Hoy les traigo un caso reciente sucedido en el Hospital Provincial de Camagüey, Amalia Simoni, que les aseguro puede servir muy bien de referencia para que se tenga una idea fiel de la realidad del sistema de salud en Cuba.
El día 24 de noviembre del 2016 ingresa un paciente en el Hospital General Amalia Simoni en la Provincia de Camagüey, con una hemorragia estomacal y con siete de hemoglobina; cuando siempre tuvo quince.
Hasta el pasado mes de agosto, es decir por más de ocho meses, le estuvieron realizando estudios. Se le hicieron siete ultrasonidos, siete endoscopías y un TAC, sin lograrse saber las causas de la afección. Sólo hubo un diagnóstico que le fue dado a la familia, y esto fue en el mes de junio, por unos estudiantes de medicina; pues no habían médicos graduados y con experiencias en ese momento. El diagnóstico fue, sencillamente, que se trataba de un gas que se encontraba alojado en la parte superior del estómago y que cuando ese gas se disipara, al paciente se le quitarían los vómitos y sangramientos. No hace falta ser médico para saber que ese diagnóstico no tenía sentido, pero que estudiantes de medicina lo afirmen y den de alta a un paciente que sufre bajo una falsedad tan obvia es preocupante.
Al ver la familia, en especial su madre Elsa que su hijo empeoraba, acudieron a los médicos del hospital y exigieron una atención de urgencia a su hijo, y estos al ver las condiciones del paciente, deciden intervenirlo quirúrgicamente sin tener un diagnóstico claro de la afección. Pues bien señores, el gas que se le había diagnosticado al paciente resultó ser un tumor. El paciente estuvo al borde de la muerte. Imagínense, días antes, estudiantes de medicina confundieron un tumor con un gas.
Pero el cuestionamiento al sistema de salud, no termina con la formación de sus futuros profesionales. Se extiende también a la higiene. No hay limpieza adecuada, lo cual agrava la curación de los pacientes. Y, por si fuera poco, además de las empleadas asalariadas, limpian —con los escasos materiales disponibles— las reclusas; como mano de obra esclava. En principio, hacer servicio social no es incorrecto. El problema está en la arbitrariedad del Estado cubano y las condenas que emite hacia sus opositores, resultado que quien no haya cometido delito alguno; como sucedió en el caso de la entrevistada.
Elsa, madre del paciente, es profesora de educación inicial para niños con problemas cognitivos. Estuvo presa 8 años por su participación cívica en reclamo a los excesos del gobierno. Eso le impide seguir ejerciendo. Pues en Cuba el régimen determina quién trabaja y quién no. Y al tener un “pasado delictivo”, por ejercer la desobediencia civil, no puede. Por ende, comprar medicinas para su hijo enfermo ha sido una odisea. Pero eso les contará ella misma en el video adjunto.
En el video que acompaña éste artículo, no sólo podrán constatar con mayor exactitud la negligencia médica que puso en peligro la vida de una persona, sino también, las pésimas condiciones de los hospitales y sus servicios colaterales; narrado nada menos que por la madre del afectado.
Este caso me recuerda a Daniela, una niña de 14 años que falleció en esa misma provincia por negligencia médica, lo que podrán conocer, si lo desean, en un artículo publicado, titulado, “Que en paz descanses Daniela“.
No me queda absolutamente ninguna duda, de que las sociedades colectivistas, además de desembocar en las tiranías, en la esclavitud y en las dictaduras, es decir, en el socialismo, llevan consigo la marca indeleble de la prestación de servicios ineficientes a la población victima de esos gobiernos y no hay mejor ejemplo, hoy en día, que Cuba.
Es increíble ver, cómo a más de medio siglo con los mismos gobernantes y una misma estrategia política, el pueblo cubano viva en condiciones cada vez más indignas y que los servicios públicos que les proporcionan los gobernantes, que son los únicos servicios disponibles, carezcan de las más mínimas condiciones de calidad, de decencia y de respeto. No hay un servicio que los gobernantes brinden a la población, ni uno sólo, que sean dignos de ser objeto de reconocimiento meritorio.
Pero hay uno de ellos, que los gobernantes cubanos enemigos del pueblo, persisten a toda costa defender su imagen ante el mundo, sí, ante el mundo, porque poco les importa la imagen que puedan tener ante su pueblo, de ser vanguardia mundial, y este es el servicio de la salud pública y para ello, de una manera “altruista” se han dedicado a prestar servicios médicos, “gratuitos” en todos los rincones del mundo, en detrimento sacrificando a su pueblo de poder recibir tan esencial servicio de una manera digna.
Como muy bien dice la señora madre alertando al mundo de la realidad cubana y las consecuencias del socialismo: “No todo lo que brilla es oro”. Los tiranos dicen ante el mundo que en Cuba el Estado nos da todo, pero en realidad lo que nos quita es la capacidad de acceder a formas alternativas. Dependemos de ellos hasta para cuidar de nuestra salud y en lugar de tener médicos calificados, tenemos hospitales vacíos, descuidados y diagnósticos errados de estudiantes principiantes.
Y para los aún incrédulos que siguen creyendo en las bondades del socialismo y de los gobernantes cubanos, pueden llamar a los padres de éste paciente, Elsa y Alexis, Presidentes, además, del Partido Libertario Cubano José Martí en la provincia de Camagüey, al teléfono, 53 54768775.
Muchas gracias.