Enrique Aristeguieta Gramcko es el último sobreviviente de la Junta Patriótica que derrocó al dictador venezolano Marcos Pérez Jimenez (1952-1958). Es decir, es el único venezolano, actualmente, que ha participado en una unión cívica eficaz que logró la salida de la última dictadura en el país (antes de la chavista).
Hoy Venezuela está sometida a un régimen autoritario dispuesto a cualquier arbitrariedad y que ha propagado la miseria y ha impuesto el terror. Es por ello que impera la necesidad de escuchar a una voz calificada y oportuna como la de Enrique Aristeguieta Gramcko.
Gramcko fue miembro del partido venezolano Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI). Abogado que ejerció los cargos de diputado, embajador en el Caribe, viceministro de Relaciones Interiores, gobernador encargado del estado Nueva Esparta, y director del Consejo Supremo Electoral.
Hoy preside la nueva alianza opositora GANA que busca la salida de Nicolás Maduro a través de mecanismos realistas.
Aristeguieta Gramcko se reunió con PanAm Post para conversar sobre estos mecanismos, el rol de un posible gobierno de transición, la naturaleza del régimen venezolano y sobre la protesta que se llevará a cabo el próximo 19 de abril en Caracas.
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Usted presenció los crímenes de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, ahora presencia los crímenes del chavismo, ¿es esta una dictadura más cruenta que la de los años 50?
¡Mucho más! No es que Pérez Jiménez fuera un santo, ni que tratara respetuosamente a los prisioneros. Pero el tipo de tortura que se hacía no tienen comparación con la crueldad extrema de este régimen.
Pérez Jiménez era un simple dictador autoritario. Un Gobierno autoritario. Esta es una dictadura totalitaria, y hay una gran diferencia entre una dictadura totalitaria y una autoritaria. La totalitaria es mucho más dura porque tiene pretensiones de permanecer en el poder ad infinitum. Después de uno vendrá el otro y después el otro. Como ocurrió en la Unión Soviética: luego de Lenin vino Stalin, vino Malenkov, Khrushchev… Gorbachov.
La dictadura soviética cubrió un lapso, más o menos, de 70 años. Una dictadura autoritaria culmina, por lo general, con el propio dictador. No es un sistema. Es simplemente la voluntad de un personaje que decide ejercer el poder mientras él pueda.
Nosotros hemos tenido muchos dictadores autoritarios. Muchos de ese tipo: personalistas. Pero no pretendieron establecer un sistema dictatorial.
¿Este es un régimen muchísimo más perverso que cualquier otro régimen autoritario que se ha impuesto en Venezuela?
Sí, los regímenes totalitarios son necesariamente perversos.
¿Y qué buscan?
Bueno, buscan aniquilar la voluntad de las personas. Aniquilar la personalidad, la libertad de pensamiento, de investigación. Se tiene un pensamiento como doctrina, y todo lo que está fuera de eso debe ser extirpado.
Los dictadores autoritarios solo se contentan con que se respete su autoridad y su poder, y en el caso de que haya pues algún intento de subversión se sanciona; pero no se trata de extinguir a todo el que piense diferente con el fin de que eso dure por generaciones.
Hemos visto cómo Venezuela está destruida totalmente. Afortunadamente el pueblo venezolano es un pueblo que tenía 40 años seguidos del ejercicio de la democracia —yo diría que más. Y ha sido muy difícil lavarnos el cerebro.
Los cubanos no, porque los cubanos no han conocido prácticamente la democracia. Cuba se independiza al comienzo del siglo XX, y no lo hace ello por sí mismos. Los Estados Unidos son quienes logran la independencia de Cuba de España. Y, aunque no se establece propiamente una colonia, siempre estuvo la tutela de Estados Unidos.
Se intentó practicar la democracia representativa, pero la mayor parte de los años Cuba estuvo a manos de dictadores como Machado y Batista. Machado fue terrible y, sin embargo, lo sacaron con una huelga general. Y bueno, luego llegó la dictadura totalitaria de Fidel Castro que es la que más ha durado.
¿Son similares los regímenes? ¿El chavista y el de Castro? ¿Se logró implantar en Venezuela la Revolución Cubana?
Han tratado de hacerlo; no han podido todo porque ha habido mucha resistencia. Venezuela era un país muy diferente a Cuba. Había una élite pensante, una tradición democrática.
¿Pero no colaboró esa misma élite en el ascenso de Hugo Chávez?
