Luego de un trimestre en alza, la inflación pudo detener su escalada en abril. Aunque todavía sigue demasiado alta, todo parece indicar que finalmente las políticas monetarias restrictivas del Banco Central (ayudadas por las tasas imposibles para la producción) comienzan a dar resultado.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, el mes pasado cerró con una inflación del 3,4 %. Esta cifra, que para países más normales podría indicar el acumulado de un año en lugar de 30 días, fue un alivio para un Gobierno que jamás le encontró la vuelta a la economía.
Cabe destacar que el año comenzó con un 2,9 % en enero, pero los índices fueron de mal en peor: febrero saltó al 3,8 % y marzo arrojó un 4,7 %. Tanto para las expectativas oficiales como para las consultoras privadas, este 3,4 % podría ser el inicio de un leve y gradual descenso que continuaría con la tendencia hasta las elecciones.
Con este último dato, Argentina muestra un acumulado anual del 55,8 %, que revela que la última crisis fue lapidaria para los asalariados. Ningún gremio ha conseguido empatarle a la escalada inflacionaria de los últimos 12 meses. Uno de los datos que más preocupa al Gobierno es el desagregado de alimentos, que incluso cerró por encima del promedio del resto de bienes y servicios. De abril 2018 a abril 2019 el incremento del rubro fue del 66 %.
¿El freno llegó demasiado tarde?
Coincidentemente con la escalada inflacionaria, el Gobierno nacional se mantuvo firme durante el primer trimestre con la idea de una única candidatura presidencial. Cada vez que un periodista podía consultarle al mismo Macri o a su ministro del Interior, Rogelio Frigerio, la respuesta era clara: Cambiemos iba con el mismo candidato de 2015 por la reelección.
Pero las primeras elecciones en el interior del país fueron incrementando la preocupación en el oficialismo. Hasta ahora, Cambiemos no ha podido ganar ni una sola. Cayó en distritos como Neuquén, Santa Fe y la misma provincia de Córdoba, que respaldó masivamente a Macri en 2015 y 2017.
Coincidentemente con el primer índice de inflación en baja, el Gobierno parece haber tomado nota de que no puede aferrarse a la candidatura de un Macri golpeado. Esta semana, el ministro Frigerio, el más claro vocero de la idea de un plan único, abrió el paraguas por primera vez y reconoció el fin del dogma:
Macri va a hacer lo mejor y lo más inteligente para que Argentina no vuelva al pasado. Lo va a hacer.
Ante la repregunta obligada de la periodista, que insistió sobre la posibilidad de un candidato diferente para representar al oficialismo, Frigerio respondió sin vueltas: “Si Macri entiende, y el espacio entiende, que hay alguien mejor para el electorado que asegure que este esfuerzo que estamos haciendo todos los argentinos para cambiar el país… si tiene un candidato que es mejor… seguramente lo analice. ¿Por qué no?”.
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