Este lunes 16 de enero la confederación internacional Oxfam publicó su informe anual y, esta vez denuncia que, presuntamente, en solo ocho personas se concentra el equivalente a la riqueza de otras 3.600 millones de personas. No obstante, Oxfam podría estar equivocado en la intención del informe.
Según la entidad, el crecimiento económico de los últimos años solo está beneficiando a los que más tienen. Son más los ricos con más dinero y los pobres con menos; al menos eso sugiere la confederación.
En las manos de Bill Gates, Amancio Ortega, Carlos Slim, Warren Buffett, Jeff Bezos, Mark Zuckerberg, Larry Ellison, y el exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, se concentra una cantidad equivalente a la riqueza de la mitad más pobre del mundo, se puede vislumbrar en el informe titulado Una economía para el 99%.
Pero Oxfam, la confederación formada por 17 organizaciones no gubernamentales, podría estar errada en esa deducción.
A pesar de que, según datos de la FAO, el Banco Mundial y la UNESCO, desde 1990 hasta el día de hoy, el hambre, la pobreza, el analfabetismo y la mortalidad infantil se han reducido sustancialmente (en 25 años la cantidad de personas hambrientas ha disminuido en 216 millones), debido a la liberalización de la economía en varios países e, igualmente, a la globalización, el informe del Oxfam apunta a que la “era del neoliberalismo” debe ser detenida.
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Para comprender y desmontar el informe de Oxfam, el escritor, miembro del Instituto Cato y promotor de la economía de mercado, Johan Norberg, dice: “Las personas más ricas del mundo poseen más que los 3.500 millones de personas más pobres del mundo combinadas. Seguramente, el gran problema en nuestro mundo es la desigualdad, y la única manera de ayudar a los pobres es quitándole a los ricos… ¡Completamente equivocado!”.
“El gran problema del mundo no es la desigualdad, es la pobreza. Sabes, mi hija menor tiene un total de US$ 15, eso la hace más rica que las dos mil millones de personas más pobres del mundo, combinadas”, dice Norberg.
La analogía del escritor es una referencia a los datos de Oxfam en los que asegura que dos mil millones de personas del mundo no tienen ni un solo dólar. De esa manera, cualquier persona con una ínfima cantidad de billetes podría ostentar una concentración de dinero muchísimo mayor que las millones de personas más pobres del mundo.
If we don't end neoliberalism we'll see more of what happened in the last 25 years, warns Oxfam. pic.twitter.com/i1CH3dswFY
— Johan Norberg (@johanknorberg) January 17, 2017
“Eso suena absurdo, pero es porque esas dos mil millones personas no tienen activos monetarios, y ese es el problema”, apunta el escritor para luego señalar: “Si nosotros distribuimos el dinero de los individuos más ricos entre los más pobres del mundo, ellos solo recibirán 500 dólares cada uno. Eso solamente incrementará sus ingresos en un 20 %, y solo por un año”.
“La única forma de reducir la pobreza es invirtiendo en productividad (…) Lo interesante es que eso solo ocurre en los países que permiten a individuos con grandes ideas convertirse en super ricos. El problema en el mundo no es que mi hija tenga US$ 15, o que se volverá más rica en el futuro, el problema es que mucha gente aún es desesperadamente pobre”, espeta Johan Norberg.
Entonces, la conclusión acá es: el problema no es la desigualdad, sino la pobreza. Un problema que, se debe señalar, ha sido reducido significativamente en los últimos años.
No obstante, las estadísticas que utiliza Oxfam para arrojar la alarmante conclusión pueden ser fácilmente manipuladas.
El editor de The Spectator, columnista de The Daily Telegraph, miembro del Centro de Justicia Social y el Centro de Estudios Políticos de Reino Unido, Fraser Nelson, escribe en un artículo: “Su lechero promedio tiene más riqueza que las 100 millones de personas más pobres del mundo, ¿eso no demuestra lo injusto que es el mundo? O, dado que los 100 millones más pobres del mundo no tienen activos, ¿eso no demuestra lo fácil que pueden ser manipuladas estas estadísticas en los comunicados de Oxfam?”.
“Están en eso otra vez: la misma historia, en todos los eneros. ‘Casi la mitad de la riqueza del mundo es propiedad de solo el 1 % de la población mundial’, dijeron en 2014. Han hecho algunas variantes en este tema cada año, y cada vez lo venden como una nueva ‘gran’ historia”, escribe Fraser Nelson.
“Todo el tiempo venden que la desigualdad empeora, que los ricos se están engordando a expensas de los más pobres”, espeta el columnista, para luego indicar: “Esta narrativa (tan desacreditada como vieja), se adapta a los recaudadores de fondos de Oxfam”.
“El truco estadístico acá es mirar la riqueza neta, no la riqueza bruta. Así que China no tiene gente entre el 10 % más pobre, pero Estados Unidos sí… ¿por qué? Porque los estadounidenses se endeudan más”, escribe el miembro del Centro de Justicia Social y señala, de esa manera, un error inmenso: tomar en cuenta la deuda.
De hecho, en otro imprescindible artículo, esta vez del periodista financiero y escritor de Euromoney, Portfolio Magazine y la agencia Reuters, Felix Salmon, se señala que Oxfam nos quiere hacer creer que un estudiante de derecho en Harvard, o alguna otra costosa universidad, es mucho más pobre que un campesino de China sin dinero.
Con respecto a la deuda y la insólita consideración de Oxfam, Salmon escribe: “No están siendo sinceros (…) el resultado es que mi sobrino, con 5o centavos en su bolsillo, tiene más dinero que el 40 % más pobre del mundo (…) no tienes que buscar ocho super millonarios para llegar a esa conclusión alarmante. Solamente tienes que tomar a cualquiera”.
“No solamente el 10 % más pobre del mundo tiene deudas, todos nosotros tenemos. Deudas del carro, de estudios, hipotecas, de crédito”, escribe para luego ofrecer un ejemplo oportuno: “Consideren esto: ¿preferirías tener US$ 75 mil en el banco, sin ninguna deuda y ningún título universitario, que US$ 75 mil en el banco y una deuda de US$ 75 mil en estudios universitarios?”.
“En cuanto concierne a la metodología de Oxfam, la diferencia es enorme: la persona con US$ 75 mil y ninguna deuda está entre el 10 % con más dinero; mientras que la persona con el título universitario está entre el 10 % más pobre”.
De esta manera, es evidente, existe un error de criterio. La verdad es muy distinta.
“El capitalismo global está sacando a la gente de la pobreza al ritmo más rápido de la historia humana”, escribe Fraser Nelson una verdad que no se puede debatir.
La organizaciones Our World, Inequality Among World Citizens y el Banco Mundial ofrecen cifras contundentes: en 1910 82% de la población mundial vivía con menos de US$ 2 al día. Décadas después, en 2015, ese porcentaje se reduce súbitamente hasta 10%. La razón: la libertad económica.
“La ayuda gubernamental no es la principal causa de disminución de la pobreza; el capitalismo lo es. Las cifras lo muestran. El dinero que fluye hacia el tercer mundo ahora es masivo”, apunta el miembro del Centro de Justicia Social.
Con información de: The Spectator, Fusion, CityAM