El Ministerio de Relaciones Exteriores y de la Mancomunidad de Naciones de Gran Bretaña tiene, desde hace algunos años, a Venezuela dentro de la lista de países bajo observación por el alto riesgo que corren los derechos humanos en ese país. Así lo dejó ver en el informe titulado Derechos humanos y democracia de 2016, en donde se afirman lo siguiente:
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“La situación de los derechos humanos en Venezuela sigue siendo una preocupación para el Reino Unido en 2016, en particular en torno a los continuos problemas socioeconómicos y altos niveles de violencia. La inflación y la escasez de alimentos y medicamentos continuaron a lo largo de 2016, al igual que los altos niveles de protestas y saqueos. En 2016, hubo informes sobre el deterioro de la libertad de los medios de comunicación y el acceso a la información, así como la intimidación y el hostigamiento a defensores de los derechos humanos. La oposición venezolana y varias organizaciones de la sociedad civil acusan al Gobierno de Venezuela de detener a más de 100 presos políticos, entre ellos figuras destacadas de la oposición. Una ONG local estimó que el número de muertes violentas en todo el país en 2016 era de alrededor de 28.000 (91.8 por cada 100.000 habitantes)”.
Tras realizar el análisis de la situación de Venezuela, el Gobierno británico se comprometió en el informe a continuar “promoviendo los derechos humanos y la democracia en Venezuela”. A esto se suma las críticas que los conservadores le han realizado a Nicolás Maduro. Una de ellas ha sido la primera ministra de Gran Bretaña, Theresa May, quien por medio de su portavoz ha afirmado que “Es una tragedia que tantas personas hayan perdido sus vidas en las protestas en Venezuela. Estamos claros de que hay que tomar medidas urgentes para evitar que la situación empeore”, y añadió que “El Reino Unido ha pedido en repetidas ocasiones al Gobierno de Maduro que trabaje con la oposición, libere a los presos políticos y muestre respeto por la democracia y los derechos humanos”.
A la crítica realizada por su líder también se sumó el Partido Conservador, quienes, además, han criticado la posición del líder de los laboristas, Jeremy Corbyn, partido opositor, por su renuencia a condenar la dictadura ejercida por Maduro sobre Venezuela.
Why won't Jeremy Corbyn condemn the actions of Venezuelan President Maduro who regards him as a 'friend' and socialist ally? pic.twitter.com/TcE8QUTF8L
— Conservatives (@Conservatives) August 7, 2017
Corbyn won’t condemn what is happening in Venezuela. Why? Because he supports the Socialist policies that have caused the economic chaos. pic.twitter.com/38DZN9rfGY
— Conservatives (@Conservatives) August 3, 2017
Sin embargo, a raíz de esta discusión entre laboristas y Tories, en los últimos días The Guardian sacó a relucir un hecho que hace que la postura de estos con lo que pasa en Venezuela no sea coherente. Y es que a pesar de que el país suramericano hace parte de la lista Ministerio de Relaciones Exteriores bajo observación, el Gobierno británico no ha dejado de venderle armamento militar al venezolano, lo cual opaca toda crítica realizada a la dictadura de Maduro.
Según lo informado por el medio británico, desde hace poco menos de una década se le ha estado vendiendo armas al gobierno venezolano.
“En total, 2,5 millones de libras esterlinas en artículos militares han sido vendidos al país desde 2008, incluyendo componentes para radar militar, visores de armas y motores de aviones militares. En el último año de cifras, hasta marzo de 2016, se aprobaron licencias para bienes por un valor superior a 80.000 libras esterlinas, que incluían equipos para el control de la multitud que debían utilizar los organismos encargados de hacer cumplir la ley”.
Sobre este hecho, Jo Swinson, parlamentaria y líder del partido Liberal Demócrata, afirmó:
“Los conservadores han señalado acertadamente la importancia de apoyar los derechos humanos y la democracia en Venezuela. Sin embargo, esto mismo parece ser irrelevante cuando se trata de vender miles de millones de libras de armas a Arabia Saudita, que ejecutó a 153 personas por decapitamiento en 2016 y está bombardeando indiscriminadamente a civiles en Yemen. En los últimos dos años, el gobierno conservador ha seguido vendiendo equipo de seguridad a Venezuela”.
Por su parte, el portavoz de la organización Campaign Against the Arms Trade (Campaña Contra el Comercio de Armas), Andrew Smith, señaló que las licencias que le permiten al Gobierno de Venezuela no se debieron haber concedido, “particularmente sin considerar que Venezuela está en la lista de preocupación por los derechos humanos y la democracia del Gobierno británico”.
Es por esta razón que desde diferentes frentes en Gran Bretaña le están solicitando a Theresa May “suspender licencias de exportación controladas al Gobierno venezolano mientras continúan los enfrentamientos violentos” en este país.
Ahora queda esperar si tras la revelación de The Guardian el Gobierno británico decide suspender las licencias o seguirle vendiendo armamento militar a la dictadura de Nicolás Maduro, que ha servido para reprimir violentamente las manifestaciones de la oposición, lo que ha dejado más de 125 muertos.