Las noticias de esta semana en Argentina cuentan algo que no es del todo noticia: un peronista en el Poder Ejecutivo y una actitud desesperada por mantenerse en el cargo. Cambian los peronistas en cuestión, la orientación política del peronista, los momentos y los contextos. Pero en el fondo siempre es la misma historia.
En este caso hablamos del gobernador de La Rioja, Sergio Casas, que no le alcanzó con dos mandatos al frente de su provincia, por lo que quería ir por la re-reelección, como otro riojano célebre. Como un tercer período está prohibido por la ley provincial, confiado en que podría modificarlo mediante una consulta popular, Casas llamó a un plebiscito para que los riojanos le digan “SI” o “NO” a sus ansias de permanencia en el poder.
Aunque su opción fue la más votada, obteniendo el 22% contra el 16% que se manifestó en contra, el resultado no le da la atribución de un nuevo mandato. La consulta popular, para que sea válida, tiene que alcanzar el 35% de los sufragios. El resultado de la elección no deja mucho por discutir, pero Casas sigue aferrado a su interés “rereelecionista” con un insólito argumento: considera que como el “NO” no obtuvo el 35%, su opción debe ser considerada ganadora. Una vergüenza.
“Es un caradura”
El abogado Ricardo Gil Lavedra, de larga trayectoria en el derecho constitucional, fue consultado sobre la curiosa interpretación que hizo Casas del resultado de la elección y fue fulminante:
“Entendemos que la enmienda necesita una ratificación del 35% y eso no se logró. Es absurda la interpretación que dice que se necesita un 35% de rechazo. Son un mamarracho, las enmiendas deben ser ratificadas por el voto positivo. Casas es un caradura que pretende buscar una re-reelección cuando ni siquiera su gente lo va a votar”, indicó.
Menem: el presidente que consiguió una reforma y fracasó buscando la segunda
Cuando Carlos Saúl Menem fue electo presidente de Argentina, la Constitución Nacional indicaba que había un período de seis años, sin posibilidades de un segundo mandato consecutivo. Dado el éxito económico y la eliminación de la inflación, Menem contaba con apoyo de sobra para impulsar la reforma mediante consulta popular. Ricardo Alfonsín, que le puso la banda presidencial en medio de una severa crisis económica, prefirió negociar con el riojano una reforma, para evitar los cambios unilaterales del Ejecutivo. Esto se conoció como el “Pacto de Olivos” y la Constitución fue reformada en 1994 (para dos mandatos de cuatro años). En 1999 Menem buscó una segunda reforma por los mismos motivos de la primera, pero ya no contaba con el mismo apoyo como para realizarla.
Cristina Fernández de Kirchner también sugirió esa posibilidad luego de dos mandatos, pero el repudio a la idea generó masivas movilizaciones en todo el país que eliminaron cualquier discusión sobre una nueva reforma constitucional.
Hoy visitamos la primera parte de la obra del Paseo Presidente Carlos Saúl Menem, en su #Anillaco querido. Un pequeño homenaje, a un hombre que dio todo por nuestra provincia. pic.twitter.com/qCPsd6gwev
— Sergio Casas (@SergioGCasas) March 29, 2018