Este lunes 4 de abril, unos fabricantes de vino del sur de Francia secuestraron cinco tanques llenos de vino español de la frontera, y vertieron un equivalente a 90.000 botellas de tinto y blanco en protesta por la “injusta competencia”.
Unos 150 viticultores furiosos provenientes de Aude, departamento francés y de los Pirineos, destornillaron dos tanques de vino en Le Boulou, a menos de 10 kilómetros de España, y los vaciaron en la carretera.
Muchos de los viticultores de la región sienten que el vino francés no recibe la suficiente protección en el mercado local, y están molestos por lo que creen que es una estrategia de importar vinos de España y de Italia, donde las cargas sociales más bajas permiten a los productores obtener más ganancias que de los locales.
Algunos, incluso, denuncian que los productores de España están, de manera fraudulenta, mezclando sus vinos con cosechas de América del Sur, y algunos pegan la etiqueta de “Hecho en Francia” en las botellas.
“Si un productor francés hace vino bajo las reglas de España, simplemente no podrá venderlo”, dijo Frédéric Rouanet, el presidente del sindicato de viticultores en Aude.
“En Europa todo puede funcionar bien, pero sólo si se aplican las mismas reglas para todos”, resaltó Rouanet.
Además, el sindicalista añadió que ellos importaron “7.2 millones de hectolitros de vino en todo 2015. No entendemos cómo la importación aumentó 2 millones con este fraude. Además, los españoles venden su vino a 32 euros por hectolitro, en cambio, nosotros lo vendemos a 78 euros. No podemos competir contra ese precio en Francia”.
Denis Pigouche, presidente de los viticultores de los Pirineos en Oriente, dijo que “estos vinos no tienen lugar en Francia. Lo que es más, ni siquiera son completamente europeos. Yo sospecho que son de Latinoamérica y después “espanizados” en Barcelona, luego son “europeizados” o incluso “afrancesados”.
Las protestas comenzaron luego de que índices señalaran que Francia es el mayor comprador de vino español; comprando 580 millones de litros en 2014, un 4o% más que en 2013.
Asimismo, Francia perdió su puesto de productor de vino más grande del mundo. El año pasado, Italia produjo 4.900 millones de litros, comparado con 4.700 millones en Francia.
Los sindicatos aseguran que los viticultores franceses han estado negociando durante meses con las autoridades locales, pero no han recibido suficiente seguridad de que sus quejas se están tomando con seriedad. “Decidimos resolver el asunto por nuestros propios métodos”, indicó Rouanet.
El sindicalista de Aude dijo que el secuestro de los tanques fue “sólo el inicio”, al menos que sus exigencias sean escuchadas. Rouanet amenaza con tomar acciones en el puerto de Sète en contra de la importación del vino italiano.
“Continuaremos hasta que nos prueben que se acabará con el tráfico ilegal de vino. Vamos a proteger a nuestros consumidores. Tú puedes confiar en nuestro vino. Viene de los viñedos hasta la botella. Ellos deberían hacer lo mismo”, sentenció Rouanet.
La guerra declarada por los viticultores del sur de Francia puede empeorar. La molestia es tan grande, que incluso hicieron referencia a un “brazo armado” llamado “Le Crav”, que ha conducido varias operaciones de comando como explosivos en viñedos enemigos cuando sienten que no apoyan el producto local.
Gobierno español intercede por su vino
Este miércoles, el Gobierno español citó al embajador francés, Yves Saint-Geours, para expresarle su “profunda indignación” por los ataques perpetrados contra los camiones de vino español el lunes.
La información fue informada por el ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel García-Margallo, mientras se encontraba de visita en Buenos Aires.
García-Margallo señaló, además, que la Unión Europea ya ha abierto una investigación sobre este asunto, dada la gravedad de estos “atentados” contra la industria española.
“Esta agresión es algo absolutamente intolerable entre dos países socios y amigos como son Francia y España”, señaló el ministro.
García-Margallo indicó que la Embajada española en Francia ya ha tramitado una nota verbal de queja ante las autoridades francesas por los incidentes ocurridos en las cercanías del paso de Le Boulou, cerca de Cataluña.