EnglishEl viernes 10 de julio, la legislatura de Grecia aprobó un conjunto de reformas para apaciguar a los prestamistas europeos debido a la crisis de deuda que enfrenta el país con grandes consecuencias internacionales. El acuerdo contiene algunos dolorosos recortes económicos para los griegos; sin embargo, estos son ciertamente necesarios si el país quiere recuperar su estabilidad fiscal.
A medida que esto se desarrolla, se presenta otra crisis fiscal en una pequeña jurisdicción con una unión monetaria: la posibilidad de una moratoria (default) de la deuda en el territorio estadounidense de Puerto Rico. Mi última columna trató sobre los problemas que le impone el Gobierno federal estadounidense a la isla, pero, ciertamente, muchos de los problemas de este Estado Libre Asociado fueron causados por malas decisiones gubernamentales del pasado que han llevado a la ruina fiscal de hoy.
Con tan claras similitudes entre los dos países, las reformas aprobadas en Grecia son una guía razonable de lo que se podría aplicar en Puerto Rico para remediar las dificultades económicas.
Los prestamistas, como el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, con frecuencia han incluido la apertura de muchas actividades a la competencia, como respuesta a la crisis económica de Grecia. Se entiende bien que las licencias de oficios representan una reforma positiva, pero enfrentan una enorme cantidad de obstáculos políticos.
Los comerciantes tienen muchos incentivos para protegerse de la competencia, y oponerse firmemente a cualquier reforma que pueda permitir la entrada de nuevos jugadores a los mercados que controlan. Podemos ver esto una y otra vez en Estados Unidos y no es distinto en Grecia. Puerto Rico, igualmente, esta sobrerregulado y podría beneficiarse al reducir las barreras de entrada para las personas que buscan iniciar un negocio.
El acuerdo también indica qué tan desafiante es comenzar un negocio legalmente. La evasión de impuestos es generalizada en Grecia y una queja constante de los acreedores de la nación. En Puerto Rico, el Gobierno solamente recauda 56% de los impuestos a las ventas que debería recaudar, según la firma de auditoría KPMG. El cumplimiento tributario bajo es una señal de que es muy difícil hacer funcionar un negocio legalmente para los pequeños emprendedores, quienes prefieren acudir a la economía informal para ganarse la vida.
Esto respalda los datos del Índice “Haciendo Negocios” del Banco Mundial, en el cual no solo se clasifica a Puerto Rico bastante atrás del resto de Estados Unidos, sino en medio de los países peor administrados en asuntos como registro de propiedad, trámites para permisos de construcción y ejecución de contratos. Todo esto hace que ser un emprendedor legal en Puerto Rico sea un gran desafío.
¿Da esto pistas sobre por qué los emprendedores puertorriqueños huyen hacia el continente para construir sus negocios?
Varios de los paquetes de rescate financiero para Grecia han incluido peticiones de privatizar activos valiosos del Estado para pagar deudas. Los puertos y aeropuertos nacionales han sido blancos claves para esto. A diferencia de Estados Unidos, la gran mayoría de aeropuertos y puertos en Europa son propiedad privada o mediante asociaciones de propiedad pública-privada. Los aeropuertos y puertos de Puerto Rico son un potencial activo para privatizar, y lo que se ingrese por ello debe ser usado para pagar la deuda del país, como en Grecia.
El aeropuerto más grande de la isla, el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín, ya se maneja en un acuerdo de asociación pública-privada. La privatización en infraestructuras no es nueva para Puerto Rico. La Autoridad de Puertos de Puerto Rico maneja un portafolio de nueve puertos y 10 aeropuertos.
Tres puertos, San Juan, Mayagüez y el megapuerto internacional de Ponce, que está en construcción, manejan una notable cantidad de carga, y son particularmente atractivos para los inversionistas. Aeropuertos comerciales secundarios como los de Ponce y San Juan podrían también ser activos valiosos para privatizarse.
De manera similar, no sería irracional privatizar otros inmuebles y corporaciones del Estado. La electricidad en Puerto Rico es generada por una corporación pública: La Autoridad de Energía Eléctrica (AEE). Sabemos que la energía en la isla cuesta más que la de sus vecinos caribeños y gran parte de la culpa es por la mala administración de la AEE.
La generación de energía para los países caribeños es un desafío, puesto que el combustible dominante en la región es el gasoil destilado, que es raramente utilizado en Estados Unidos. En Puerto Rico no es diferente. A pesar de que su ubicación geográfica es ciertamente un problema, una compañía privada de energía buscaría otras alternativas menos costosas para remplazar al abastecimiento de electricidad, incluyendo la posibilidad de una planta de energía nuclear, o mediante carbón.
Cuando los precios son caros en comparación a los de los países vecinos, el problema no es solo geográfico. Una AEE privada podría ser un paso hacia la racionalización de la red eléctrica en Puerto Rico.
Así como en Grecia, Puerto Rico enfrenta varios retos para los próximos meses. El Gobierno debe tomar duras decisiones y recortar beneficios a algunos sectores. Incluso, partes de la hoja de ruta entregada a Grecia pueden ser fácilmente implementadas en Puerto Rico debido a la capacidad del Gobierno federal de Estados Unidos para responsabilizar de las reformas a los políticos locales.
A diferencia de Grecia, no hay planes de rescate financiero para las deudas de Puerto Rico. Le ha tomado 5 años a Grecia lidiar con su situación económica, pero Puerto Rico no tiene esa opción. La elección está entre implementar reformas o asumir las consecuencias que pueden haber, o más probable, una combinación de ambas.
Puerto Rico no puede continuar por mucho tiempo evadiendo la deuda; el tiempo de la reforma ha llegado. El Gobierno de Puerto Rico puede aprender mucho de la mala administración y lenta reforma fiscal en Grecia. La lección más importante de todas es hacer cambios ahora, no después, porque postergarlos solo empeorará las cosas.