A un poco más de un mes del tiroteo en Las Vegas (con un saldo de 58 víctimas) y a menos de siete días del atentado en New York (que dejó 7 muertos), Estados Unidos vuelve a enfrentar un nuevo ataque. Esta vez en una iglesia Bautista en Sutherland Springs, localidad del estado de Texas.
El ataque, efectuado por Devin Patrick Kelley a las 11:30 a. m., dejó un saldo de 26 muertos, entre ellos una menor de edad, quien era la hija del pastor de la iglesia, y, aunque no se conoce la cifra oficial de heridos, se habla de decenas, entre ellos un menor de 4 años de edad.
Según información proporcionada por testigos que presenciaron la masacre, Kelley entró a la iglesia de la localidad mencionada y disparó 20 ráfagas con un rifle de asalto.
Este sería el responsable del tiroteo en iglesia de #SutherlandSprings Devin Patrick Kelley de 26 años de edad, vivía en New Braunfels Texas pic.twitter.com/sNofsyIoKS
— Hugo Chávez Montes (@HugoChavezM) November 5, 2017
Kelley, de 26 años de edad, era un veterano de la Fuerza Aérea de EE. UU., donde se desempeñó en el área de logística y suministro. Después de su retiro, en 2013, empezó a trabajar como maestro de estudios bíblicos en la Iglesia Bautista de Kingsville, también en el estado de Texas.
Después de efectuar la masacre y verse envuelto en una persecución al tratar de escapar, Kelley, según informó el vocero de la Oficina del Sheriff del condado de Guadalupe, fue encontrado muerto en el auto en el que pretendía huir. El vocero no confirmó si el atacante fue abatido por las autoridades o si este decidió quitarse la vida.
Tras lo ocurrido, el gobernador del estado de Texas, Greg Abbott, difundió por medio de su cuenta de Twitter un comunicado:
“Mientras los detalles de este horrible acto aún están bajo investigación, Cecilia y yo queremos enviar nuestros más sinceros pensamientos y oraciones a todos aquellos que se han visto afectados por este malvado acto. Quiero agradecer a las autoridades por su respuesta y pedirles a todos los tejanos orar por la comunidad de Sutherland Springs durante este momento de duelo y pérdida”.
Statement on shooting in Sutherland Springs, TX. pic.twitter.com/ffUbQgYdWD
— Gov. Greg Abbott (@GovAbbott) November 5, 2017
Por su parte, tras conocer lo ocurrido, el presidente Donald Trump, que se encuentra de gira en Asia, afirmó lo siguiente por medio de su cuenta de Twitter: “Que Dios esté con la gente de Sutherland Springs, Texas. El FBI y la policía están en la escena. Estoy monitoreando la situación desde Japón”.
También afirmó que Texas recibiría todo el apoyo de su administración y que “A través de las lágrimas y la tristeza, nos mantenemos fuertes”.
May God be w/ the people of Sutherland Springs, Texas. The FBI & law enforcement are on the scene. I am monitoring the situation from Japan.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) November 5, 2017
Aunque el presidente Trump tiene como objetivo restringir el ingreso de inmigrantes provenientes de países considerados como de alto riesgo para la seguridad de los EE. UU., posición que se vio reforzada por el atentado del pasado 31 de octubre, combatir el terrorismo es más difícil cuando los atacantes son estadounidenses radicalizados que están dispuestos a entregar su vida por llevar a cabo los objetivos de grupos terroristas, como ocurrió con Omar Mir Seddique Mateen, autor del atentado en la discoteca Pulse en junio de 2016, en Orlando, que dejó 49 personas muertas y 53 heridos.
Las autoridades aún no han dado a conocer si Devin Patrick Kelley era un estadounidense más afín a un grupo terroristas o podría haber cometido este crimen por otros motivos.