
En una nota del diario The Guardian se señala que, de acuerdo con varios documentos recientemente desclasificados del Departamento de Estado de Estados Unidos, el exconsejero de Seguridad Nacional y exsecretario de Estado Henry Kissinger (1973-1977) puso en peligro los esfuerzos de Estados Unidos por detener las masacres cometidas por la dictadura militar de Argentina, entre 1976 y 1983.
Según los documentos, que fueron publicados este lunes 8 de agosto, Kissinger simpatizaba con la dictadura de Argentina –denominada Proceso de Reorganización Nacional— y los felicitó por “aniquilar” al terrorismo.
Con la cercanía de Kissinger a la dictadura, el secretario de Estado entorpeció la voluntad del entonces presidente, Jimmy Carter, de impedir que se llevaran a cabo los procesos de exterminio, torturas y desapariciones políticas, según se revela en los documentos.
The Guardian destaca que los funcionarios del gobierno de Carter estuvieron “furiosos” cuando en 1978 Kissinger asistió al Mundial de Fútbol en Argentina como invitado especial del dictador Jorge Videla —el general que supervisó la desaparición forzosa de al menos 30.000 personas que se opusieron al régimen militar.
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Aunque para ese año Herny Kissinger ya no era secretario de Estado —escribe The Guardian—, “los documentos revelan que los diplomáticos estadounidenses” temían a la influencia de polémico político germano-americano.
Asimismo, los documentos evidencian que ese papel también lo tuvo cuando fue secretario de Estado. Kissinger estuvo años alentando a la Junta Militar de Argentina a acabar con el “terrorismo”, mientras que el gobierno de Carter y su consejero de Seguridad Nacional, Zbigniew Brzezinski, fomentaban la protección de los Derechos Humanos y los colocaron como la piedra angular de la política exterior estadounidense. Por ello, Carter ejerció presión sobre la dictadura argentina y le negó la venta de armas y préstamo de dinero.
Por otra parte, los archivos desclasificados revelan que Kissinger alabó a Videla y a otros oficiales de la dictadura por sus «métodos» contra sus oponentes: “para él, el gobierno de Argentina había hecho un trabajo espectacular en la aniquilación de las fuerzas terroristas”.
“Sus elogios por el gobierno de Argentina y su campaña en contra del terrorismo eran la música que la dictadura añoraba escuchar”, se lee en uno de los documentos.
Además, durante la visita de Kissinger a Argentina, el exsecretario de Estado se reunió personalmente y de forma privada —dejando por fuera al embajador de Estados Unidos— con el dictador Videla. Esto, según los archivos, molestó al diplomático de Estados Unidos, quien “estaba impresionado por el comportamiento de Henry Kissinger”.
The Guardian señala también que el embajador no fue el único que se molestó, “los oficiales en Washington estaban furiosos”.
El miembro del Consejo de Seguridad Robert Pastor escribió: “Lo que me preocupa es su necesidad de aparecer y hablar en contra de la administración Carter y de su política exterior centrada en los Derechos Humanos”.
En Argentina se llevó a cabo el denominado Proceso, un intento de acabar con la oposición política a través de detenciones, torturas, asesinatos y desapariciones forzosas. Este plan de “exterminio contra el terrorismo” fue catalogado como crimen de lesa humanidad.
Hasta ahora el número de desaparecidos no se ha establecido, pero organizaciones de DDHH estiman que pueden haber unos 30.000.
Además, al menos entre 250 y 500 niños fueron desparecidos. Todas estas acciones fueron denominadas como Terrorismo de Estado. Después de la dictadura militar, varios de los responsables fueron juzgados y condenados en 1984, entre ellos el líder de la junta militar, Jorge Videla, quien fue condenado a cadena perpetua; no obstante, fue indultado poco años después.
Videla volvió a la cárcel años después de su indulto, en 2008, y murió en el penal de Marcos Paz en 2013, donde cumplía condena por crímenes de lesa humanidad.
Fuente: The Guaridan