Justo después de que su sobrino decidiera colaborar con la DEA en los Estados Unidos y días después de que uno de sus más cercanos compañeros fuera capturado por narcotráfico, Iván Márquez, uno de los líderes de las FARC, decidió trasladarse a una de las zonas donde se encuentran los guerrilleros que hacen su paso a la vida civil, Miravalle, Caquetá (departamento al sur del país).
Algunos recordarán a Iván Márquez por su respuesta a Televisión Española cuando se le preguntó si estaba dispuesto a pedirles perdón a las víctimas de las FARC:
Tras la suspensión de más de 190 órdenes de captura a su nombre y sus 23 condenas, a raíz del acuerdo entre su grupo guerrillero y el Gobierno Santos, su imagen tomó más fuerza que la de “Timochenko”, máximo líder de las FARC. Esto debido a una gira de medios que hizo hablado de la entrega de armas de este grupo y debido a múltiples comentarios que retaban a la institucionalidad de Colombia.
Pero más allá de sus apariciones públicas, Márquez fue uno de los miembros más activos de las FARC, pues coordinó, antes de la firma del acuerdo, múltiples emboscadas contra Ejército, Policía y población civil, que dejaron como resultado más de 350 personas muertas; además, es señalado como uno de los más importantes proveedores de droga a diferentes carteles a nivel mundial
Pero si todas sus órdenes de captura están suspendidas ¿por qué se marcha al Caquetá?
Aunque Márquez afirmó que su presencia en Miravalle se debe a que no hay “claridades y certezas sobre lo que sigue”, en relación con el caso de Santrich, y que, además, decidió quedarse en dicha zona “acompañando el proceso de reincorporación”, no hay que olvidar que Caquetá era, antes de la firma del acuerdo, su zona de influencia. En otras palabras, era sobre la que tenía control: allí Márquez mandaba.
Por lo anterior, conformarse con la explicación otorgada por el jefe guerrillero sería un error, pues podría estar, como lo afirmó Germán Vargas Lleras¸ candidato a la presidencia de Colombia, “pensando en abandonar el proceso”. Pero si esto llegara a ser cierto, Márquez no estaría dispuesto a abandonarlo solo, pues necesitaría un grupo que respalde su salida y el cual lo proteja. Para ello necesitaría estar en contacto cercano con quien antes estaba bajo su mando, como lo es alias El Paisa, jefe de la Columna Móvil Teófilo Forero, una de las más sanguinarias de las FARC.
Justo después de la llegada a Caquetá, Márquez y El Paisa dieron a conocer un video en el que exigían la liberación de Santrich y afirmaban que este es inocente, pese a las pruebas ya conocidas. Además, Márquez afirmo que “para salvar el acuerdo de paz” era necesario “desmontar ese montaje jurídico armado por la Fiscalía y la DEA”. En pocas palabras, amenazó con hacer tambalear el proceso si Santrich, quien es acusado de narcotráfico después de la firma del acuerdo, no es liberado. Esa amenaza se corroboró con la salida de alias El Paisa de la zona de reincorporación y su regreso días después.
¿Pero qué significan los movimientos de Márquez y El Paisa en el Caquetá? ¿Están tratando de presionar que el Gobierno no respete la institucionalidad y deje en libertad a Santrich? ¿Márquez teme ser involucrado por su sobrino en el tráfico de drogas?
Para tratar de despejar estas dudas el PanAm Post decidió contactar a un experto en defensa, quien pidió mantener su nombre bajo reserva por lo sensible de la información proporcionada.
Justo después de que se conociera que el sobrino de Iván Márquez decidió colaborar con la justicia estadounidense, el jefe guerrillero se trasladó a la zona de Miravalle, Caquetá, para acompañar el proceso de reincorporación, según lo informado por él. ¿Cuál sería el verdadero fin de este movimiento?
Es muy probable que este movimiento esté relacionado con que Márquez tenga información de que van por él. Además, hay algo que los analistas siempre se han preguntado, y es por qué quien tomó el mando de las FARC fue Timochenko y no Márquez. Ahora se ve claramente que hay una pugna interna entre dos facciones: una tremendamente radicalizada, que es la de Márquez, y la otra es la de Timochenko, que es un hombre con el que se podía dialogar y que de todos modos se mantenía a la ofensiva.
Márquez decidió refugiarse detrás de Hugo Chávez y de Venezuela y nunca quiso realmente asumir el control de las FARC porque estaba en otra cosa, en un negocio. Es clarísimo lo que está pasando en este momento. Además, se mueve con una persona muy peligrosa que es El Paisa, que es el comandante de la Teófilo Forero.
El Gobierno jamás debió haber permitido que ni El Paisa, ni Fabián Ramírez y otros cabecillas que estaban claramente vinculados con el narcotráfico se movieran. Y ellos cada vez que se sintieron acorralados, se sentaron en la mesa de negociación. Esa era la línea roja que se puso, la del narcotráfico, pero el Gobierno no la respetó.
¿Podría estar en aquella zona para hacer más difícil su captura en caso de que su sobrino lo involucre en delitos posteriores a la firma del acuerdo?
Colombia es un país demasiado quebrado. La geografía es tremendamente difícil y hay tres zonas que son clave: la de Tumaco, la zona que está en Montes de María, El Gallo y la zona del Caquetá, y Márquez las conoce como la palma de su mano; lo que complicaría mucho su captura. Pero no sé hasta dónde se quiera meter en eso. Pienso que lo que busca es poner al Gobierno entre las cuerdas en su principal política que es la de la paz. Entonces el Gobierno está casi que arrodillado suplicándole a Márquez que acepte la curul del Senado. Yo creo que se movimiento es más simbólico recomendado por su lugarteniente El Paisa.
