English Cuando los republicanos se hicieron con el control del Senado de Estados Unidos, después de las elecciones de noviembre, parecía que todo estaba perdido para el presidente Obama. “Los ánimos se caldearon” y la resistencia en temas como el de la inmigración surgieron de nuevo en la retórica de las oficinas del Congreso.
Una parálisis por dos años más ya no solo se sentía probable, sino cierta.
Con el comienzo del nuevo año, la tendencia continúa; esperen que se presenten muchos proyectos de ley para ser aprobados por el Congreso, con el único propósito de forzar el veto presidencial, y así ganar en entre las bases del Partido Republicano; muy poco más se logrará.
Aún hay, sin embargo, esperanza y oportunidad en los próximos dos años para las políticas federales en Estados Unidos. Esto, porque están convergiendo una serie de tendencias que obligarán al Congreso a actuar de manera realista para solucionar problemas que no se podrán empujar hacia el futuro.
Los más prominentes entre estos problemas son los derivados de la falta de recursos en fondos para programas como el Seguro Social por Discapacidad (SSDI). El SSDI se está quedando, sencillamente, sin dinero, en la medida en que más personas lo han pedido, en el marco de la reciente recesión, y los jueces han tenido dificultades para negar solicitudes. Esto, combinado con una supervisión débil, trae como consecuencia que las ayudas por discapacidades hayan aumentado y no muestren ningún signo de disminución en el corto plazo, todo esto, mientras el dinero destinado para atender el programa se evapora.
Eventualmente, el Congreso se verá obligado a actuar sobre temas políticamente tóxicos, y parece ser que este será el año en que las reformas van a suceder por pura necesidad.
El Fondo para Autopistas (HTF) se encuentra en una situación igualmente desesperada. El mecanismo de financiamiento actual expira en mayo, así que el Congreso se verá obligado a hacer frente a un segundo tema candente en los próximos meses.
Esto no será fácil, ya que reducir simultáneamente el gasto de transporte y aumentar el impuesto a la gasolina (que financia el HTF) son medidas políticamente inefectivas. Más aún, cualquier rescate del Fondo General debe ser compensado por recortes en otros lugares, y los recortes sencillos son cada vez más difíciles de encontrar.
No obstante, hay que hacer algo, y con el fondo cerca de agotarse, no pueden retrasar la cuestión mucho más tiempo. Por tanto, esperen la aprobación de otra solución cortoplacista, tal vez en esta ocasión con mejores reglas para las asociaciones público-privadas en proyectos de autopistas.
Aunque esta propuesta modesta es la más probable, también existe la posibilidad de un aumento, por largo tiempo solicitado, para el impuesto a la gasolina, con el golpe suavizado por los bajos precios de la actualidad. Sí, los recortes de gastos y el cese de las transferencias del HTF para los transportes masivos serían la mejor solución, pero la situación que enfrentamos en la actualidad es tan insostenible que cualquier solución a largo plazo sería deseable en relación con la serie de soluciones a corto plazo que hemos visto recientemente.
Un aspecto notable que ha recibido menos atención es la reforma de la justicia penal. La marea ha cambiado en gran medida y ha habido una creciente ola de apoyo bipartidista, aunque eso no es garantía de un cambio.
En particular, el apoyo para el gasto en justicia penal parece estar cayendo, lo que significa que los recortes podrían venir como consecuencia de tratar de reasignar dinero para arreglos políticamente más importantes, como los anteriormente mencionados. No es impredecible que veamos algunas reformas para reducir el tamaño de la población carcelaria, en torno a la idea de que el dinero podría utilizarse mejor en otros asuntos.
Mientras que las expectativas son bajas para el Congreso entrante, algunos problemas ya no pueden seguir desatendidos. El SSDI y el Highway Trust Fund se encuentran en la parte superior de la lista. En medio de las posturas políticas y la astucia electoral en el camino a las elecciones de 2016, alguna política real debe ser implementada.
Se acabó el tiempo. Estas cuestiones ya no se pueden postergar.