Mira, una parte de ella se dejó seducir por la personalidad de Chávez, a pesar de que había muchas razones para que nadie confiara en él; sin embargo, muchos se dejaron engatusar.
Y bueno, Chávez hizo lo que hacen muchos algunos dictadores, especialmente los totalitarios, que fue llegar al poder por las vías democráticas para, desde adentro, extirpar la democracia. Eso lo hizo Mussolini en Italia, Hitler en Alemania. Se hizo en la Europa Oriental.
Se apoderó de las instituciones democráticas mediante el voto y después las vaciaron. Y eso hicieron en la Europa de la posguerra.
¿Por qué nos ha costado tanto salir del chavismo?
Las razones son muchas. Una de ellas es que cuando a Chávez le dan un golpe fallido, el 11 de abril de 2002, ahí se aprovechó, cuando lo trajeron de regreso, para dislocar completamente a las Fuerzas Armadas tradicionales. Porque él sabía que ahí había un gran peligro: eran militares formados en la democracia.
Ya las Fuerzas Armadas no son lo que eran antes, y su personalidad le permitió crear un partido que muchas veces lo llevó a ganar elecciones. Cada vez su caudal electoral iba disminuyendo, pero cada vez se las ingeniaba para ganar siempre.
Ya neutralizadas las Fuerzas Armadas se dedicó a jugar con la democracia. Y, bueno, los partidos democráticos no vieron claramente lo que él estaba haciendo, que era eso: jugar a la democracia para quedar bien con la comunidad internacional…
La democracia fue para él una estrategia que utilizó por muchos años a su favor, ¿no?
Por muchos años, hasta que comienza a verse mal en las encuestas electorales y en las mismas elecciones. Ellos supieron hacer bien los fraudes que hicieron. Y a pesar de su popularidad, Chávez perdió el referéndum revocatorio [de 2004]. Ahí el Consejo Electoral, siempre sesgado a favor del régimen, hurtó el triunfo a la oposición.
Luego se le ganó un referéndum de reforma constitucional [en 2007], que aún no se conocen los resultados. Fueron apabullantes.
Él siguió dominando las instituciones desde adentro: la Asamblea Nacional, el poder Judicial, el Consejo Nacional Electoral… siguió imponiendo la continuidad de su régimen, hasta que llegó un momento que decidieron no hacer más elecciones porque no había manera de ganarla. Ni siquiera cometiendo fraude.
¿Entramos ahí formalmente a la dictadura o ya este era un sistema dictatorial?
No, la dictadura se fue desarrollando poco a poco. Chávez comienza vistiéndose de demócrata pero poco a poco va desmontando el Estado democrático. Pasamos por una etapa de semidictadura: una etapa de libertades restringidas.
Las semidictaduras son zonas de transición. Generalmente se producen cuando se pasa de un autoritarismo a la democracia, o al revés. Aquí hubo gobiernos semidemocráticos a partir de la muerte de Juan Vicente Gómez [en 1936]. Pero fueron gobiernos semidemocráticos que fueron abriendo el compás a la democracia. Esa era la intención. En el caso de Chávez fue exactamente lo contrario.
Él comenzó recortando el sistema democrático hasta concretar la transición a la dictadura plena. Nunca fue un modelo completamente democrático, solo que llegó un momento en el que les fue imposible seguir aparentando.
Ellos mismos lo han dicho: “Aquí no vamos a hacer elecciones hasta que no estemos seguros de ganarlas”. Han sido muy francos además.
No sé cómo siguen pensando algunos en que va a haber una salida electoral cuando ellos mismos han dicho que no va a haber elecciones hasta que no sean capaces de ganarlas. Y si las hacen es porque saben que pueden falsificar los resultados…
Todavía, a estas alturas, hay un movimiento que insiste en que deben darse elecciones para lograr la salida del régimen, ¿es ingenuidad? ¿complicidad?
Hay de todo. Ahí hay una gran complicidad…
Porque cuando Julio Borges sale diciendo que va a marchar por elecciones regionales, ¿qué es eso?
Bueno, él irá a marchar por elecciones regionales, pero si haces una encuesta entre los marchistas yo creo que será el 1% el que marche por elecciones regionales…
Sería un error…
Sería un error, pero a veces los errores son tan inexplicables que la única forma de entenderlos es pensando mal. Cuando tienes un enigma, y vas seleccionando todas las posibles causas; las vas eliminando, cuando te queda una sola, por muy desagradable que sea, tiene que ser eso.
