En Argentina es un secreto a voces que el presidente Alberto Fernández piensa extender la cuarentena obligatoria a causa de la pandemia del coronavirus (Covid-19). El plazo para el toque de queda inicial sería el 31 de marzo, pero la hipotética extensión ya tendría fecha y todo: mediados de abril.
Hasta el momento, los número en el país, en comparación con otras naciones, no son del todo desalentadores: 5 víctimas fatales y 301 contagios. Pero con la centralización del diagnóstico y los pocos reactivos para confirmar la enfermedad, el número de positivos es poco creíble. Sin embargo, las medidas del Gobierno fueron extremas. Similares a las de Italia o España luego de la explosión. Un informe que recibió el presidente por parte del ministerio de Salud advertía de un hipotético caso con más de dos millones de infectados. Para el sistema de salud argentino ese escenario sería una catástrofe. En este sentido, Fernández manifestó que entre la economía y la vida, elige la vida.
El escritor Ricardo Manuel Rojas, de larga trayectoria en la justicia argentina, advirtió que ante la grave situación económica que padece el país, una cuarentena extrema también terminará generando víctimas fatales.
Desde sus redes sociales, el intelectual liberal dejó un comentario que encendió la polémica:
“Toman medidas que impiden que la gente trabaje y produzca, no toman dimensión del descalabro que generan, y luego como paliativo prometen repartir dinero que no tienen. Ya son más nocivos que el virus“, indicó desde su cuenta de Facebook.
En diálogo exclusivo con PanAm Post, Rojas advirtió: “Es muy peligroso permitir que un gobierno pueda avanzar sobre los derechos individuales invocando situaciones de excepción, cuando tal peligro no resulta claro e inminente. El problema con las medidas para combatir este virus es que no parecen haber contemplado las consecuencias, es decir, no se ha hecho un análisis costo-beneficio de modo que sólo se ve lo que se intenta evitar, pero no lo que se tendrá que pagar, que también podrá medirse en vidas humanas”.
Para el jurista argentino, con el cierre de las fronteras, la posibilidad de que el virus ingrese prácticamente se neutralizó, de modo que de lo que se trata es de manejar lo que ya está dentro. De esta manera, el impacto que podría generar el coronavirus en un país absolutamente aislado “es simple especulación”.
“En un país al borde de la quiebra, al que se lo obliga a suspender toda producción y comercio, las consecuencias serán devastadoras y provocarán muertes, y, para colmo de males, como siempre, se propone paliar los problemas que el propio gobierno genera repartiendo de manera inequitativa dinero que no existe. Me preocupa mucho la liviandad con que se han avasallado derechos individuales en nombre de un potencial peligro a la salud, y la algarabía con la que son tomadas en general estas medidas”, advirtió.
Para Rojas, es fundamental que el gobierno evalúe todas las consecuencias de sus actos antes de tomar decisiones.
La quinta víctima fatal
El último deceso confirmado en el país en las últimas horas es un hombre de 71 años que falleció en la ciudad de Mar del Plata. Había estado de viaje en España y regresó al país infectado el pasado 9 de marzo.