EnglishComo bien decía Pedro Navajas de la famosa canción del músico panameño Rubén Blades, “Sorpresas te da la vida”. La verdad que la vida nunca se cansa de darnos sorpresas y más aún en cuanto a política se refiere.
Pocos se imaginaron un día antes de las elecciones de Brasil del domingo 5 de octubre, que el candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) Aécio Neves —a quien la mayoría de las encuestas situaba en los últimos dos meses como el candidato que quedaría fuera de la contienda— pasaría ahora a ser el gran rival de la presidenta Dilma Rousseff en la segunda vuelta de las presidenciales.
Tras el trágico accidente aéreo del 13 de agosto que acabó con la vida de Eduardo Campos, el exitoso gobernador de Pernambuco y candidato a la presidencia por el Partido Socialista Brasileño, PSB, esta tolda política se decidió por Marina Silva, quien empezó a subir en las encuestas como la espuma, situándose cabeza a cabeza con Rousseff. Si bien las últimas dos semanas el crecimiento de Silva se detuvo y la presidenta tuvo una recuperación, Neves aparecía por detrás de ambas en intención de voto. Ahora el socialdemócrata es el que disputará con la mandataria el próximo 26 de octubre.
Ahora Rousseff encuentra al candidato Aécio Neves más sólido de lo previsto, con mejor chance de recuperar la presidencia para el PSDB
Cierto, Dilma Rousseff fue la más votada en la primera ronda con un 41,59% de los votos y muchos ya cuentan con que se impondrá en la segunda. Ante el fenómeno de la ecologista Silva que se fundamentaba más en su carisma que en un partido fuerte, la maquinaria del PT se movió fuertemente. Pero la mandataria aún no tiene fácil la reelección.
Ahora Rousseff encuentra al candidato Aécio Neves más sólido de lo previsto, con mejor chance de recuperar la presidencia para el PSDB, el rival más importante del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula da Silva y Dilma Rousseff, que gobernó Brasil entre 1995 y 2002 con Fernando Henrique Cardoso. El nieto de Tancredo Neves (el primer presidente civil elegido en Brasil tras dos décadas de dictadura en 1964-1985), alcanzó esta primera vuelta un porcentaje de votos —33,55%— que los pronósticos de su propio partido y de las encuestas no indicaban que pudiese alcanzar.
Una alianza entre Aécio Neves y Marina Silva es la más probable. Ya Aécio le tendió la mano a la ecologista en su primer discurso tras conocer los resultados del domingo. Aunque no han dicho nada aún, la exministra de Lula y los partidos que la apoyaron son más proclives a aliarse con el PSDB de Neves. Marina Silva, quien obtuvo el 21,32% de los votos, se quejó mucho durante la campaña de lo que calificó como “desproporcionada violencia” en los ataques que recibió del PT y de la propia Dilma Rousseff. En su primera intervención pública luego de conocer los resultados electorales ,señaló sin tapujos que “los electores votaron por el cambio y en contra de lo que está equivocado” refiriéndose al Gobierno de Rousseff.
La mayoría de la clase media brasileña se encuentra muy descontenta y desilusionada del tercer mandato del partido oficialista.
Una buena parte de los brasileños que este pasado domingo salió a votar fue la misma que salió a manifestarse con vehemencia en las calles de las principales ciudades del país el presente y el pasado año en contra de la notable corrupción gubernamental, su falta de principios éticos y por no haber resuelto aún problemas claves tales como educación y salud.
La mayoría de la clase media brasileña se encuentra muy descontenta y desilusionada del tercer mandato del partido oficialista, el cual muestra un desgaste evidente.
Las tres semanas que restan para la segunda vuelta electoral serán de una campaña tan salvajemente reñida como fue esta recién concluida. Ya Dilma Rousseff la inició afirmando que Neves es el pasado y que no dejará que Brasil vuelva atrás.
Pero los brasileños quieren cambio, y si este no lo encarnó la renovación política que representaba Marina Silva, puede hacerlo Aécio Neves, que si bien pertenece a un partido tradicional, es un líder joven, de una nueva generación de políticos.