Y ahorita, lamentablemente, estamos en víspera de que se dé un cisma en la oposición. Ahorita hay dos partidos que están claros que van a ir a las elecciones que les ofrezcas, sea la que sea, que son el grupo de Manuel Rosales y el grupo de Henri Falcón.
Hay otros partidos que ya están claros: que no van a ir a simple elecciones de gobernadores y alcaldes: Voluntad Popular, Alianza Bravo Puebla, Vente Venezuela y mucho de los pequeños partidos de la MUD; pero quedan dos de los partidos más grandes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) que aún no han hablado claro. Dicen las cosas solapadamente. Hay que emplazarlos, y para eso no faltan muchos días.
El Gobierno va a convocar a elecciones regionales y en el acto Falcón y Rosales van a decir que acuden…
¿Qué son ellos? ¿Cómplices?
Ellos dos son cómplices. Yo lo digo claramente. No lo puedo probar, pero hay demasiados indicios. Y te repito: cuando no hay otra razón sólida que explique esa conducta, no queda más remedio que pensar en que ellos están interesados de forma personal en que eso ocurra.
Pero, en los últimos meses, antes de que iniciara esta nueva crisis política, habíamos visto un comportamiento de la MUD, en general, con muchos errores. Durante ese tiempo se llegó a decir que estaban vendidos, que eran cómplices, etc. Ahora vemos un cambio drástico en su comportamiento. ¿Podemos confiar ahora?
Mira, yo personalmente digo como Santo Tomás: ver para creer. Cuando yo pueda constatar que eso es cierto y que eso es sincero, digo: creo, ¡los iluminó el Espíritu Santo! Pero mientras esa conducta no se produzca, yo estoy a la expectativa.
No me puedo anticipar a los hechos, claro, pero me da la impresión de que van por el mismo camino de antes…
¿Por qué tiene esa impresión?
Bueno, porque cuando el Gobierno hace el planteamiento de que quiere convocar elecciones regionales a cambio de enfriar la calle, ellos no han sido determinantes en decir: “No, yo no acepto eso”
A excepción de Henrique Capriles. Con Capriles hemos visto un cambio realmente drástico. No sé si coincidirá en que esta inhabilitación, de alguna manera, lo libera, lo vuelve un político más peligroso para el régimen…
Bueno, Capriles es miembro todavía de Primero Justicia. Y Capriles y Borges tenían una discrepancia desde el comienzo. Borges siempre pensó en aguantar esto hasta el 2018 para él ganar esas elecciones —no sé cómo él puede sanamente y seriamente creer que eso era posible.
Capriles quería el referéndum revocatorio. Y Borges se lo obstaculizó desde adentro, porque ni Primero Justicia ni Acción Democrática le dieron calor a ninguna de las salidas que el país estaba esperando durante todo el año pasado.
Desde que se instaló la Asamblea: la partida de nacimiento, esa investigación, se engavetó; no se sustituyó a los miembros del Tribunal que estaban irregularmente electos; no se sustituyó a los miembros del Consejo Electoral que tienen el periodo vencido… Entonces fue una especie de blandura frente al Gobierno, como querer portarse bien, a ver si eso les va a dar algún mérito. Y en ninguna forma tú puedes hacer oposición de esa manera.
Bueno, en ese momento era Henry Ramos Allup el presidente de la Asamblea, pero además son responsables los diputados, ¿no?
El problema con la MUD es que jamás ha sido una verdadera alianza política en todo el sentido de la palabra.
La MUD se limitó siempre a ser una alianza electoral. Entonces, cuando se tiene que ir más allá de lo electoral, cada uno opina distinto. Y de esa forma no se puede combatir ninguna dictadura.
La de Pérez Jiménez se logró sacar cuando todos los grupos políticos y dirigentes para la época, coincidieron en que era indispensable salir de la dictadura para convocar elecciones libres.
Usted es el último sobreviviente de la Junta Patriótica que derrocó a Marcos Pérez Jiménez. Es decir, es el único venezolano, ahora, que llegó a participar en una unión política, cívica, para derrotar a la última dictadura que hubo en Venezuela. ¿Cómo salimos de esta?
