La Unión Cívica Radical, una de las tres patas de la coalición gobernante argentina Cambiemos, se reunió en la provincia de Corrientes para una convención, en medio de los tironeos con el macrismo por las candidaturas y las amenazas de internas. Luego de que un dirigente radical le ganara la PASO (Primaria Abierta Simultánea Obligatoria) al postulante macrista en La Pampa, en el marco de la discusión de la candidatura a gobernador de la provincia, el centenario partido “sacó pecho”. Mediante un comunicado difundido luego del cónclave, los radicales le adelantaron al presidente Mauricio Macri que no aceptarán en el interior del país candidatos puestos a dedo por la rosada y que el macrismo deberá discutir hasta la fórmula presidencial.
Desde diciembre de 2015 que los analistas vienen discutiendo sobre lo que es realmente Cambiemos. ¿Una coalición de Gobierno? ¿Una alianza parlamentaria? ¿Un espacio político con legisladores de varios partidos, pero subordinado al PRO del presidente? El documento, compartido en redes sociales, parece terminar con la discusión. Aunque los dirigentes macristas repitan en los medios de comunicación que “gobiernan” con los radicales, lo cierto es que la UCR piensa distinto. Aclararon que son parte de Cambiemos, pero no del “Gobierno Nacional”. Sin embargo, pretenden cambiar esta situación pensando en un posible mandato de la mano de la reelección.
“Somos conscientes del esfuerzo que viene realizando el Gobierno Nacional para recuperar el sendero de crecimiento que los argentinos necesitan. Esfuerzos fiscales, iniciativas de simplificación normativa, compromiso con la transparencia, mejoras en las relaciones internacionales, entre otras cuestiones que se llevan adelante en el marco de restricciones objetivas, muchas de ellas heredadas de la experiencia populista que culminó en diciembre del año 2015”, señaló el texto.
En el documento partidario, la UCR reconoce que las demandas de la sociedad no fueron satisfechas, a pesar de la salida del kirchnerismo, y pidieron “ampliar las miradas” y “produndizar los diagnósticos” para fortalecer el espacio político, a “a lo largo y ancho del país”.
“En ese sentido, la discusión sobre las candidaturas nacionales, del binomio presidencial y legislativas, corresponde que se desarrolle -en el momento oportuno- atendiendo al fortalecimiento de la coalición y a evitar una regresión populista, en el marco de la Mesa Nacional de Cambiemos”, indicaron los radicales en el documento.
Con estas palabras, la UCR le está diciendo al PRO que están dispuestos a quitar de carpeta la idea de una primaria, pero esto no le saldrá gratis a Macri: deberá entregarle a los aliados su compañero de fórmula y discutir con ellos las listas parlamentarias en cada provincia.
El presidente argentino sabe que necesita del aliado, sobre todo en materia de presencia territorial en el interior del país. La difícil situación económica le impide por completo prescindir de su principal socio, pero hasta ahora el PRO no ha mostrado intenciones de abrir el juego. Habrá que esperar a los próximos meses para confirmar si la necesidad obliga a Macri a abrir la mesa chica, pensando en garantizar su reelección, pero perdiendo una considerable cuota de poder.