La coalición de partidos presuntamente opositores al régimen de Nicolás Maduro, Mesa de la Unidad Democrática, publicó un mensaje de fin de año en el que ofrece una suerte de balance de lo que fueron estos últimos meses y reconoce, en parte, su responsabilidad en los errores.
“En este momento del año [las últimas elecciones regionales], la Unidad incurrió en errores y omisiones graves, que es necesario reconocer con humildad y objetividad. Por una parte, se falló en comunicar adecuadamente a los venezolanos que la lucha electoral era la continuación de la misma batalla de todo el año por impedir que se nos arrebatara el país, ante el agotamiento temporal de las jornadas callejeras de protestas”, se lee en un párrafo del comunicado.
“Por otro lado, se subestimó la estrategia de control electoral por comida que desarrolló obscenamente el Gobierno, y se sobreestimó la capacidad organizativa de nuestros equipos y maquinaria como la respuesta electoral de la mayoría de la población descontenta”, señala la MUD, sugiriendo que los resultados de las elecciones regionales pudieron haber sido verídicos.
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Asimismo, la coalición opositora agrega que “no hemos sabido acompañar en las últimas semanas, de la forma amplia y contundente que se merecía, el sufrimiento de un pueblo que se ve mermar aceleradamente sus ya difíciles condiciones de vida”.
“Esta última y grave falla es la primera que debemos afrontar y revertir”, espeta la Mesa de la Unidad Democrática.
Si bien se trata de un comunicado que reconoce, por fin, la existencia de errores a pesar de que se trata de una dirigencia ampliamente soberbia; aún es un texto pacato en la capacidad de determinar lo verídico.
Lo primero que hay que determinar es realmente qué es la Mesa de la Unidad Democrática; porque luego de los recientes errores, se puede hablar de una plataforma en decaimiento, sino difunta.
Henrique Capriles en su momento anunció la salida de la Mesa de la Unidad Democrática. María Corina Machado tampoco forma parte. Ni Antonio Ledezma, ni varios líderes destacados de Voluntad Popular. Ahora, al hablar de la Mesa de la Unidad Democrática, en el retrato solo aparecen Julio Borges, Manuel Rosales, Henry Ramos Allup y Henri Falcón; todos dirigentes despreciados por gran parte de la sociedad —esto último—, para los necios, es señalado en encuestas.
En segundo lugar, la MUD asegura que, durante el proceso de protestas en la calle, pudo guiar desde el frente de batalla, las múltiples manifestaciones. Afirmación que se aleja de la realidad y es irresponsable.
Los muertos fueron jóvenes cuyos nombres ya ni se mencionan. Y si participaron dirigentes, fueron diputados jóvenes y líderes como María Corina Machado y Antonio Ledezma, que no representan a la coalición de partidos. Difícilmente algún político como Borges, Rosales o Allup pudo haber sido visto en alguna manifestación —cuando Rosales apareció en una marcha, incluso fue increpado—.
De los errores —y complicidades de la oposición se puede hablar abiertamente—. Primero las faltas en las protestas; luego la dilación e incapacidad de responder al mandato del dieciséis de julio; la denominada Hora Cero, que no tuvo la contundencia pertinente antes de la imposición de la Asamblea Nacional Constituyente.
La decisión de Henry Ramos Allup de participar en las elecciones regionales —luego fue seguido por toda la MUD a pesar de que líderes importantes negaron continuamente antes que aquello no ocurriría—; la campaña de las elecciones regionales, en la que se hablaba de los candidatos como los nuevos escuderos.
Cuando el chavismo cometió fraude, primero se denunció y luego, como no se estuvo preparado y no se pudo demostrar, los mismos candidatos empezaron uno a uno a reconocer los resultados; hasta que finalmente unos militantes del partido de Henry Ramos Allup, se subordinaron ante la Asamblea Nacional Constituyente.
Y, después, sin alguna estrategia concreta como alternativa, plantean la abstención en las elecciones municipales de diciembre, pero igual participan con candidatos independientes.
Existen muchos otros, pero no es la intención. La MUD, si espera recibir algo de credibilidad, debería empezar a reconocer más errores que faltas banales como las que menciona. Deberían haber dimisiones; pero no.
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