Mira, yo creo que esto terminará con la ciudadanía imponiéndose a quienes están en la línea colaboracionista. Los forzarán a asumir una actitud más seria —como ha ocurrido. Eso se está viendo. Estos partidos están yendo a las manifestaciones, pero están yendo a regañadientes. La gente los ha obligado. Si por ellos fuera estuvieran en este momento conversando con el régimen… ¡por tercera vez!
Yo no sé hasta qué punto Henry Ramos llegó a la presidencia del Parlamento queriendo hacer realmente las cosas, y no pudo conseguir los votos necesarios. Porque, ahí estaban, en la bancada opositora, gente de todos los partidos. De partidos pequeños. Nunca estuvieron todos de acuerdo en una sola táctica y una sola estrategia. En un solo objetivo central.
Creyeron que se podía hacer elecciones para salir de Maduro, ¡grave error!
¿Cómo se logra, entonces, esa salida de Maduro? ¿Cuáles son las alternativas?
Mira, si los partidos no cumplen con su deber y no llenan las expectativas de los ciudadanos, yo creo que el pueblo tendrá que imponerse. De una manera o de otra.
¿Qué significa imponerse?
Es hacer la situación insostenible para el régimen. Y lograr que la parte sana de las Fuerzas Armadas cumpla con la Constitución y participen en esa acción de desconocimiento.
¿No es posible una salida sin los militares?
Ahorita no. Estamos en un país de tradición militarista. Hasta 1945, en el siglo XX, tuvimos gobiernos militares —por más que los últimos, que eran militares civilizados, estaban abriendo el compás a la democracia, pero eran militares. No hubiera sido posible un presidente civil en ese momento.
Luego vino un paréntesis pequeño de tres años, y luego otra vez nueve años de dictadura militar. Son casi más o menos cincuenta y cuatro años de gobiernos militares en el siglo XX. Luego 40 años de democracia civil. De gobiernos alternativos.
Eso crea costumbres, crea hábitos. El venezolano, yo diría que a partir de 1946 —cuando por primera vez se votó para elegir presidente universalmente—, comenzó a votar. La gente se acostumbró a votar y le gusta votar. En ese contexto es muy difícil suprimir la democracia.
En 18 años, de un Gobierno que lo ha hecho tan mal, los que todavía tienen memoria, saben bien cómo se vivía antes. No hay comparación, con todo y sus defectos.
Y para mi sorpresa, agradable, los jóvenes, los que nacieron durante este régimen, en su gran mayoría, abominan lo que está pasando. Es como si hubieran heredado el sentimiento democrático de sus padres. El deseo de votar y elegir su propio gobierno.
En esos 40 años pasaron cosas muy importantes que cambiaron la historia del país. Fueron 40años de una democracia sólida, de alternabilidad. El gobierno pasaba de un partido al otro a través del voto y no mediante una revuelta armada —que había sido la costumbre en Venezuela.
Tras 42 años por primera vez en la República se destituye a un presidente por la acción conjunta de la Fiscalía, el Tribunal y el Congreso. Y, un hombre como Carlos Andrés Pérez que era un demócrata. Con él se cometió una gran injusticia y él no se aferró al poder. Y hubiera podido haberlo intentado, porque las Fuerzas Armadas, creo yo, lo hubieran acompañado; y no lo hizo. Fue un ejemplo de democracia realmente notable. Extraño en Latinoamérica.
Y mira, eso queda ahí para la historia. Queda en el ánimo del pueblo. No es necesario un levantamiento armado para cambiar un presidente si lo hace mal…
¿Pero hoy sí es necesario?
Es imprescindible. Porque esto no es un Gobierno democrático. Es un Gobierno que no está dispuesto a entregar el poder por las buenas. Ni entiende ni quiere entender la democracia. Además, es el Gobierno más corrupto, yo creo que de toda la historia de Latinoamérica.
Aquí se ha saqueado al país. Se ha destruido al país hasta sus cimientos. Han destruido la quinta transnacional del mundo que era PDVSA. Está quebrada prácticamente. Eso no tiene nombre.
Si es imprescindible la actuación de los militares para lograr la salida, ¿eso significa que dependemos de los militares?
Sí, Venezuela es un país de tradición militarista. Eso no se pudo borrar con 40 años de democracia…
Pero además de eso, ellos son los que tienen las armas…
¡Sí! Pero mira, la transición del 58 no hubiera sido posible si los militares no intervienen en última instancia. Era necesaria la colaboración entre los civiles y los militares, y ahorita pienso que es igual.
