Mientras el senador Ted Cruz estaba en un evento en Indiana hace una semana, su padre se encontraba en una misión secreta en Puerto Rico.
Rafael Cruz, quien es un pastor, sostenía una reunión privada en una casa en Dorado con algunos de los 23 delegados de la isla para la Convención Republicana que aún apoyan a Marco Rubio, aspirante a la candidatura presidencial que abandonó la contienda hace más de un mes.
La candidatura de Rubio para la Casa Blanca puede haberse acabado, pero su capacidad de mantener a algunos delegados lejos de votar por Donald Trump se mantiene.
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Rubio aún tiene a varios delegados para la Convención que votarán por él en la primera votación y que podrán hacerlo por cualquiera en la segunda y demás votaciones.
El senador de Florida suspendió su campaña hace más de un mes cuando perdió frente a Trump en su estado natal; sin embargo —en parte a petición de Ted Cruz— ha hecho lo posible para mantener los 171 delegados que ganó en más de 21 estados a su favor; mucho más de los que hasta ahora tiene John Kasich.
Rubio envió cartas a su campaña notificando que su decisión de dejar de lado su aspiración no significa necesariamente que soltará a los delegados que hasta el momento había obtenido.
Hasta ahora se calcula que Rubio puede contar con el apoyo de por lo menos 50 delegados para la primera votación, y puede tener que prescindir de entre 30 y 40. Los 81 restantes están en el limbo.
Los delegados que tiene Rubio pueden ser cruciales para impedir que Trump obtenga los 1.237 delegados que necesita para lograr la nominación en la primera votación.
“La idea es mantener las puertas abiertas para poder hacer algo en cualquier momento, ¿quién sabe?”, dijo un asesor al Washington Post que prefirió mantenerse en el anonimato.
Por su parte, Marco Rubio rechazó ofrecer una entrevista a ese diario. El senador insiste en que no tiene interés en ser el compañero de fórmula de algún candidato.
A la espera del candidato ideal
La semana pasada, en una entrevista con Univisión, Rubio dijo al referirse a sus delegados: “Lo que quiero ver en la Convención es que el partido nombre a alguien como candidato que sea conservador y que pueda ganar. Si mis delegados pudiesen tener un rol sería para lograr ese objetivo. Estamos abiertos a eso, pero aún no sabemos”.
“En verdad no tengo algún secreto o algún plan sobre qué haré en la Convención”, añadió. “Solo estamos guardando esas opciones para contribuir positivamente con el partido, logrando nombrar un candidato conservador que pueda ganar”.
Mientras tanto, los delegados de Rubio tienen sus propias ideas sobre cómo ellos usarán el poder que tienen.
En el caso de Puerto Rico, planean votar por Rubio en la primera votación, como las reglas lo piden; sin embargo, dicen que el respaldo en las otras votaciones dependerá de que la isla sea un estado.
“Quienquiera que espere nuestro apoyo deberá prestar atención a nuestros propios problemas, así como a nuestra necesidad de ser igual de estadounidenses que los demás. Si eso no se toma en consideración nos importará poco lo que digan las encuestas”, dijo Elías Sánchez, un abogado de San Juan y delegado que codirigió la campaña de Rubio en la isla.
Rubio apoyaba darle la categoría de estado a Puerto Rico; sin embargo, de los candidatos que quedan solo John Kasich lo ha hecho. Ted Cruz y Donald Trump solo han manifestado que apoyan el “derecho a autonomía”, lo que no es suficiente para los delegados.
Por eso es que la pasada reunión con el padre de Ted Cruz es tan apreciada, según los delegados. Sin embargo, no sellaron el trato que le garantice el apoyo a Cruz.
Rina Shah Bharara, una delegada de Rubio en Washington D.C. que deberá votar por él en la primera votación, dijo a Fox News este mes que si Trump gana la nominación votará por Hillary Clinton.
Así como Bharara, muchos otros delegados de Rubio no ven con claridad un panorama sin su candidato. Esta situación indica que los líderes del partido no podrán decidir qué hacer con los delegados de Rubio al menos hasta junio.
Para entonces es posible que la nominación de Trump ya sea un hecho, o que los delegados de Rubio solo atrasen un poco lo irreversible.
Con información de: The Washington Post.