
¿Mensaje indirecto? ¿un ministro chismoso? ¿operación planificada? No se sabe. Lo cierto es que llegaron a los medios de comunicación los dichos del presidente a su mesa de ministros nacionales. En una reunión privada de gabinete, Mauricio Macri le hizo saber a sus allegados que la “foto” que piden muchos periodistas y analistas no será posible.
Desde muchos espacios, luego de la confirmación del salvataje del Fondo Monetario Internacional, se solicitó un pacto de gobernabilidad con el peronismo. Una foto patriótica de apoyo y responsabilidad entre el líder de Cambiemos y el peronismo que garantice que, más allá de la crisis, todos (o al menos varios) patean para el mismo lado.
En la opinión del jefe de Estado argentino, el peronismo no ofrece ningún dirigente o espacio representativo, confiable, que reúna las condiciones para ser un interlocutor válido. “Al Partido Justicialista le cuesta que lo vean en el mundo como una garantía. Somos los únicos representantes del modelo”, manifestó Macri a la mesa de ministros.
Como es de público conocimiento, no hay ninguna posibilidad de diálogo con el espacio de Cristina Fernández de Kirchner, pero en el resto del peronismo, en la opinión del presidente, hay “muchos líderes”, pero nadie “representativo” de un espacio que habilite al diálogo de gobernabilidad.
El “ninguneo” o la “guapeada” de Macri, que no da puntada sin hilo (o en la política moderna sin ver las encuestas del día) revela que al día de hoy, todavía tendría la reelección como una gran posibilidad. En el mundo del PRO estas manifestaciones suelen estar muy analizadas y nunca son improvisadas. Dados los antecedentes del macrismo gobernando, acá hay un claro mensaje de que todavía, y a pesar de la situación económica, la división del peronismo le estaría facilitando un segundo mandato.
Peronismo quebrado
Más allá de las virtudes y defectos de la gestión de gobierno, lo cierto es que las posibilidades de Macri para el año próximo se relacionan directamente con la capacidad de unidad de un peronismo, hasta hoy, todavía atomizado. La figura de la expresidente es uno de los factores que más aportan al quiebre peronista. El alto índice de rechazo que genera su figura hace que los gobernadores y muchos legisladores quieran mantenerse alejados.
Hasta hoy, el presidente argentino goza del quiebre del espacio de los gobernadores, cuya situación (y deuda) local dependen en gran parte del éxito de Macri. Este espacio no quiere incendio y tampoco enfrentar abiertamente al posible presidente 2019-2022. De aparecer un candidato propio habría apoyo, pero hay cautela.
Desde el kirchnerismo se apuesta al caos total. Es el único escenario que le brinda alguna posibilidad a la expresidente de regresar a la Casa Rosada. Los diputados y senadores se encuentran en el medio. Buscan diferenciarse del oficialismo, pero a la vez no quieren mucha cercanía con Cristina. Votaron algunas leyes con el Gobierno y se mostraron en contra de otras. Mientras este escenario permanezca, Macri agradecido. Por las palabras de hoy del presidente, todavía no hay un líder que pueda unificar a las facciones y enfrentarlo con chances el año próximo.