En una reunión privada, el presidente argentino, Alberto Fernández, recibió al titular de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular, Esteban Castro. El “dirigente social” le entregó en mano un documento con un proyecto tan delirante como peligroso. El “Manifiesto nacional por la soberanía, el trabajo y la producción”.
El texto lleva la firma y el aval de 103 de los “movimientos sociales” del país, más identificados con la figura de la vicepresidente Kirchner, que con el peronismo tradicional. El documento tiene la finalidad de “sacar al país de la crisis” en que se encontrará luego de la pandemia actual del coronavirus (COVID-19).
Solamente con leer el título y los nombres de las organizaciones se puede percibir que la propuesta no tiene ninguna posibilidad de brindar soluciones ni de alcanzar el noble objetivo que se busca: el de “reducir la pobreza y generar empleos en los sectores vulnerables”. Todo lo contrario. Igualmente repasemos algunas de las brillantes ideas que Fernández recibió y prometió estudiar con su equipo:
Conseguir la “soberanía alimentaria”
En este particular se apunta a conseguir una supuesta “independencia en la producción, transporte y comercialización de alimentos de las cadenas globales de especulación financiera”. ¿El plan? maoísmo centralista: impulsar la creación de un millón de granjas para reemplazar a los supermercados. Además se propone “declarar de interés y utilidad pública” los sectores vinculados al sector alimentario. Para esto se propone la creación de “una empresa estatal con capacidad reguladora de los precios internos”. Suerte con eso muchachos, seguro que ahora funciona…
Más “impuestos solidarios”
El documento propone suspender el pago de la deuda externa e introducir un nuevo tributo “solidario” para que el 5 % del sector “más rico” contribuya a solucionar la situación de pobreza. También proponen subir los impuestos de los sectores denominados de “mayores ingresos” y aplicar un esquema impositivo “más progresivo”. Es decir, lo que se viene haciendo hace años en el país, pero de manera más agresiva. Los resultados serán los que tenemos en la actualidad, pero más profundos y rápido.
Nacionalización de la banca (un clásico)
Este hit de los grandes éxitos de la izquierda picapiedra no podía faltar. Como si no ocurriera en la actualidad, este punto propone “recuperar capacidad de emisión propia de dinero estatal”, de la mano de un Banco Central manejado por el Poder Ejecutivo. También solicitan que se defina “nacionalmente” el destino del crédito interno y declarar al sistema bancario como “servicio público”.
Otras perlitas
El documento en cuestión, a lo largo de sus páginas también propone: garantizar un ingreso básico para todos los argentinos, estatización de todos los servicios públicos, controlar y reducir todas las importaciones y un plan de construcción de un millón de viviendas.
Aunque el presidente argentino haya agradecido la visita, recibido la carpeta, prometido su estudio detallado y arrojado al cesto de basura, lo cierto es que existe un peligro real en el corto o mediano plazo. El país va rumbo a un colapso y cuando todo vuele por los aires, el destino puede ser cualquiera. Estos espacios por ahora se conforman con posicionar y discutir estas ideas, pero, en medio del incendio, las mismas pueden estar ya ubicadas como posible plan de gobierno.