Las usinas oficialistas están preocupadas. Cada vez son más las voces que advierten sobre los riesgos autoritarios del modelo que pretende abrazar el Gobierno y el discurso único cada vez tiene mas voces disidentes. En las últimas horas ya vimos la estrategia de los medios afines al kirchnerismo, que se dedican a visibilizar a personajes bizarros, conspiranoicos y no representativos, con el fin de manchar al que se anime a cuestionar la cuarentena en los términos de Alberto Fernández.
A pesar de la radicalización del proceso desinformativo del Gobierno y sus voceros, cabe destacar que la mentira y la descontextualización estuvo presente desde el primer día de la cuarentena. Mientras que Argentina testeaba muy poco, las autoridades justificaban el encierro total con unos números supuestamente exitosos que no representaban la realidad. Las medias verdades y las dobles intenciones estuvieron presentes desde el día uno.
En la jornada de ayer, el popular economista liberal Javier Milei, fue la nueva víctima de la mentirosa picadora de carne del canal C5N. Aunque en las redes sociales quedó todo muy claro en poco tiempo, los voceros oficiales echaron a rodar una burda operación para desacreditar al referente libertario. La teoría del conductor Pablo Duggan, principal vocero de la tesis del suicidio de Alberto Nisman, indicaba una supuesta contradicción ideológica de Milei, ya que fue beneficiado con un ingreso estatal como parte de su salario de empleado en relación de dependencia.
Desde la pantalla del canal oficialista se mostraron documentos donde se confirmaba el aporte público al sueldo de Milei y los panelistas se mofaron del “economista contradictorio” que cuestiona al Estado, pero sale en búsqueda de su ayuda cuando la situación es adversa. Pero mientras se sugería desde la pantalla que el economista salió a pedir un subsidio, lo cierto es que la realidad es diferente. Los empleadores han negociado con el Estado un aporte para cubrir los salarios durante la cuarentena, arreglo que tuvo al margen a los empleados. Algunos de los trabajadores de todos los sectores siguen cobrando la totalidad del salario y otros un ingreso reducido, pero el acuerdo fue siempre entre empresa y Estado. Los empleados no han sido consultados al respecto. Muchos se enteraron incluso tiempo después que su último salario había sido mitad público mitad privado.
La operación fue tan burda, que el mismo Agustín D´Attellis, economista afin al kirchnerismo que en más de una oportunidad se cruzó con Milei por las posiciones antagónicas de ambos, tuvo que salir a aclarar que todo se trataba de “pescado podrido”. Desde su cuenta de Twitter pidió debatir ideas y no desvirtuar el debate. Su actitud generó el reconocimiento y saludo de varios referentes liberales como Gustavo Lázzari, que le reconoció ser un “hombre de bien” a pesar de las diferencias.
Una cosa es pensar diferente y otra vender pescado podrido. Las cosas como son. @JMilei no pidió un subsidio al Estado. Lo hizo su empleador. El tipo no puede renunciar al sueldo según de donde venga la financiación del mismo.Debatamos ideas,sino se desvirtúa todo y no está bueno
— Agustín D'Attellis (@adattellis) May 27, 2020
Esta mañana, con el asunto caliente en las redes sociales, Milei tuvo dos Trending Topic simultáneos en Twitter. Bajo #MileiPlanero los repetidores del oficialismo siguieron atacando con memes alusivos, pero los seguidores del economista no se quedaron atrás y ubicaron al #YoBancoAMilei, que terminó superando ampliamente al hashtag kirchnerista.
Cuando la operación berreta, sin respaldo intelectual y sin sustento empírico, que fue armada por algunos periodistas inmorales y faltos de ética y otros políticos (que se bañan poco) de baja monta, se te vuelve en contra y te explota en tu cara sin cerebro detrás #YoBancoAMilei pic.twitter.com/gOrxqprjg5
— Diego Giacomini (@GiacoDiego) May 27, 2020