En un nuevo capítulo en la causa de los cuadernos de la corrupción K, Miguel Ángel Plo, que se desempeñaba como abogado defensor de la viuda de Daniel Muñoz (secretario fallecido de Néstor Kirchner), fue detenido hoy por solicitud del juez federal Claudio Bonadio. La orden de detención también fue para su yerno, Federico Zupicich.
Muñoz, que había sido acusado y procesado por enriquecimiento ilícito, murió de cáncer en mayo de 2016. Trabajó como uno de los más cercanos colaboradores del expresidente entre 2003 y 2009 y su nombre llegó por primera vez a los medios de comunicación cuando fue mencionado por Miriam Quiroga. La exempleada de Casa de Gobierno durante el mandato de Néstor Kirchner confesó por televisión que era amante del expresidente y que Muñoz era una parte clave en el engranaje de la corrupción y del manejo del dinero de las coimas.
La viuda de Muñoz es Carolina Pochetti y está presa desde hace tres meses. Si bien en un primer momento dijo que ella no tenía nada que ver con las acusaciones que caían sobre su fallecido esposo, el cerco se fue cerrando y ahora planteó un cambio radical en su defensa: pidió ser aceptada para declarar como “arrepentida”.
En estos días la defensa de Pochetti sufrió varios cambios. Primero rompió su relación con el ahora detenido Miguel Ángel Plo y luego tampoco se puso de acuerdo con su reemplazante. Mientras espera que se la acepte como “arrepentida”, la viuda de Muñoz solicitó un defensor oficial.
Para el juez Bonadio, Plo tuvo que ver en el desvío de los fondos de los que Pochetti supuestamente estaba al tanto. Según la justicia argentina, Muñoz habría ubicado en Estados Unidos un monto cercano a los 70 millones de dólares.
El escándalo de los cuadernos
La trama de corrupción que desvela al kirchnerismo explotó cuando salieron a la luz ocho cuadernos manuscritos que pertenecían a Oscar Centeno, chofer del ministerio de Planificación. Centeno le manejaba el auto a Roberto Baratta, mano derecha del exministro, también detenido, Julio De Vido. En las anotaciones manuscritas quedaron registrados los movimientos de los bolsos de la coima de la obra pública, sus entregas y distribución. Según estos documentos, en varias oportunidades los bolsos con millones de dólares llegaban incluso al departamento de Cristina Fernández de Kirchner en la Ciudad de Buenos Aires.