Días atrás, Gloria Alvarez, la reconocida politóloga guatemalteca, visitó Buenos Aires y junto con los economistas Eduardo Marty y Javier Milei , expuso y debatió sobre por qué y cómo defender el sistema capitalista. Parte de esa charla y algunos otros temas, se resumen en esta entrevista que ofreció para PanAm Post.
Gloria considera que parte de las fallas de los defensores de la libertad al transmitir sus ideas, fue que durante mucho tiempo creyeron que solo con estadísticas y pruebas económicas que fueran irrefutables, iban a lograr capturar la lógica de las personas y llevarlas a concluir que la libertad es el camino. Pero hoy se sabe que las personas necesitan que las ideas le entren también por la pasión y cuando se logra apelar a la fibra humana y dar a una idea un sentimiento, la misma logra permear mucho mejor.
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Sobre el porqué América Latina ha sufrido el gen del populismo, mientras que en América del Norte (Estados Unidos o Canadá) la historia ha sido otra, Gloria sostiene que la diferencia fueron las instituciones que llevaron a cada lugar una mentalidad cultural diferente.
Mientras en América Latina se impuso la cultura del saqueo para la Corona y la idea de que existimos para mantener al Estado, en América del Norte se instaló la cultura del trabajo, el respeto a la propiedad privada y la responsabilidad individual. También hace hincapié en las distintas influencias religiosas que ambos territorios tuvieron desde un inicio.
Luego de la publicación de su libro “El Engaño Populista” (en el que comparte autoría con Axel Kaiser), Gloria está escribiendo un nuevo libro que será publicado en mayo de 2017, que llamará “Cómo hablarle a un Progre”, con anécdotas personales y consejos sobre cómo acabar con el discurso populista.
En este sentido, Gloria sostiene que el avance del populismo (incluyendo en Estados Unidos) se debe a la falta de intelectualidad y decadencia en la argumentación en una sociedad, donde la gente prefiere cualquier eslogan que ofrezca cosas gratis y soluciones mágicas, a analizar la realidad y cuestionar las posibles propuestas.
Y esa tendencia se ha puesto de manifiesto en lo que ella considera la campaña política más populista de la historia de Estados Unidos, refiriéndose a la contienda Clinton – Trump.