivo portal nacional Infobae, Guillermo Castello le dio visibilidad a un proyecto de ley que propone terminar con un privilegio de la burocracia estatal de la Provincia de Buenos Aires: el feriado del empleado público. El legislador citó a Milton Friedman y dijo que no hay “feriado gratis”, resaltando la necesidad de cambiar la cultura del trabajo en Argentina. En diálogo con PanAm Post, el diputado de cambiemos reconoció que la clase política, a pesar del cambio de Gobierno, “sigue estando en deuda con relación a la eficiencia del sector estatal”.
El precandidato a intendente por la Ciudad de Mar del Plata dijo que tuvo el respaldo de varios legisladores, que coinciden con la necesidad de derogar el privilegio en cuestión, pero espera a la votación para ver cuantos diputados en realidad respaldan la medida.
-¿De donde salió este feriado que ahora se propone derogar?
El origen es una ley nacional del 2014, a la cual adhirió luego la Provincia de Buenos Aires, en pleno auge del populismo kirchnerista. Estuvo impulsada por los gremios estatales, que no reparan en dar mejores prestaciones a los ciudadanos, sino en lograr supuestas conquistas sociales. El problema termina siendo que los conquistados y esclavizados por este tipo de leyes demagógicas impulsadas por los sindicatos estatales somos los ciudadanos de a pie, que tenemos que pagar la fiesta para recibir cada día peores servicios por parte del Estado.
– Más allá del feriado concreto, ¿considera que es parte de una lucha cultural todo esto?
Claro. Es absolutamente necesario encarar una batalla cultural, después de 12 años de kirchnerismo y más de 70 de populismo. Es necesario volver a poner en un primer plano la cultura del trabajo, del esfuerzo, del sacrificio, por sobre el descanso, el facilismo y el cortoplacismo que son los disvalores que predominaron en los últimos años. Ese cambio requiere mucho compromiso de la dirigencia y mucha paciencia y labor docente, porque es un cambio estructural que toca intereses afincados en la sociedad y lamentablemente naturalizados por la complicidad y el silencio de todos los partidos políticos.
El populismo fomentó la cultura del no trabajo, sin evaluar las consecuencias de largo plazo. Con un país con 30 % de pobreza e indicadores sociales africanos, la salida es de la mano del trabajo y no del descanso.
-Parte del electorado considera que con el peronismo o con Cambiemos, el sector estatal mantiene sus beneficios. ¿Es correcto?
Más que beneficios, a esta altura yo hablaría de privilegios. El peronismo ha llevado esos privilegios al extremo, y un caso concreto es el Estatuto Docente de la Provincia de Buenos Aires. La gente votó un cambio y lo ratificó en las urnas en 2017, y me parece que aún estamos en deuda respecto de hacer más eficiente y productivo el funcionamiento de la Administración Pública. Si no lo logramos, lo que va a suceder es que la sociedad va a consumar su divorcio definitivo de la burocracia estatal.

Mediante un artículo en el masivo portal nacional Infobae, Guillermo Castello le dio visibilidad a un proyecto de ley que propone terminar con un privilegio de la burocracia estatal de la Provincia de Buenos Aires: el feriado del empleado público. El legislador citó a Milton Friedman y dijo que no hay “feriado gratis”, resaltando la necesidad de cambiar la cultura del trabajo en Argentina. En diálogo con PanAm Post, el diputado de cambiemos reconoció que la clase política, a pesar del cambio de Gobierno, “sigue estando en deuda con relación a la eficiencia del sector estatal”.
El precandidato a intendente por la Ciudad de Mar del Plata dijo que tuvo el respaldo de varios legisladores, que coinciden con la necesidad de derogar el privilegio en cuestión, pero espera a la votación para ver cuantos diputados en realidad respaldan la medida.
-¿De donde salió este feriado que ahora se propone derogar?
El origen es una ley nacional del 2014, a la cual adhirió luego la Provincia de Buenos Aires, en pleno auge del populismo kirchnerista. Estuvo impulsada por los gremios estatales, que no reparan en dar mejores prestaciones a los ciudadanos, sino en lograr supuestas conquistas sociales. El problema termina siendo que los conquistados y esclavizados por este tipo de leyes demagógicas impulsadas por los sindicatos estatales somos los ciudadanos de a pie, que tenemos que pagar la fiesta para recibir cada día peores servicios por parte del Estado.
– Más allá del feriado concreto, ¿considera que es parte de una lucha cultural todo esto?
Claro. Es absolutamente necesario encarar una batalla cultural, después de 12 años de kirchnerismo y más de 70 de populismo. Es necesario volver a poner en un primer plano la cultura del trabajo, del esfuerzo, del sacrificio, por sobre el descanso, el facilismo y el cortoplacismo que son los disvalores que predominaron en los últimos años. Ese cambio requiere mucho compromiso de la dirigencia y mucha paciencia y labor docente, porque es un cambio estructural que toca intereses afincados en la sociedad y lamentablemente naturalizados por la complicidad y el silencio de todos los partidos políticos.
El populismo fomentó la cultura del no trabajo, sin evaluar las consecuencias de largo plazo. Con un país con 30 % de pobreza e indicadores sociales africanos, la salida es de la mano del trabajo y no del descanso.
-Parte del electorado considera que con el peronismo o con Cambiemos, el sector estatal mantiene sus beneficios. ¿Es correcto?
Más que beneficios, a esta altura yo hablaría de privilegios. El peronismo ha llevado esos privilegios al extremo, y un caso concreto es el Estatuto Docente de la Provincia de Buenos Aires. La gente votó un cambio y lo ratificó en las urnas en 2017, y me parece que aún estamos en deuda respecto de hacer más eficiente y productivo el funcionamiento de la Administración Pública. Si no lo logramos, lo que va a suceder es que la sociedad va a consumar su divorcio definitivo de la burocracia estatal.