Si usted cree que los socialistas son perezosos y unos buenos para nada que quieren obtener cosas por el simple de hecho de que las cosas existen, en vez de trabajar, pues Bernie Sanders está de acuerdo con usted. Al menos él sí cree eso de si mismo.
De acuerdo con el libro We Are As Gods (Somos como Dioses), de Kate Deloz, que cuenta el auge y caída de la comuna hippie en la granja Myrtle Hill, en el noreste de Vermont, Bernie Sanders fue sacado de la comuna en 1971 porque no trabajaba y, en cambio, se “sentaba por ahí a hablar de política”.
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Daloz vivía en una residencia cercana a la comunidad en la que se encontraba Sanders; sus padres eran amigos cercanos de los residentes de la comuna.
En el verano de 1971, Sanders tenía 30 años y era un miembro del Liberty Union Party, un partido político socialista radical, y se quedaba en la comuna mientras recogía datos para la publicación de un artículo en el periódico del partido político.
El su libro, Daloz señala que Sanders se enganchaba en “discusiones políticas sin fin”, y eso molestaba a los residentes. Uno de ellos, Craig, dijo que “a veces tenía que alejar a todos los demás del entorno de Bernie si había que llevar a cabo un trabajo ese día”.
“Cuando Bernie tenía apenas tres días en la comuna, Craig le pidió cortésmente que se marchara”, concluye Daloz.
Puede que la ideología que reinaba en la comuna coincidiera con la de Sanders, quien hizo varios viajes “de buena voluntad” a la Unión Soviética, Cuba y Nicaragua. El actual senador y candidato presidencial denominó el ascenso al poder de los sandinistas, marxistas-leninistas, como una “revolución histórica”. Daloz escribe que algunos de los residentes en las comunas dejaban que sus hijos marcharan coreando “¡Ho! ¡Ho! ¡Ho Chi Minh! ¡El Vietcong va a ganar!”.
Fuente: The Daily Wire.