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El papa Francisco responsabilizó al “Dios dinero” de la violencia extremista en Medio Oriente y Europa durante su cuarta Misa de Gallo en la Basílica de San Pedro este 24 de diciembre.
“Una economía global despiadada lleva a las personas marginadas a la violencia (…) Si queremos celebrar la verdadera Navidad, contemplemos este signo: la sencillez más frágil de un niño recién nacido, la dulzura al verlo recostado, la ternura de los pañales que lo cubren. Allí está Dios”, dijo el papa.
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Asimismo, Francisco aseguró que el “materialismo tomó como rehén a la Navidad” y, además, dijo que el consumismo desmedido opaca la luz de Dios y “ciega a muchos de la necesidad de los hambrientos, migrantes y aquellos afectados por la guerra”.
Por otra parte, el santo padre aprovechó la oportunidad para recordar el “sabor triste de la Navidad”, debido a los niños que mueren en los bombardeos y que viajan por el océano para encontrar una vida mejor.
Pidió “por los niños que, hoy, no están recostados en una cuna ni acariciados por el afecto de una madre ni de un padre, sino que yacen en los escuálidos pesebres donde se devora su dignidad: el refugio subterráneo para escapar de los bombardeos, sobre las aceras de una gran ciudad, en el fondo de una barcaza repleta de emigrantes”.
“Dejémonos interpelar por los niños a los que no se les deja nacer, por los que lloran porque nadie sacia su hambre, por los que no tienen en sus manos juguetes sino armas”, señaló el papa Francisco.
Por último, frente al terrorismo, el sumo pontífice aseguró que “crece cuando no existe más opción y esto será así mientras la economía mundial tenga como centro al Dios dinero en lugar del hombre”.
Aseguró que “ninguna religión tiene el monopolio de la violencia” y su propia experiencia en el diálogo interreligioso le demostró que los musulmanes buscan “la paz y el encuentro”.
“No está bien y no es justo decir que el Islam es terrorista”, enfatizó el papa Francisco.
