16 de abril de 2020. No pasaron ni dos meses, pero la realidad se le vino encima a más de uno. Varios personajes públicos que decidieron respaldar absolutamente el programa de cuarentena total de Alberto Fernández y compañía, ya sufren en carne propia los resultados inevitables de las peligrosas políticas que avalaron.
En aquella oportunidad, hace solamente seis semanas, el empresario gastronómico Roberto García Moritán, conocido por ser el marido de la popular modelo Pampita, compartió una entrevista con el conductor Guillermo Andino y el economista Javier Milei. Luego de un análisis de situación, donde todos lamentaron los coletazos económicos del COVID-19, el referente liberal se animó a cuestionar la política oficial y pidió flexibilizar las normativas vigentes. Sin desconocer la enfermedad ni sus riesgos, el economista propuso preguntarle al empresario diferentes alternativas para poder abrir sus restaurants con las distancias adecuadas y los recaudos necesarios.
Sin embargo, Moritán no aprovechó la oportunidad y lo dejó en banda a Milei, que no estaba haciendo otra cosa que tirarle un centro. El marido de Pampita eligió ser políticamente correcto y mantenerse dentro del discurso oficial. Parece que el empresario “top” no quiso quedar pegado al discurso supuestamente extremista de los liberales, que lo cierto es que de extremista no tiene nada. En Argentina el sentido común está tan fuera de agenda que lo bizarro es la norma y lo lógico está fuera del debate.
Hacia el final de la entrevista, Moritán dijo que respetaba a Milei y compartía muchas de sus ideas, pero que no le parecía cuestionar el rumbo que había elegido el Gobierno. En su opinión, hay que “aportar valor desde otro lado”. Más allá de los modos refinados del empresario de apellido francés, el desaire fue evidente. Milei, incómodo, guardó silencio. No hay que ser un adivino para advertir lo que habrá pensado el popular economista, ante semejante acto de obsecuencia política e ingratitud personal.
Cuando esta mañana leí las noticias recordé automáticamente aquella entrevista con el empresario y el economista. Resulta que Moritán, que pedía respetar a rajatabla y acompañar las medidas oficiales, hoy advierte que está al borde de la quiebra, al igual que miles de empresarios argentinos. Pasaron solamente seis semanas del destrato a Milei en vivo.
“Todos estamos por cerrar, todas las Pymes de la Argentina estamos por cerrar. Ya veníamos de años difíciles, ahora estamos por cerrar y hay algo que me parece que estaría bueno que empiece a pasar en este momento. Que nos den un poco de previsibilidad sobre lo que se va a venir. Ya entendemos el plan sanitario, y está muy bien, ¿pero cuál es el plan económico?”, advirtió.
Con el correr de los días y el agobio económico, cada vez más gente percibe la falsa dicotomía entre salud y economía. O se piensan medidas inteligentes para reactivar el comercio o la seguidilla de quiebras, deudas y desempleo se traducirán en muertes, mostrando de la peor manera que al final eran dos caras de la misma moneda.