Argentina no dice que está en default o que tiene problemas para cumplir sus compromisos. El país suramericano es muy creativo para estas cuestiones y ahora habla de “reperfilamiento” de la deuda, que en gran parte tiene con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Para muchos analistas los desembolsos que recibió la gestión de Mauricio Macri hacia el final fueron, como mínimo, irresponsables. El organismo de crédito internacional parecía decidido a colaborar con el intento reeleccionista del oficialismo, pero los recursos que llegaron no fueron suficientes.
El mismo Alberto Fernández y su equipo intervinieron, en un caso insólito, pidiendo que deje de llegar el dinero al país, ya que luego no se podría devolver bajo ningún punto de vista. Con el resultado de las primarias del 11 de agosto, que adelantaron el triunfo del peronismo, los giros entraron en stand-by y ahora hay que negociar con el nuevo gobierno. Ya sea para nuevos préstamos o para comenzar a pagar lo que para el presidente electo ya fue dilapidado por la gestión Macri.
Desde el FMI se decidió que es momento de cambiar al interlocutor. De esta manera, terminó la gestión del italiano Roberto Cardarelli, uno de los cuadros más importantes del acuerdo con el macrismo. Ahora toma el hierro caliente su colega venezolano, el economista Luis Cubeddu.
Según el organismo, el cambio no tiene razones en lo particular, sino que obedece a la “rotación” tradicional de los funcionarios de alto rango. Sí reconocieron que aprovecharon el momento del cambio político en el país para meter el cambiazo. La misma Kristalina Georgieva, nueva titular del FMI, habría sido la responsable de la modificación.
Cubeddu cuenta con 20 años de trabajo en el FMI y ya tiene experiencia con el país: ocupó la representación del organismo en 2002, en la época que el Fondo removió a Claudio Loser (argentino) por considerar que fue laxo en diversas negociaciones. El economista venezolano está casado con una argentina y tiene 53 años. Actualmente, el funcionario es subdirector en el Departamento de Investigación del FMI, donde preside el enlace con el G20. Estuvo a cargo de la División de Macroeconomía de Economía Abierta y a cargo de la producción del Informe anual del Sector Externo.
Hasta el momento, Alberto Fernández no ha dado detalles del plan para lidiar con los acreedores, ni presentó al gabinete. Anticipó, de forma muy general, que la idea es pagar siempre y cuando “no sea a costa del hambre del pueblo”. Como ocurre con sus dichos en general, se puede esperar cualquier cosa.
La pregunta ahora es si la llegada de Cubeddu significará el endurecimiento de la relación del organismo con Argentina. Habrá que esperar, pero dado los vencimientos y sus exigencias, no será mucho tiempo.