Desde el equipo económico del Gobierno argentino se prepara una serie de anuncios para tratar de alejar de la boca de los periodistas, inversores y analistas una palabra que mete miedo: default. Desde el Banco Central y el Ministerio de Economía buscarán en los próximos días mostrar que hay financiamiento para llegar a 2019, cuando el presidente se juegue su reelección.
La situación no es sencilla, el riesgo país volvió a los 700 puntos y desde el mes de abril que no se logra detener la corrida cambiaria y la suba del dólar. La semana abrió con el tipo de cambio a 31 pesos y el Banco Central tuvo que salir a vender USD $100 millones de las reservas para tranquilizar a una demanda inquieta.
Aunque todavía hay silencio de radio sobre los anuncios, trascendió que uno de los principales objetivos sería reducir el riesgo país de 700 a una zona entre 500 y 550. Dado el complicado panorama en el mercado internacional, y un acuerdo con el FMI que probablemente no pueda cumplirse ante la proyección inflacionaria, el Gobierno buscará respaldo de los operadores locales como fondos comunes, bancos y compañías aseguradoras.
En la jornada de hoy, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, reconoció que esperan que 2018 cierre con una caída en la actividad económica del 1 %. Uno de los motivos que le ha jugado en contra al Gobierno fue la sequía que afectó de manera considerable al sector agropecuario. Para el año próximo, el ministro prometió un pequeño rebote con un crecimiento del 1,5 %.
Similitudes y diferencias con 2015
Cuando Cristina Kirchner llegaba al final de su mandato en diciembre de 2015 el panorama económico era claro: que la bomba le explote al próximo. Sin posibilidades de presentarse para un tercer mandato por imposibilidad constitucional, la exmandataria pudo nadar hasta la orilla evitando la gran crisis que latía debajo de la alfombra.
Hoy, Mauricio Macri puede heredar su peligrosa herencia que carga con errores propios, y lógicamente, ajenos. El plan y los anuncios para mostrar solamente que el financiamiento por un año no corre peligro deja en evidencia que el Gobierno sabe que fracasó en su agenda económica. Lo que buscará mostrar durante los próximos meses es una gestión que logró terminar con la impunidad y la corrupción que imperó en argentina durante la última década.
La pregunta que queda pendiente es si el electorado argentino se conformará con ese logro para darle una nueva oportunidad a Cambiemos y, sobre todas las cosas, si en un nuevo mandato Macri hará lo que debió hacer al asumir y no hizo: una reforma económica de fondo.