Miguel Ángel Pichetto al menos es consecuente. No se lo puede acusar de que no predica con el ejemplo. Fue espada legislativa del menemismo y del kirchnerismo y ha defendido posiciones absolutamente opuestas durante ambos períodos políticos. Ahora, el jefe de bancada peronista del senado quiere que los médicos hagan lo mismo que hizo él durante su carrera política: que carezcan de principios propios y obedezcan.
Durante las rondas de debate previas al tratamiento de la despenalización del aborto en el senado, el legislador tuvo un fuerte cruce con una médica que se opone a la práctica en cuestión. María de los Ángeles Carmona, ginecóloga, aclaró que con el cuerpo médico de la actualidad no es posible cumplir la ley en tratamiento en los términos planteados, sobre todo por la falta de especialistas en el área de ginecología en turnos de guardia. “Los médicos no podemos trabajar bajo presión de cárcel”, le dijo al senador peronista la doctora.
En la discusión con Pichetto, que votará a favor de la legalización del aborto, Carmona, que se desempeña en el Consejo Superior de Médicos de la provincia de Buenos Aires, aclaró que la objeción de conciencia es “un bien constitucional no negociable” y que la lista de los especialistas que se amparen como objetores “no debe ser pública porque generaría discriminación del médico en varios aspectos”.
Pero para Pichetto, la ley que salió de diputados, y que permite la posibilidad de registrarse como objetores de conciencia y no realizar abortos, “se quedó corta”. Según el legislador peronista, en el sector público “no debería haber ningún tipo de objeción de conciencia”. En la acalorada discusión con la médica, Pichetto le manifestó que si ella trabaja en el sector público “está obligada a cumplir la ley”.
En la jornada pública, Pichetto no se cruzó solamente con la médica, sino que tuvo cuestionamientos del mismo peronismo. El senador José Mayans pidió la palabra y manifestó estar “en contra” de la posición del jefe de bloque. Para Mayans, “el Estado no puede obligar a matar a nadie” y la ley que cuenta con media sanción de diputados “es inaplicable”.
En diputados el proyecto fue aprobado con 129 votos a favor, 125 en contra y una abstención. Los bloques mayoritarios tuvieron posiciones a favor y en contra y se espera otro resultado parejo en la Cámara Alta. Todavía varios senadores no han expresado su posición, por lo que hasta ahora el resultado es incierto.