La calificadora Standard & Poor’s tenía catergorizada la deuda argentina como “B+”. Pero dada la situación económica y sus implicancias políticas, la influyente consultora ha decidido bajar la categoría en cuestión a “B”. Detrás de la modificación está la caída proyectada en el PBI, que el mismo Gobierno ya reconoció, la salvaje devaluación del peso argentino y las dudosas posibilidades de que Mauricio Macri logre realizar su plan de reducción del déficit fiscal.
Esto no tomó por sorpresa ni al Gobierno ni a los principales agentes económicos, ya que si bien la categoría era de “B+”, hace un tiempo que la firma tenía la carpeta argentina en “revisión especial negativa”. Ahora con la baja de la categoría a “B”, la misma fue denominada como “estable”. La revisión de la consultora había comenzado en agosto del año pasado, por lo que todos los sobresaltos económicos que sufrió el país desde entonces hacen completamente predecible la baja en la calificación. Para Standard & Poor’s, la nueva calificación quedará igual hasta que se despejen los “riesgos de implementación de las medidas de ajuste económico”.
La consultora también indicó que confía que el sector agropecuario pueda aliviar la contracción económica, producto del fin de la sequía sufrida los últimos meses. Cabe destacar que dos de cada tres dólares que ingresan al país están relacionados con las exportaciones agrícolas. Con relación a las calificaciones de corto plazo en moneda extranjera, no hubo modificaciones. Estaba en clase “B” y se mantuvo igual.
La imagen de Macri, en baja
Según una encuesta publicada por la consultora de Ricardo Rouvier, el presidente argentino incrementó su imagen negativa y de a poco se acerca a los índices de rechazo que posee Cristina Fernández de Kirchner. Según la medición, el líder de Cambiemos estaría en 55% de rechazo, con 41% de aprobación. La expresidente, todavía un poquito más complicada, no tiene números tan diferentes: según el trabajo de Rouvier está en 58% de rechazo y 39% de apoyo.