EnglishDesde que la Alianza del Pacífico (AP) nació formalmente el 28 de abril de 2011, numerosos economistas y especialistas en el tema de integración preveían que este bloque conformado por México, Colombia, Perú y Chile (Panamá y Costa Rica como asociados) no sólo serviría de contrapeso al llamado Mercado Común del Sur (Mercosur) de más vieja data, sino que lo superaría con creces.
Esas previsiones se fundamentaban en una realidad evidente:
- La AP surgía entre cuatro países que tenían fuertes coincidencias políticas y económicas. Compartían una visión en favor de la vigencia del Estado de derecho y de la democracia, y querían un modelo de integración de apertura comercial profunda con las economías más sólidas del mundo, en especial con las emergentes de Asia;
- Estos países habían construido previamente una relación comercial fuerte entre ellos y una experiencia de integración como fue la iniciativa denominada Arco del Pacífico que funcionó desde el 2007 al 2011;
- Los miembros se comprometieron en un proyecto de integración con objetivos estratégicos claros, realistas y no politizados, que quedaron plasmados en el Acuerdo Marco para la formalización del nacimiento de la Alianza, suscrito en junio de 2012 en la IV Cumbre de la AP, sin duda un diáfano instrumento jurídico que sentó las bases de ese bloque de integración, así como sus mecanismos de ingresos y reglas.
El Mercosur, creado el 26 de marzo de 1991 y conformado actualmente por Brasil, Argentina, Venezuela, Uruguay y Paraguay, al momento que se lanzaba la AP se encontraba en uno de los peores momentos de su historia.
No contaba con una estrategia orientada hacia la apertura económica; más bien tendía al proteccionismo, y en el transcurso de sus 20 años de vida no logró crear estructuras de integración realmente profundas y efectivas, ni pasar de ser una unión aduanera.
El bloque mercosuriano se encontraba dividido, politizado y burocratizado. Ya entonces se le percibía como una iniciativa estancada. No por casualidad en noviembre de ese 2011, el presidente uruguayo José Mujica consideró que el bloque “no va para atrás ni para adelante” y amenazaba con buscar alternativas de integración para su país.
En todo caso, apenas un año después de su nacimiento, en el 2012, la AP ya daba indicios de convertirse en una alianza comercial mayor que el Mercosur, a pesar de que este bloque sigue siendo más grande en población (276 millones de habitantes contra 208 millones de la Alianza del Pacífico) y en su economía (us$3,3 billones, incluidos los $2,4 billones de Brasil, contra $1,9 billones).
De allí que ese año el Producto Interno Bruto (PIB) del Mercosur creciera menos que el de la AP y que, como bien lo registró el analista Andrés Oppenheimer, “los cuatro países miembros de la Alianza del Pacífico tuvieron un índice de crecimiento combinado de 5%, mientras que los países del Mercosur crecieron a una tasa promedio del 2,9%… en medio de una desaceleración general del comercio global, el comercio entre los países de la Alianza del Pacífico creció 1,3% el año pasado, mientras que el comercio entre los miembros del Mercosur cayó un 9,4%”.
La Alianza del Pacífico tiene mucha más probabilidades que el Mercosur de mantenerse en el tiempo y lograr convertirse en un bloque de éxito que podría cambiar el mapa económico latinoamericano.
Ahora en el 2014, la AP aventaja con creces al Mercosur. “La Alianza del Pacífico crecerá a un ritmo que duplicará el de los países del Mercosur en 2014 y 2015,” afirmó un estudio del Banco Bilbao Vizcaya (BBVA Reasearch).
“Respecto a hace tres meses, revisamos ligeramente al alza el crecimiento promedio de la Alianza del Pacífico hasta el 3,8% en 2014 y 3,7% en 2015, mientras que el de Mercosur llegará hasta el 1,5% y 1,8%, respectivamente. Nuevamente serán los tres países andinos, Perú, Colombia y Chile los que –junto con Paraguay—presenten un mayor dinamismo en 2014 y 2015”.
Pero aún más importante, es que la mayoría de los estudios e investigaciones sobre los dos grupos de integración que compiten en América Latina, indican que la AP tiene mucha más probabilidades que el Mercosur de mantenerse en el tiempo y lograr convertirse en un bloque de éxito que podría cambiar el mapa económico latinoamericano.
Hay muchos indicios de ello, pero como acertadamente afirma Nicolás López en un artículo reciente, el hecho de que los miembros de la AP se hayan comprometido realmente con el libre mercado tomando políticas liberales que producen economías con bajos niveles de inflación, y que se hayan enfocado en el desarrollo económico y no en ganancias políticas, les ha dado unas ventajas comparativas muy importantes sobre los países del Mercosur.