Estados Unidos examina con prudencia la estrategia impulsada por el régimen de Nicolás Maduro, al otorgar los “indultos” a 110 opositores venezolanos que la tiranía concedió con el fin de “ampliar el espacio electoral” y abonar el terreno para unas elecciones fraudulentas.
El jefe de la diplomacia estadounidense para América Latina, Michael Kozak, aseveró que estas acciones no merecen aplausos, puesto que los afectados estuvieron encarcelados ilegalmente.
“No olvidemos que Maduro sigue deteniendo arbitrariamente cientos de prisioneros políticos. Ni el pueblo venezolano ni la comunidad internacional serán engañados por estos actos simbólicos”, aseveró Kozak, a través de Twitter.
Kozak también añadió que esta táctica busca “encubrir una elección absurda” que tiene como fecha el próximo 6 de diciembre, un escenario donde un CNE altamente cuestionado a nivel internacional pretende impulsar este proceso en el cual la oposición ha reiterado su negativa a participar.
“Maduro debe retirar la prohibición de partidos y candidatos, respetar la libre expresión del pueblo, eliminar la censura, desmontar los escuadrones de la muerte, crear una comisión electoral honesta e independiente y acoger observadores electorales internacionales independientes”, puntualizó Kozak.
A su vez, un vocero del Departamento de Estado citado por la AFP aseveró que: “No debe aplaudirse la restauración de derechos constitucionales que fueron eliminados ilegalmente” y pidió la liberación “inmediata e incondicional” de quienes se encuentran hoy tras las rejas por razones políticas.
Entre los 110 “indultos” que hubo por parte de Maduro, figuraron al menos 25 diputados opositores y varios dirigentes políticos, periodistas, entre otros. Sin embargo, quedó como una incógnita el estatus de seis ejecutivos estadounidenses de Citgo, quienes fueron detenidos en 2017 por el régimen de Nicolás Maduro, bajo una acusación de “lavado de dinero”.
Tras cumplirse más de 1 000 días de este hecho, el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, exigió a través de un comunicado, la liberación de estas personas, cinco de nacionalidad estadounidense y venezolana, así como un venezolano con categoría de residente en EEUU,que no figuraron en los “indultos” del régimen.
En la petición realizada por Pompeo se explica que Tomeu Vadell, José Luis Zambrano, Alirio Zambrano, Jorge Toledo, Gustavo Cárdenas y José Pereira, llegaron engañados a Caracas, con el propósito de hacer unas negociaciones con la tiranía, pero fueron apresados al ser atraídos a la capital bajo el señuelo de tocar temas relacionados con la petrolera Citgo.
Actualmente representantes de EEUU han logrado que Cárdenas y Toledo tengan arresto domiciliario, mientras que los cuatro restantes todavía permanecen en la cárcel.