El pasado dos de marzo la charla del sociólogo, politólogo y columnista libertario, Charles Murray, fue cancelada luego que un grupo de estudiantes protestaran su visita en el Middlebury College. Volvió a surgir la censura en Estados Unidos.
En esa oportunidad Murray tuvo que trasladarse a una “ubicación no revelada” en el campus para poder ofrecer su ponencia a través de una transmisión en vivo. Luego, a la hora de salir de la universidad, su vehículo fue rodeado y la profesora Allison Stranger, quien lo acompañaba, fue agredida y llevada al hospital.
El incidente fue catalogado por varios medios como un nuevo ataque a la libertad de expresión y una censura. Escribe el medio The Hill : “Las manifestaciones tuvieron éxito. Ellos ahogaron la libertad de expresión, silenciaron a aquellos con quienes discrepan, y atacaron a los defensores de la democracia”.
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Bajo las consignas de “¡Racista, sexista, anti-Gay!”, y “¡Vete Charles Murray!”, los estudiantes de tendencia de izquierda lograron impedir que el autor de los libros Losing Ground: American Social Policy 1950-1980, y The Bell Curve, pudiese presentarse en el Middlebury College.
“Intolerancia liberal revive, mientras Charles Murray es perseguido en la Middlebury College”, tituló The Daily Beast un artículo escrito por Ronald Radosh.
Radosh señalan que el incidente le recordó a los años 60 y 70, cuando en la izquierda se comenzó a gestar el pensamiento en el que todos aquellos que fueran catalogados como “reaccionarios” o “fascistas” no tenían “derecho a la libre expresión”.
.@Middlebury students: This is a year old, but it responds to the protesters' core issues . https://t.co/5zgA5xXnuW. See you this PM.
— Charles Murray (@charlesmurray) March 2, 2017
El politólogo y columnista libertario fue invitado a la universidad a hablar sobre su más reciente libro. “Los estudiantes que lo invitaron sentían, con precisión, que sus puntos de vista sobre el tema podían darles una idea de la situación política actual, ya que muchas de las personas sobre las que Murray había escrito, apoyaban y votaron por Donald Trump”, se lee en The Daily Beast.
No obstante, los manifestantes lo atacaron y expulsaron, debido a su controvertido best seller de 1994, The Bell Curve. En ese libro, Murray y el coautor Richard Hernstein, aseguran que existe una correlación significativa entre el IQ de un individuo y su éxito o fracaso en la vida.
En la misma obra, Murray presenta una curva de campana en la que los asiáticos se ubicaron más alto que los blancos, y los negros, por debajo de los blancos.
Según los estudiantes, el libro del autor es una “defensa nazi de la eugenesia”; no obstante, esto no es así.
Escribe el reconocido periodista y fotógrafo Malcolm Browne que “en ninguna parte [Murray] aboga por las medidas defendidas por los eugenistas de los años 1920 y 1930, cuyas ideas fueron apropiadas y pervertidas por los nazis, como la razón de ser del Holocausto”.
“De hecho, los autores de The Bell Curve dicen que la concesión a cualquier Gobierno o institución social de poder decidir quién puede reproducirse y quién no puede, está lleno de peligros tan obvios que son inaceptables”, escribe Browne en un ensayo sobre le libro de Charles Murray.
Por último, con respecto a la censura en Middlebury College, Murray escribió en su cuenta de Twitter: “No creo que el ataque físico sea respaldado por la Primera Enmienda. Pero no soy un catedrático constitucional“.
“La administración de Middlebury fue ejemplar. Los estudiantes estaban asustados”, señaló Charles Murray.
1/ On the bright side: Made two new friends Thursday. Bill Burger, who among other things drove our getaway car through the mob, and…
— Charles Murray (@charlesmurray) March 4, 2017
2/ Allison Stanger. She's on the left. And fearless, funny, smart as can be, and as devoted to academic freedom as anyone I've ever met.
— Charles Murray (@charlesmurray) March 4, 2017
Murray es un fuerte crítico del estado de bienestar, y es un defensor de la libertad. Sus artículos han aparecido en medios como The Washington Post, Wall Street Journal y The New York Times.
Fuente: The Hill, The Daily Beast