El liberalismo y el Gobierno de Mauricio Macri es un tema. Aunque desde el kirchnerismo y la izquierda se le señala como el responsable de una serie de políticas “neoliberales”, lo cierto es que el plan económico de Cambiemos no fue otra cosa que la triste continuidad del estatismo peronista.
Muy importante fue el aporte de economistas populares como Ricardo López Murphy, Roberto Cachanosky, Javier Milei o José Luis Espert, que señalaron constantemente los errores del macrismo desde la perspectiva liberal, anticipando el anunciado fracaso. Si estas voces (que pretendieron ser calladas sutilmente desde el oficialismo) no hubieran sido persistentes en los medios, la denuncia constante hacia el supuesto “neoliberalismo” macrista por parte de la izquierda pudo haber generado una importante confusión en la opinión pública.
Aunque es evidente que la gestión económica de Macri fue lo mismo que el kirchnerismo, y aunque los argumentos que refutan la cuestión del “neoliberalismo” son contundentes, desde varios sectores se insiste con la vieja y conocida cantinela populista. Afortunadamente, cada vez con menos éxito y menos oídos entre los ciudadanos.
Alberto Fernández, que de tonto no tiene un pelo, conoce perfectamente esta cuestión, y sabe donde golpear a Macri antes de las elecciones, que tiene prácticamente ganadas. En una reunión donde se celebró la unidad sindical del peronismo, Fernández manifestó que en el macrismo “no son liberales, sino crueles mercantilistas”.
La frase tiene poco de improvisado, mucho de preparación y es un dardo venenoso que complica al macrismo en un momento donde necesita con desesperación cada voto antikirchnerista. La mera presencia de Cristina FernándeZ de Kirchner (CFK) convierte al Frente de Todos en completamente invotable para cualquier liberal. El voto de este espacio, del cual no se tiene idea qué porcentaje tiene, se repartió entre el economista José Luis Espert (2,19), Juan José Gómez Centurión (2,64) y Mauricio Macri (32,09). Aunque, como dijimos, el macrismo tuvo nada de liberalismo, muchos partidarios de esta corriente ideológica emitieron su voto para el oficialismo por temor a un eventual retorno de CFK.
Sabiendo que difícilmente pueda sumar algún voto liberal para su molino (aunque una vez se llegó a manifestar en favor de un “liberalismo progresista” dentro del peronismo), el hecho de recalcar el antiliberalismo macrista no es inocente: los liberales están muy enojados con el actual presidente y estas cuestiones incentivan a volver a votar por otras opciones o a quedarse en la casa el día de los comicios.
En las próximas semanas se realizarán dos debates con todos los candidatos y el 27 de octubre los argentinos irán a votar una vez más. Fernández quiere ganar en primera vuelta y evitar el balotaje. Los números dicen que está cerca del objetivo.