La “entrevista” con Ignacio Ramonet, con la que Nicolás Maduro inició comunicacionalmente el 2020, desde el primer segundo dejó en evidencia que iba a ser burda propaganda. Más allá de la afinidad ideológica del periodista, y dejando pasar incluso que hasta se desempeña como asesor estrella de Telesur, ambos podrían haber disimulado un poquito más. No lo hicieron.
El director del panfleto izquierdista Le Monde diplomatique en español rompió el hielo preguntándole al dictador cuál era su receta para la destacada estabilidad venezolana, “en vías de mayor prosperidad” económica. Así empezó el show en el mismo escenario de Miraflores, donde un tiempo atrás Jorge Ramos incomodó al discípulo de Chávez, que dejó en evidencia que no tiene ninguna intención (ni capacidad) de responder preguntas incómodas.
Pero el encuentro con Ramonet no iba a representar un problema como ocurrió en esa oportunidad con Ramos. Maduro podría decir cualquier estupidez, pues lo único que iba a conseguir es que le festejaran las tonterías que quisiera decir. En esta oportunidad la opinión del dictador venezolano sobre la política y la economía argentina fue el ámbito delirante, donde la impunidad fue absoluta.
“En Argentina, te puedo decir Ramonet, acudimos al fin tempranero y prematuro de la era Macri”, dijo Maduro, como si el expresidente argentino no hubiera terminado su mandato en término. Luego agregó: “¿Y qué significó Macri? Neoliberalismo, privatización, negación de los derechos laborales, de los derechos sociales… Y en cuatro años se agotó”. A todo esto, Ramonet asistía con la cabeza, como si estuviera escuchando verdades evidentes e incuestionables. El escenario era surrealista: el entrevistado deliraba y el entrevistador convalidaba cada dislate del déspota.
Más allá de la cuestión recurrente del “neoliberalismo” imaginario de la izquierda, la gestión de Cambiemos no ha mostrado en su haber políticas liberales. Argentina ha mantenido el modelo proteccionista, estatista y atrasado que el kirchnerismo había legado. Los únicos dos avances del macrismo en un sentido liberal, la reducción de las retenciones al campo y el control de cambios, fueron dejados sin efecto por el mismo Gobierno al quedarse sin respuestas por evitar las reformas de fondo.
El punto de las “privatizaciones” merece un párrafo aparte. A pesar de que Ramonet avaló la mentira de Maduro, alguien del público podría pensar, dada la seguridad del dictador en sus dichos, que el expresidente argentino pudo haber tenido alguna política en este sentido. Mauricio Macri dejó el poder sin privatizar absolutamente nada. Ni una empresa nacionalizada durante el kirchnerismo salió de la órbita del Estado para pasar a la administración privada. Nada. Pero en estos shows propagandísticos, que de periodismo tienen muy poco, parece que se puede decir cualquier estupidez con total impunidad que no hay repregunta alguna.
Las referencias a los “derechos” sociales y laborales, que también contó con el aval y acuerdo del entrevistador, no es más que otra falacia. La “lluvia de inversiones” que Macri prometió no llegó nunca por dos simples razones: no pudo reducir los impuestos al no achicar el tamaño del Estado (¿”neoliberalismo”?) y tampoco impulsó la necesaria reforma laboral. En Argentina, antes y después de Macri, contratar, emplear y despedir es contradictorio con la inversión. Respecto a los subsidios y los planes sociales, acá sí hay que reconocer que hubo diferencias con el kirchnerismo… ¡Pero en la dirección opuesta! Hasta Cristina Fernández se rió del macrismo por aumentar las partidas de seguridad social en la gestión, luego de las críticas de Macri en su etapa previa de opositor. “Nos acusaban a nosotros de planeros y este gobierno tiene el doble de planes sociales”, dijo la actual vicepresidente (con razón) en octubre del año pasado.
Luego de las declaraciones de Maduro queda en evidencia por qué busca a un socio más que un periodista. Si piensa decir estas estupideces delante de un comunicador medianamente serio, no tendría respuesta alguna si alguien le repregunta, “Disculpe, ¿Privatizaciones en Argentina? ¿Cuáles, por ejemplo?”