Para la estadística quedarán los resultados: la victoria del Movimiento Popular Neuquino (MPN) con 39,92 %, el segundo puesto para el peronismo, con el 26 % y el tercer lugar para el frente Cambiemos, que obtuvo el 15,13 %. Pero la elección a gobernador de la provincia petrolera de Neuquén tiene mucha más tela para cortar.
Omar Gutiérrez, actual gobernador por el MPN, que renueva su mandato por otros cuatro años, se vio beneficiado por la famosa grieta de kirchneristas y antikirchneristas. O al menos eso aseguran las fuentes del macrismo. “La gente percibió que podía ganar Cristina con Rioseco, por eso muchos votantes que nos podrían haber acompañado eligieron un voto más seguro con el MPN”, aseguraron anoche desde el equipo de campaña de Quiroga al PanAm Post.
Entre todas las luchas de fuerza que se dieron en este adelanto de las elecciones presidenciales, CFK, previo a que se abrieran las urnas, ya había ganado una interna: se posicionó como la madrina de Ramón Rioseco y hasta hizo campaña por él. El peronismo, pragmático siempre, acompañó la candidatura K en silencio. Según las encuestas, Rioseco podía tener chances de ganar la elección, aprovechándose del desgaste del Gobierno nacional. Cambiemos se mostraba complicado y el partido provincial MPN podía tener más chances ante la lista kirchnerista-peronista.
Con el diario del lunes y el resultado puesto, el macrismo hoy busca generar una lectura política del resultado, más allá de los números: la que perdió fue Cristina… como si el oficialismo no hubiese llevado un candidato propio, que salió tercero lejos. Si bien es cierto que el voto antikirchnerista terminó colaborando con el resultado final, y con la victoria de Gutiérrez, esto habla de lo complicado que está Macri.
Que el Gobierno, que sigue aspirando a la reelección, se base en la derrota de la expresidente para construir una hipotética victoria propia, indica que el macrismo juega con fuego. Este escenario confirma que Cambiemos no aspira a mostrar ningún logro para las presidenciales de este año y que se conforma con la polarización con el kirchnerismo.
Para que el plan de resultado, Mauricio Macri depende de algunas variables fundamentales: que Cristina Kirchner sea candidata y que el peronismo, o no presente candidato fuerte, o no llegue al ballotage. Si la expresidente negocia con el PJ la impunidad y llena sus listas de afines, Macri tiene serios problemas. Se queda sin rival ideal. Pero si CFK se presenta, y el peronismo planta un candidato “potable”, el efecto “Neuquén” podría complicar al Gobierno. Resulta que el antikirchnerismo es más antikirchnerista que macrista, por lo que un votante natural de Cambiemos podría abandonar al oficialismo para ir en contra de la expresidente, como ocurrió ayer en el Sur. Este sería el peor escenario para el Gobierno, quedar terceros y fuera de una segunda vuelta.
Resumiendo: Kirchner se quedó sin victoria para mostrar, lo que podría haber sido un puntapié ideal para su campaña presidencial y el macrismo sigue conformándose con el chiquitaje. Por ahora, el panorama de las primarias de agosto sigue siendo incierto y todavía no hay candidatos firmes.