Seguramente el país que más se verá afectado (para mal o para bien, todavía es incierto) con la asunción de Jair Bolsonaro como presidente de Brasil será Argentina. Aunque todos los ojos están puestos en lo que el nuevo mandatario hará con el Mercosur, lo cierto es que la cuestión económica no es lo único que puede generar un impacto en el vecino del Sur.
Si alguna lección dejó la elección brasilera y los altos índices de popularidad con que Bolsonaro arranca su gestión, esto es la desaparición de la cultura políticamente correcta como hegemonía política y cultural. Mauricio Macri, que consideró al asumir que no podía moverse un ápice del paradigma kirchnerista, que incluso llegó a sobreactuar enojando al propio electorado, puede haber tomado nota.
En vísperas de las primarias abiertas y obligatorias de agosto, Cambiemos decidió jugar una carta polémica: insistir con la baja de edad de imputabilidad penal. Hace dos años el oficialismo había intentado dar esta discusión, pero todo quedó en la nada luego de las críticas de las organizaciones de Derechos Humanos, monopolizadas por la izquierda y cercanas al kirchnerismo.
Ahora, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, adelantó que enviarán al Congreso el proyecto para que sea tratado en el verano, durante las sesiones extraordinarias. El texto, además de la reducción en la edad de imputabilidad penal, crea un régimen “socioeducativo y terapéutico” para los menores que cometan delitos a cualquier edad. Según la ministra, estas medidas tratarán de disuadir a los jóvenes, para que “no sigan en las conductas disvaliosas que lo llevan a matar o morir”.
Argentina próximamente discutirá la reforma del Código Penal en el Parlamento y Cambiemos aspira a poder incluir esta modificación en el marco de esa discusión.
“Competirán para ver quién es el más Bolsonaro”
Margarita Stolbizer, referente de la centroizquierda, anticipó que no es casual que traten estas iniciativas en este momento y que en las próximas elecciones las fuerzas políticas tendrán una competencia tratando de imitar al nuevo presidente del Brasil. “Remo contra la corriente en todo esto, pero no voy a cambiar mi posición por más que algunos estén desde acá aplaudiendo a Bolsonaro”.
La fundadora del partido GEN competiría por un frente socialdemócrata junto al Partido Socialista y algunos elementos de la Unión Cívica Radical que no se sienten representados por el macrismo. En las últimas elecciones compitió por un frente que incluía a Sergio Massa, que ahora está en el armado peronista no kirchnerista.