Márquez no estaría dispuesto a aceptar que Santrich estuvo involucrado en negocios ilegales posteriores a la firma del acuerdo, y por tal razón afirma que todo es un montaje de la Fiscalía General de la Nación. ¿Cómo pretender aportarle a la paz, si no están dispuestos a aceptar la institucionalidad colombiana?
Ellos lo que querían crear era su institucionalidad, que es la justicia especial para la paz, que está hecha casi que a la medida de ellos y que fue modificada levemente cuando ganó el “no” en el plebiscito. Gracias al triunfo del no y al replanteamiento de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) es que es posible que hoy Santrich sea judicializable. Es decir, quedaron descontentos y nunca esperaron el bofetón que les dio el país con el plebiscito. Entonces a lo que juegan es a poder modificar eso y a arrinconar al Gobierno
¿A quién le corresponde decidir la situación de Santrich? ¿A la JEP?
La JEP ni siquiera tiene las sillas. No hay donde radicar un papel. Es decir, ni siquiera la infraestructura de los magistrados está, ni como registrar los documentos. Hasta ahora están haciendo las convocatorias. Y estas personas tienen que pasar por un proceso de polígrafo, es decir, operativamente la JEP no existe. Además, es claro que la renegociación que se hizo de los acuerdos dice que es delitos cometidos después de y lo que ocurrió con Santrich es después de. Así que es clarísimo que debe partir a los EE. UU.
¿Iván Márquez en la zona del Caquetá representa un peligro para Colombia?
Toda la vida lo ha representado. Y las FARC dejaron montado eso que eufemísticamente llaman disidencias o grupos residuales. Que no es otra cosa que una guardia estratégica de las FARC, con un brazo político y un brazo armado. Es decir, es la misma historia de todas las combinaciones de las formas de lucha, que tanto han defendido y que honorables magistrados como el señor Carlos Gaviria defendían. Entonces, siempre ha sido un peligro y las zonas veredales también se convirtieron en retaguardias estratégicas. El Estado está arrinconado por muchos puntos por una mala negociación.
¿Usted piensa que podría estar coordinando un grupo disidente de las FARC por si lo llegan a involucrar en negocios ilegales?
Repito, esas son retaguardias estratégicas que dejaron montadas en la selva. Entre otras, que hay muchas personas dentro de esas disidencias que están inconformes con esa situación y que han entregado información a las Fuerzas Armada.
Y han dicho que no les permitieron a algunos de esa base guerrillera entrar a los procesos de política. O sea, la política era para los jefes, mas no para la base guerrillera.
Eso terminó por partir a las FARC. Entonces, no me queda la menor duda de que está coordinando a las disidencias.
Por último, ¿usted piensa que las disidencias de las FARC son un grupo a parte de lo que originalmente eran antes de la firma del acuerdo o simplemente son el brazo armado del partido político de las FARC?
Efectivamente sí son el brazo armado, pero muchas de esas disidencias, por los quiebres que hay al interior de las FARC, se abrieron y montaron su propia franquicia. Se les salieron de control. Y el caso de Nariño es un ejemplo de esto, donde hay problemas entre Guacho y cabecillas como alias Romaña (ver mapa). Entonces sí es el brazo armado, pero se les salió de las manos y se creó una FARCRIM, por decirlo así. Entonces quedamos con una disidencia y un grupo armado. En pocas palabras, a Santos se le salió el país de las manos y los índices de criminalidad están subiendo en todo el país; lo que hace tiempo venían cayendo están aumentando en todo el país. Y en estas zonas, especialmente, se incrementa.
Márquez, una amenaza latente
Después de su llegada al Caquetá, Márquez ofreció una rueda de prensa, en la que señaló que el fiscal general “es un tipo dañado que vive y respira para hacerle daño a la paz de Colombia” y aprovechó para afirmar que su sobrino, Marlon Marín, quien actualmente colabora con la DEA, “es un muchacho ambicioso, que es capaz de cualquier cosa”.
Con estas afirmaciones Márquez podría estar dejando en evidencia dos cosas:
- Primera: su sobrino podría involucrarlo en alguna acción ilegal cometida por el jefe guerrillero después de la firma del acuerdo de paz. Por ello Márquez buscaría desacreditar la imagen de Marín en el país para conseguir respaldo de los sectores de opinión y políticos afines a las FARC.
- Segunda: en caso de que su sobrino lo involucre y la DEA y la Fiscalía de Colombia obtengan pruebas contundentes que lleven a su captura, Márquez se haría ver como un perseguido político del Gobierno estadounidense y del fiscal Nestor Humberto Martínez, algo que ya está haciendo en Twitter:
https://twitter.com/IvanMarquezFARC/status/988838902726316033
Como ya se afirmó, en caso de que esto llegara a pasar, Márquez estaría, en un primer momento, tratando de arrinconar al Gobierno Santos para que, como dijo el experto, modifique la JEP y sea esta quien juzgue a quienes han cometido delitos después de la firma del acuerdo. En caso de que esto no fuera posible, no estaría dispuesto entregarse y por eso podría estar preparando su eventual escape junto con alias El Paisa y los guerrilleros que aún les obedecen, que no serían pocos, pues no hay que olvidar que en las regiones aledañas están concentrados buena parte de los guerrilleros.
De ser así, Márquez podría sumarse como jefe a lo que el experto califica como el brazo armado de las FARC, que en la actualidad ya tiene más de 1.200 integrantes, y lo haría junto con un número nada despreciable de guerrilleros, lo que le daría una nueva fuerza a este grupo en las zonas donde ya tiene parte del control. De llegarse a dar eso, el acuerdo firmado por el Gobierno con las FARC pasaría, formalmente, a ser un documento más en la pila de documentos inútiles del Estado.