Cuando explotó el escándalo de los cuadernos de la corrupción de la obra pública durante el kirchnerismo, el presidente argentino, Mauricio Macri, dijo que la justicia debe ir hasta las “últimas consecuencias”, “caiga quien caiga”.
Las palabras del líder de Cambiemos tomaron otro significado esta mañana cuando su primo, Ángelo Calcaterra, se presentó voluntariamente a los tribunales de Comodoro Py. Ante el fiscal reconoció que pagó coimas, que los funcionarios kirchneristas extorsionaban y que desea acogerse a la figura del “arrepentido”.
Es evidente que el familiar de Macri sabe muy bien que su nombre puede figurar en los cuadernos de Centeno y decidió adelantarse y blanquear la situación, antes de ser requerido por la justicia. Si tiene datos para aportar, su función de “arrepentido” le brindará una pena más benigna.
Calcaterra era el propietario de IECSA, empresa dedicada a la construcción, que fue beneficiada con diversas obras públicas durante el kirchnerismo y la gestión de Julio De Vido en el ministerio de Planificación Federal. Con la llegada de Macri a la presidencia de Argentina, su primo decidió vender las acciones y desvincularse de la empresa. Sin embargo, su nombre lo vincula a los hechos de corrupción de la multimillonaria obra pública corrupta de los gobiernos de Néstor y Cristina.
Según sus declaraciones de esta mañana, los funcionarios K eran los que pedían los sobornos, “apretaban” y “extorsionaban” a los empresarios, solicitando jugosos retornos de los pagos que efectivizaba el Estado.”Yo le daba la plata a Sánchez Caballero y él pagaba por orden mía”, reconoció Calcaterra. El primo de Macri queda como imputado en la causa, pero no fue detenido y se retiró de tribunales en libertad.
De esta manera, Calcaterra se suma a la lista de “arrepentidos” con Caballero, al igual que el chofer Oscar Centeno y el empresario Juan de Goycoechea.
El “escándalo de los cuadernos”
La trama de corrupción que tiene en vilo a Argentina, que evaporó los sueños de regreso del kirchnerismo, y que ahora salpica a la familia Macri, explotó luego de la separación de un chofer del ministerio de Planificación.
Oscar Centeno, conductor del auto que repartía las coimas, documentó durante años, de puño y letra, cada viaje y soborno, para tenerlo como “seguro” por si un día decidían prescindir de sus servicios. Los registros indican que los traslados de dinero llegaron hasta el departamento particular de Cristina Kirchner y la Casa de Gobierno.
Sin embargo no fue él en encargado de develar el escándalo de corrupción de la obra pública kirchnerista. Su exmujer, Hilda Horowitz, le contó todo a la prensa y luego fue a la justicia a declarar. El juez federal Claudio Bonadio ya pidió al senado que le remueva los fueros a la expresidente y el peronismo cuenta con los votos para habilitar el trámite que podría terminar con Cristina en prisión.