Ahora, que aquellas Fuerzas Armadas eran una cosa diferente a las de ahorita, sí. Aquellos oficiales estaban mejor formados y eran más honestos. Tenían una mentalidad más clara y querían un cambio radical para el país.
Entonces, ¿dependemos de que exista una reserva moral en los militares?
Yo creo que si tú haces una encuesta en los cuarteles, la mayor parte de los que ahí están, sean oficiales o tropas, están tan harto de estos como el resto de los ciudadanos.
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Porque los militares no son otra cosa que ciudadanos con uniformes. Con el uso exclusivo de las armas del Estado. Y todos ellos tienen mujer e hijos y gastos. Todos están sufriendo, salvo la cúpula podrida. Están sujetos a un sueldo modesto y tienen que sentirse mal.
Pero el que reprime es el que padece la crisis…
La cúpula manda. Está la disciplina y la orden del superior. Además, está la infiltración de los cubanos. Una gran cantidad de oficiales han sido sometidos a prisión y torturados también. Hay temor. Es lógico que haya temor. Todos tenemos temor, pero lo superamos cuando tenemos el deber de correr los riesgos.
Son muchos los oficiales que han desertado. Ahora, la mayoría tiene que seguir pensando como el resto de la población…
¿Qué esperan para actuar?
Yo les preguntaría eso. Mira, alguien me decía en estos días —alguien que no es por cierto un militar pero está muy bien conectado— que las FF. AA. no hará nada hasta que aquí no haya violencia…
Yo les pregunto: ¿Qué mas violencia quieren?
Capaz es que para que el guardia o el policía pueda llevar la comida a su casa, hoy debe reprimir. Entonces, pienso que aún no están dispuestos a arriesgarse, sino hasta que se dé un punto de no retorno.
Yo creo que, el día que la mayor parte de los oficiales decidan dar el paso, los subalternos van a cumplir esas órdenes. Hay ciertos delitos de los cuales son culpables, tanto el que da la orden como el que la cumple. Son delitos que no prescriben.
Yo pienso que ha tardado mucho porque también está lo que te decía al principio: la dislocación de las FF. AA. Pero las cosas ya están llegando al punto de no retorno. Y yo pienso que Venezuela tiene muchas más reservas morales, y hay muchos no civiles democráticos que no permitirán que esto se vaya a entronizar por más tiempo.
¿Cómo se hace reaccionar a los militares? ¿Saliendo a la calle?
Esa es una forma. Porque para que salieran en enero del 58, ellos nos pidieron que sacáramos a la gente a la calle. Los que estábamos manejando la resistencia civil estábamos trabajando coordinadamente con los militares descontentos.
Recibimos un buen día el pedido imperioso de que para el día tal sacáramos al pueblo a la calle y declaráramos una huelga general. El plazo era corto, muy corto, y lo hicimos. El 21 de enero de 1958 Caracas fue tomada por el pueblo, y hubo represión y muertos y heridos, pero a la noche siguiente estaba derrocado el dictador.
Pero en ese momento existía un puente entre los militares y la Junta Patriótica. ¿No cree que hoy es necesario, así esté en contra de nuestra voluntad, ver a alguien como Padrino López como un posible aliado?
No, no. Porque la alianza nuestra no fue con ninguno de los ministros del régimen, ellos fueron barridos. Y la cúpula militar quedó maltrecha, muy maltrecha. Fíjate que la Junta de Gobierno que se constituyó, el presidente era un militar con rango de general: el contralmirante Larrazabal.
Allí no hubiésemos aceptado nosotros a ningún general que estuviese impregnado del perezjimenismo. Que fuese responsable de torturas y represión.
¿La oposición debería estar buscando crear alguna relación con los militares?
Yo pienso que sí.
¿No es una irresponsabilidad no hacerlo?
Sí. Aunque creo debe haber gente en eso. Mira, los militares venezolanos siempre han conspirado. Yo te podría garantizar, sin haber hablado con ningún oficial activo, que ahorita hay militares conspirando.
Cuando se fundó la Academia Militar, al 1910, ya al año 19 hubo oficiales conspirando para derrocar a Gómez, el que había fundado la Academia. Luego en 1921 hubo otro conato; luego el 28, una conspiración grande. El 45, el 48, el 52 y luego el 58. Claro, la gran diferencia es que este es un régimen totalitario y Chávez corrompió las FF.AA.
Militares incorrectos hubo siempre como los hay civiles. Total, fuimos hecho del mismo barro humano.
