El día de hoy el portal de investigación periodística El Expediente dio a conocer que Nicolás Petro, hijo mayor de Gustavo Petro, candidato a la presidencia de Colombia, pretende pagar con dinero de los contribuyentes una deuda personal de $120 millones COP (aproximadamente USD $41.000).
Petro adquirió dicha deuda con el Grupo Posso S. A. S. a mediados de 2016, con la promesa de incluir a Hugo Posso, dueño de la empresa, en un negocio de energías renovables y salud. Sin embargo, al ver que ni el proyecto se concretó y ni el dinero le fue devuelto, Posso decidió solicitarle a Petro, en mayo de 2017, la firma de unos compromisos de pago, los cuales tampoco cumplió.
Debido a la nueva promesa rota, Posso, quien afirmó sentirse “timado y estafado”, acudió a la justicia para recuperar su dinero. Por tal razón, a inicios de este año el Juzgado 004 Civil del Circuito ordenó el embargo de las cuentas bancarias de Petro por la suma de $320 millones COP (USD $110.000). Sin embargo, Posso tampoco pudo resuperar su dinero con esta medida.
Según lo comunicado por Petro al portal investigativo, “tratamos de montar un negocio, lastimosamente el negocio no se dio. Se le quedó debiendo la plata al inversionista, pero ya hay un acuerdo de pago”. Sin embargo, no mencionó que esos acuerdos no habían sido cumplidos.
Tras saber que la noticia de su deuda saldría en medios, Nicolás Petro se comunicó por medio de chat con Posso para intentar persuadirlo de dar declaraciones, pues según él, “si sale en medios nos puede afectar”, posiblemente refiriéndose al posible daño que sufriría la campaña de su padre de conocerse dicha deuda.
Por esta razón Petro le afirmó a Posso que estaba “esperando que pase rápido el 27” (fecha en la que se realizará la primera vuelta presidencial.
Es posible que la fecha dada por Nicolás Petro esté sustentada en el dinero que la campaña de su padre podría recibir por reposición de votos en la primera y segunda vuelta, la cual no podrá superar el monto de lo gastado en campaña, que, según el reporte de Colombia Humana, es de 12.000 millones COP (USD $4 millones) (sin importar si el gasto está basado en deudas o donaciones). Esto quiere decir que estaría esperando a que el dinero de los contribuyentes entre a las cuentas de su padre para poder pagar sus deudas personales o que tendría la esperanza de que este llegue a la presidencia para, con las arcas del Estado, saldar sus deudas.
Las promesas de Nicolás Petro
Según lo informado por El Expediente, en el momento en que Posso le pidió a Nicolás Petro firmar los compromisos de pago, este trato de “persuadirlo para evitar firmar los documentos ofreciéndole ‘negocios en Bolivia’ y ‘contratos si su padre gana la presidencia”.
¿A qué tipo de negocios puede tener acceso Nicolás Petro, o su padre, en la Bolivia del también socialista Evo Morales?
Además, Petro cae en lo que tanto su padre como él han criticado, y es el uso de la posición de poder de un familiar para prometer contratos. Esto dejaría ver que el clientelismo y las contratos a dedo podrían ser una constante en un posible Gobierno de Gustavo Petro. Tal como ya ocurre en Bolivia, Venezuela y Nicaragua.
No hay que olvidar que Gustavo Petro ya dejó ver que está dispuesto a saltarse ciertas normas con tal de hacer realidad sus proyectos, pues cuando fue alcalde de Bogotá otorgó contratos a dedo y cuando fue congresista voto para que Alejandro Ordóñez, su eterno rival, fuera procurador general.
Casualmente, después de que Ordóñez se posesionó, varios personajes cercanos a Petro empezaron a trabajar en la Procuraduría, como fue el caso de Diego Bravo, que años después se desempeño como gerente del acueducto de Bogotá en la administración de Petro.
Las promesas de Nicolás Petro a Posso y la negativa de Gustavo Petro a hacer pública su declaración de renta, cuando le ha pedido a sus detractores que lo hagan, serían una muestra más de la incoherencia entre promesas y hechos.
Hasta el momento ni Nicolás Petro ni su padre se han pronunciado sobre la información otorgada por el portal de periodismo investigativo.