La idea de que el motor del desarrollo, para algunos, o que el modelo “desindustrializador”, para otros, se basó en un programa “agroexportador” es un dogma. No importa la orientación del texto de estudio (que casi siempre va para el mismo lado), la idea de que el Estado argentino fomentó un esquema basado en el desarrolló del sector agropecuario es indiscutida. Al salir de la escuela secundaria o la universidad, el mito ya fue estudiado y repetido de memoria y rendido todos los exámenes aprobados por el cuerpo docente.
Agustín Etchebarne, economista liberal y director de la Fundación Libertad y Progreso, se propuso comenzar a derribar un mito, que ya se hizo carne en todos los argentinos. Los datos lo respaldan, pero abrir este debate en particular es sin dudas todo un desafío.
En un nuevo video de su fundación, que ya alcanzó las 25 mil visitas a las pocas horas de ser compartido, Etchebarne comenta con lujo de detalles como en realidad el modelo de la Constitución de Juan Bautista Alberdi se trató de un esquema de apertura general y no de privilegios o respaldos a un sector en particular. “El proyecto estaba basado en el respeto a la vida, la libertad y la propiedad privada. Con ese marco, nuestro país se convirtió en uno de los más avanzados, con una estructura productiva diversificada”, señala el economista en la producción audiovisual.
Para Etchebarne, la repetición del mito del modelo agroexportador podría tener como intención desvalorizar al modelo liberal, para asociarlo con un sector en particular: “la oligarquía vacuna”. De esta manera, la insistencia del relato ha contribuido a instalar en el imaginario colectivo que el modelo de apertura y libertad económica, supuestamente generador de grandes desigualdades, llevaría al desarrollo exclusivo del campo, dadas las características de Argentina.
Sin embargo, en contra de una de las creencias más arraigadas en el país, Etchebarne confirma que el modelo de la Constitución de 1853 no era otro que el “industrialista de la escuela de Adam Smith“. De esta manera, Argentina consiguió posicionarse como el país número uno del mundo en 1895 en ingreso per capita, permaneciendo medio siglo en el top ten del planeta. En uno de los segmentos más interesantes del video, el director de Libertad y Progreso, recuerda que a pesar del modelo de apertura económica, para 1914, el 71 % de todos los productos consumidos localmente eran industria argentina. Para 1922, esa industria local había ya superado la producción del sector agropecuario.
“En 1932, la industria argentina era más grande que la de México y Brasil sumadas. Para 1943, la industria ya exportaba el 20 % de su producción”. Sin dudas que el dato mata el relato.
Lógicamente, luego se analiza el final del modelo de la mano del proteccionismo, que no hizo otra cosa que terminar perjudicando al sector que en teoría había venido a beneficiar. Aunque la idea del modelo agroexportador argentino esta arraigada en todos los sectores, la historia muestra otra cosa muy diferente. Es hora de abrir un debate indispensable para discutir el futuro del país.