Aquí en Venezuela hay el equivalente a dos batallones de generales. Un ejército macrocefálico. Tiene una cabeza enorme de generales que no tienen cargo, sino que están en puestos civiles.
Venezuela tiene más generales de lo que tuvo Alemania en la Segunda Guerra Mundial, ¡y cuidado si Alemania y todos los aliados sumados! Una cifra absurda. Eso tiene que cesar.
La corrupción ha penetrado muy hondo, también en el campo civil. Los grandes ladrones han sido ministros civiles y presidentes de las empresas del Estado. Claro, ahí los militares sinvergüenzas también han hecho las suyas. El delito se ha institucionalizado.
¿Es comparable lo que hizo Chávez con los militares con lo que hizo Stalin en la Unión Soviética?
Mira, este ejército soviético, al cual le trataron de lavar el cerebro a los oficiales desde 1918 hasta 1998, no movió ni un dedo para impedir la caída del comunismo. Ya no creían en eso porque la realidad es cruel. Y la realidad se impone.
Entonces los venezolanos, que somos como somos, iconoclastas, yo no pienso en lavado de cerebro ni nada de eso. Son señores muy primarios para que le estén lavando el cerebro de esa manera. Yo no creo en lavado de cerebro, ni para los militares ni para nadie.
Es tan así que tú ves la pobreza de los porcentajes del Gobierno en las encuestas. Hay gente de todos los niveles y el 80% de los venezolanos están en contra de esto. Y ha habido 18 años de adoctrinamiento, de distorsión de la historia, de mentiras. Y no han logrado que la gente crea en esa estupidez.
Esta es una doctrina que se quiere aplicar en Corea del Norte, en Cuba y en Venezuela. Un poquito en Nicaragua, en Ecuador y en Bolivia. No pasa de ahí. En África no hay dictadores marxistas que digan eso. Son dictadores personales y brutales, como Mugabe y todos los que han pasado por ahí.
El marxismo no es atractivo…
Pero lo fue…
Fue atractivo cuando era una novedad. Una novedad filosófica y política. Sonaba muy bonito aquello.
Las teorías son muy bonitas todas, pero cuando se parte de bases falsas, las conclusiones deben ser falsas. El marxismo como filosofía y como doctrina económica parte de bases falsas y por eso jamás podrá ser la norma para que la humanidad conviva. No puede.
Si se logra la salida del régimen, ¿debe venir un gobierno de transición?
Es imprescindible. Imprescindible porque, vamos a suponer que se quiera convocar elecciones lo antes posible, tú tienes que comenzar de cero. En eso y en todo. Tienes que empezar y agarrar este registro electoral y quemarlo. Llamar a una inscripción en el registro electoral de todo venezolano mayor de 18 años. Eso con presencia de testigos y de funcionarios de todos los partidos democráticos. Inclusive con observadores extranjeros.
Hay organismos interamericanos especializados en procesos electorales. Yo trabajé para uno de ellos una vez. Hay gente que nos puede ayudar. Nosotros fuimos muchas veces asesores. Yo viajé para el Caribe, países de Latinoamérica cuando estuve en el Consejo Electoral.
Yo creo que eso, bueno, en unos meses puede estar listo. Hay que ver qué se hace con ese sistema electrónico de votación. Se ha demostrado que es más peligroso que el manual.
¿Cómo debe ser ese gobierno de transición?
Creo que debe ser una junta…
¿Representada a través de la Asamblea, que es el poder con legitimidad?
La Asamblea debería darle el respaldo. Porque no está previsto en la Constitución qué ocurre cuando ni el presidente ni el vicepresidente pueden seguir ocupando el cargo. Nadie dice si es el vicepresidente de la Asamblea, o el Tribunal Supremo de Justicia. Eso no está en la Constitución.
La vieja Constitución sí lo decía claramente: el presidente, en caso de falta absoluta, debe ser sustituido por un presidente que elija el Congreso, y mientras el Congreso elige asume el presidente del Congreso. Y si no puede, está el presidente de la Cámara de Diputados, que es vicepresidente del Congreso; y si no, el presidente del Tribunal. Había sucesores del presidente en caso de falta absoluta.
Ahora solo [dice que] si el presidente no puede, asume el vicepresidente. Pero el vicepresidente tiene hoy los mismos obstáculos que el presidente, por lo que tampoco puede ocupar la presidencia.
El Aissami tiene doble nacionalidad, y además es responsable de todos los crímenes que se han cometido y es señalado de ser narcotraficante. Entonces la República no se puede quedar acéfala.
Podría asumir el presidente de la Asamblea Nacional, pero eso no está escrito, como tampoco que tiene que ser una junta…
Pero no tiene que ser un proceso estrictamente sometido a la Constitución…
Es que cuando hay un vacío constitucional se debe llenar de alguna manera. Ya ahí estamos frente a un problema más político que jurídico. Entonces tiene que venir un gobierno que transmita confianza a todos los ciudadanos y grupos políticos, y que se dedique únicamente a tratar de acomodar el país antes de las elecciones.
¿Cuándo deben ser las elecciones? Lo antes posible, ¿cuándo es lo antes posible? cuando ya esté listo todo el aparataje electoral.
Cuando Pérez Jiménez cayó se armó un nuevo registro electoral. Se nombró un nuevo Consejo Supremo Electoral, porque el que había practicado el fraude de Pérez Jiménez no merecía confianza. El registro electoral esta todo contaminado. Se abrió uno nuevo y bueno, ese proceso duró un año; pero no estábamos ante un país destruido.
Ahora tenemos varios elementos: el problema del narcotráfico, la guerrilla, los pranes, paramilitares. Algunos regímenes autoritarios del pasado han sido males necesarios. Por ejemplo, Gómez logró pacificar al país, ¿se necesita hoy otro mal necesario?
No, yo no creo. Espero que no. Yo espero que un gobierno de transición, que dure el tiempo indispensable, con el apoyo del país pueda hacer mucho en ese sentido, para entregarle al que venga un país más saneado.
Para la reconstrucción de Venezuela serán necesarios 20 años de buenos gobiernos, no menos.
¿Pero cómo pacificas al país sin tomar decisiones arbitrarias?
Yo creo que hay una serie de leyes que se pueden aplicar. A veces aplicar la ley es más sencillo que violarla. Y las medidas que existan insuficientes, pues habrá que redactar y aprobar nuevas leyes que permitan a la autoridad legítimamente constituida combatir la inseguridad y la proliferación de armas.
También está el factor de los empleados públicos. Esa burocracia parasitaria hay que eliminarla, pero para eliminarla tú tienes que ir estimulando al sector privado para que se abran nuevos trabajos. Se tiene que hacer lo menos traumático posible. Lo que viene no es fácil.
Yo creo que se tendría que imponer una reflexión madura y sincera entre los dirigentes. Este país no se va a solucionar con populismo. No va a salir con más populismo ni con más corrupción. Hay que enseñar al país.
¿Coincide en que la República debe ser refundada?
Yo he dicho que el día que salgamos de esta peste, ese día sería nuestra segunda independencia. Venezuela debe ser refundada porque actualmente estamos, de hecho, sometidos a un país extranjero. Aquí se hace lo que dice Raúl Castro. Hay que refundar la República sobre bases más sólidas.
Debe aprobarse una Constitución adaptada a esta realidad y que sea aceptada por todos los actores políticos. Hay que buscar un consenso, y yo creo que eso es posible. Si eso fue posible ahora debe serlo. Y ya después cada quien buscará su camino a través del voto popular; pero hay que hacer un paréntesis para determinar esto, para racionalizar las cosas.
Este es un país que está destrozado desde cualquier punto de vista: moral, económico, institucional, político, sanitario… Este es un país que está a nivel de los peores países africanos. Fuimos una República modelo.
Usted ahora preside GANA, que es una alianza que se perfila como alternativa a la MUD…
No necesariamente. Porque la MUD es únicamente una plataforma electoral, y GANA lo último que quiere es ser una plataforma electoral.
Ninguno de nosotros tiene intenciones de participar en elecciones, ni que GANA sea un grupo electoral más. En lo absoluto. Lo que intentamos es agrupar, a nuestro al rededor, conservando su autonomía cada quien, a todos los grupos opositores que ya están claros en que aquí no se puede buscar una salida sino a través de otros medios que no sea el electoral. Salvo que se den las condiciones que difícilmente se van a dar.
Nosotros estamos seguros de que aquí no va a haber elecciones limpias mientras Maduro y los comunistas estén en el poder. Hay que salir de Maduro y los comunistas para poder hacer elecciones limpias. Las elecciones son indispensables, pero después de esto.
Y hemos recibido un aporte importantísimo. Ese grupo que trabajó por una Constituyente ahora coincide con nosotros. Ellos ya oficialmente nos han dicho que se suman a este planteamiento.
¿Quiénes son ellos exactamente?
El grupo este del doctor Colmenares Finol, de la doctora Mármol de León. Ese grupo que lleva trabajando años y que tienen todo un aparato mostrado. Hoy en día comparten nuestra idea de que hay que salir primero de Maduro, y hablar de una Constituyente después.
¿No cree que con este cambio del comportamiento de algunos dirigentes, GANA sea incómoda?
Bueno, somos muy incómodos para algunos dirigentes. Somos muy incómodos para algunos. Basta leer los piropos que nos ha enviado un periodista, amigo de alguno de los partidos. Yo no me molesto en contestarle.
Somos incómodos porque ellos se dan cuenta de que nosotros estamos sintonizados con la realidad y la mayoría del país, y ellos no. Ellos quieren convencer al país de lo suyo, y ahora nosotros somos un obstáculo para ellos.
Compartimos también ese punto de vista con María Corina Machado, una mujer valiente e instruida.
¿No le ha participado la posibilidad de sumarse a GANA, o crear alguna alianza?
De hecho sí, estamos trabajando en la misma onda. Pero es que nosotros no queremos ser movimiento que absorba a los demás. Nosotros simplemente queremos constituir un bloque. Cada uno con su personalidad y con sus ideas. Pero que en lo fundamental estemos de acuerdo. Luego veremos.
Nosotros no necesitamos competir con partidos, ni mucho menos con la MUD como plataforma electoral. Ellos cumplieron su misión, llegaron hasta donde pudieron…
¿Cree que la MUD ya es incompetente?
Ya es inoperante. Si ellos van a elecciones con el mismo Consejo Electoral que los ha trampeado… ya eso es masoquismo, una aberración.
¿Cree que cuando los diputados salen y se exponen, combaten y son agredidos, ellos representan a la MUD?
Esos son algunos partidos de la MUD. Yo no sé si Primero Justicia está en la misma onda que Requesens. Yo creo que Freddy Guevara está en una onda diferente en la actualidad a una que ella tuvo, que fue de apaciguamiento. Creo que se convenció por fin de que para sacara a Leopoldo López de ahí hay que salir primero de Maduro. Que no se puede seguir confiando en este Consejo Nacional Electoral.
Ahora, también están en ese mismo sitio Antonio Ledezma y muchos otros partidos pequeños, que son la mayoría de la MUD. Es que los que están dividiendo a la MUD son los colaboracionistas.
Viene el 19 de abril, supuestamente la más grande manifestación de la historia contemporánea, ¿qué espera que ocurra ese miércoles?
Yo quisiera que ocurriera todo lo que falta. Debemos imponer la decisión de que no vamos a aceptar más la presencia de Maduro en el poder. Yo no sé quien está realizando la marcha, pero debe ser contundente, multitudinaria, y sin plazo de hasta tal hora y hasta tal sitio.
¿Cuál debe ser el objetivo?
Sacar a Maduro.
¿Qué significa eso? ¿Ir a Miraflores?
Si es necesario sí. Cuando Hugo Chávez vio que la gente iba a Miraflores se volvió loca. Ahí vino su destitución.
¿Y no es una irresponsabilidad?
Oye, a veces uno debe correr riesgos. ¿Cómo se hace? Bueno, planteemos otra alternativa, pero debe ser una cosa tan brutal que debe mover a Miraflores y a los militares.
¿Va a ir a la marcha del 19 de abril?
Claro. Cada vez que estoy en Caracas, o en Valencia, voy a las marchas. Yo creo que si tú estás pidiendo a la gente manifestarse y arriesgarse, tú tienes que dar el ejemplo.
Mira, esa marcha puede ser muy importante, puede ser decisiva.
¿Tiene más esperanza hoy de que se dé algún cambio con esta manifestación que, por ejemplo, hace tres semanas? ¿Cree que hoy la dirigencia si está dispuesta a asumir los riesgos necesarios?
No, hay algunos que no. Por las respuestas guabinosas que hemos visto en dos de los líderes de los grandes partidos, creo que no están convencidos. Pero no les va a quedar otro remedio que participar y apoyar a los ciudadanos. La realidad se les va a imponer. La esperanza no está en los dirigentes, sino en el pueblo que salga el 19 de abril.